Cierta noche, en medio de un educado debate sobre los movimientos de cambio, Garbeld perdió su paciencia, que no era mucha, y clamó: -¡Me declaro inmovilista! Algunos lores carraspearon y movieron sus pies sobre la alfombra. Los laboristas de gorra y tupé le respondieron, en cambio, con sarcasmos. -Vean cómo la declaración de inmovilidad pone nerviosos a reaccionarios y jacobinos -dijo Garbeld. -Ustedes mismos, de cuerpo presente, son la viva demostración de que no hay polaridad en la política. Los políticos pertenecen a un universo unipolar.
Gustav Who. Hartazgos, Kentucky, 1957
No hay comentarios.:
Publicar un comentario