El largo invierno de pronto se extingue
en el mayo del siroco: una helada
nítida fábula que te lleva, en su fin,
a la muerte -así como las amapolas
encienden ahora una floración de sangre.
Y las primeras rosas en tus manos exangües,
las primeras rosas abiertas en este valle
de azufre y de olivos, a lo largo de las vías muertas,
junto a las aguas amarillas de barro
que los griegos dijeron de oro. Y nosotros de oro
decimos tu vida, la nuestra
que permanece -mientras las golondrinas
traman con sus vuelos la tarde,
esta triste tarde mía, que es la tuya.
Leonardo Sciascia (Racalmuto, Italia, 1921-Palermo, Italia, 1989), La Sicilia, il suo cuore, Bardi Editore, Roma, 1952
Versión de Eduardo Mileo
Otra Iglesia Es Imposible - Leonardo Sciascia Web - Gianluca D'Andrea - Altritaliani - La Repubblica - Sicilian Post - L'Altrove - La Terra Ë Blu Come un'Arancia - Diario de Poesía - El País España
Foto: Leonardo Sciascia, 1978 Sophie Bassouls/Leemage/Mondadori/Internazionale
In memoria
L’inverno lungo improvviso si estenua
nel maggio sciroccoso: una gelida
nitida favola che ti porta, al suo finire,
la morte - così come i papaveri
accendono ora una fiorita di sangue.
E le prime rose son presso le tue mani esangui,
le prime rose sbocciate in questa valle
di zolfo e d’ulivi, lungo i morti binari,
vicino ad acque gialle di fango
che i greci dissero d’oro. E noi d’oro
diciamo la tua vita, la nostra
che ci rimane - mentre le rondini
tramano coi loro voli la sera,
questa mia triste sera che è tua.
Gracias por la publicación, Jorge. La poesía de Sciascia tiene una nostalgia que se posa en las cosas y que, paradójicamente, las ilumina.
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