Bajé andando hasta el mar temprano por la mañana
después de una larga noche de insomnio.
Trepé hasta lo alto de las gigantescas rocas de color gaviota
y dejé atrás los árboles
altos bailarines que extendían las extremidades
y entraban en calor bajo la luz azul.
Entré en el agua salada, un penitente
con el cuerpo manchado,
y nadé hacia una estrella roja que se elevaba
en el este, regio, con una túnica púrpura.
Una orilla desapareció detrás de mí
y otra me llamó por señas.
Confieso
que olvidé a la persona que yo había sido
con la misma facilidad con que las nubes se deslizaban en lo alto.
Mis manos partieron el agua.
El viento presionó mi espalda, alas
y mi alma flotaban sobre las cofias blancas de las olas.
Edward Hirsch (Chicago, Estados Unidos, 1950), The Living Fire: New and Selected Poems 1975-2010, Alfred A. Knopf, Nueva York, 2010
Versión de Jonio González
AFTER A LONG INSOMNIAC NIGHT
I walked down to the sea in the early morning
after a long insomniac night.
I climbed over the giant gull-colored rocks
and moved past the trees,
tall dancers stretching their limbs
and warming up in the blue light.
I entered the salty water, a penitent
whose body was stained,
and swam toward a red star rising
in the east—regal, purple-robed.
One shore disappeared behind me
and another beckoned.
I confess
that I forgot the person I had been
as easily as the clouds drifting overhead.
My hands parted the water.
The wind pressed at my back, wings
and my soul floated over the whitecapped waves.
© Edward Hirsch
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