Disculpe, ¿es aquí la tabaquería?
Nadie dice todo. Nadie dice nada.
Lo deseable es decir poquísimo.
Callar no es más radical.
Callar es como raparse la cabeza:
el pelo vuelve a crecer.
Pero decir poquísimo, decir lo mínimo
que uno puede decir,
eso es lo que nos permite decir algo.
Revisión (dos días después)
Somos lo que sabemos.
Sabemos que somos mortales.
Se dicen cosas.
Magnificat
Después del trabajo remunerado, inmune,
casi municipal, y de cuidar al hijo
que no caiga, y de hacer nocturno el amor,
apago los megavatios
y bebo alcohol hasta las puntas
(alcohol munerado, mune, casi nupcial)
y luego veo entre las costillas de las persianas
el alba naranja como una papaya madura
que cae del cielo
y se hace añicos sobre el pavimento.
Mario Montalbetti (Lima, 1953), "El lenguaje es un revólver para dos" (2008), Lejos de mí decirles. Poesía reunida, Colima-Aldvs, Ciudad de México, 2013
Foto: La Tercera
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