No es lo que todos creen,
en realidad no busco la belleza
Se ahoga y abre una ventana
Esta ventana (la toca)
Cansado busca un poco de aire
Imparte algunas órdenes en silencio
Se oía la hoja de afilador,
el rumor de la calle
Una nena que lloraba,
los insultos de la madre
Mediodía,
se va con un poco de sombra
Recuento de la luz sobre el piso de cemento:
"Vení a comer"
Comen en silencio
aunque plácidos -dos bifes-
Después vendrá
Sólo una llama
La soda que se mezcla
El efecto deseado sobre el blanco
Pan en el aceite, la escalera
de madera hacia el techo, poco usada
Se prefiere subir por la reja de la ventana
Un pie en la cornisa Y sujetarse
de una de las vigas del tanque
Así se llega más rápido
José Villa (Martín Coronado, Buenos Aires, 1966), Un campo, Selecciones de Amadeo Mandarino n° 24, Buenos Aires
¿Habrá alguna vez en este país un backgraund cultural suficiente como para reconocer el inmenso poeta que es Villa? Gran pecado de Villa: no ser llamativo, ni provocador, ni vistoso. Nada más escribe poesía.
ResponderBorrarQué bello poema!
ResponderBorrar"no busca la belleza" pero la encuentra... y si el poeta Villa sólo escribe poesía, es por ello que llama la atención, busca nuestras miradas y es entonces inmensamente provocador.
Lo felicito!
¿Dónde o cómo se pueden adquirir ese y todo lo escrito y publicado por don Villa?, Irene Gruss
ResponderBorrarEl último libro, en librería Ninon, cuyo vínculo figura en la lista de vínculos de este blog. Supongo que en esa librería virtual, asociada a Amadeo Mandarino, habrá otros libros.
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