martes, diciembre 31, 2019

Edith Södergran / La red













Poseo la red a la que van a dar todos los peces.
Bienaventurado asciende el calmo pecho de la pescadora
cuando atrae hacia sí esa carga plateada.
Yo levanto tesoros de la tierra en mis hombros.
Yo los cargo, los llevo a un estanque de ensueño.
En la playa, un pescador con una caña de oro.

En algún sitio hay dioses tras los bosques más densos,
nosotros los perdidos seres humanos sólo queremos llegar hasta allí.
Buscando el sol ardiente del futuro más allá de los bosques.

Edith Södergran (San Petersburgo, Rusia, 1892-Raivola, hoy Roshchino, Rusia, 1923), El país que no es, Ediciones Encuentros Imaginarios, Malmö, Suecia, 2009
Traducción de Roberto Mascaró
Envío de Jonio González

EcuRed - Mito - Eterna Cadencia - A Media Voz - Diablo - El Vuelo de la Lechuza - Letras Libres
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Foto: Mito/Nórdica

lunes, diciembre 30, 2019

Jim Jarmusch / Nature mort












la tarde ha dejado algo de sol
en el brazo de la silla de manila
me recuerda la casa, lo que albergaba
colores dispuestos por encargo
cortinas de mohair blanco atadas como sombras
a las paredes marrones
una ventana abierta que enmarca
una constante descarga de sonido
como un hombre que ha perdido su memoria

una vez se le habían dado corazones oxidados para guardar:
el aire alrededor del hombre sosteniendo
los corazones oxidados
sin trazo de matices
su cara áspera aún más áspera
por la plenitud del cielo
el cielo lleno de nubes y nubes
flotando como rosas blancas

una vez una pequeña nena rubia había entrado a la habitación:
“mira, ¿no es éste un caracol precioso?
es el caracol más grande del mundo entero”

una vez una mujer con cabello como chelos:
a través de brazos hábiles y abiertos
él rechazó aplastar las coronas de flores contra sí
porque las sospechaba envenenadas
los bordes del corazón de ella se destiñeron
el techo leyó su colección de nieve

pronto el sonido cambiará a violeta
ofrecerá un arreglo suave y vacío
la silla desdibujándose en puntos
la ventana en espejos
luego, cuando la quietud haya aquietado la casa
los sueños traerán
pequeños ramilletes para el cerebro del hombre.

Jim Jarmusch (Akron, Estados Unidos, 1953) Op. Cit. diciembre 20, 2019
Versión de Marina Kohon

Poetry Foundation - Open Culture - The New Yorker

Foto: Marca


Nature mort

the afternoon having left some sun
on the arm of the manila armchair
reminds the house of what is housed
of colors arranged in orders
white mohair curtains fastened like shadows
along brown walls
an opened window framing
a constant flush of sound
like a man who has lost his memory

once he had been given rusted valentines to hold:
the air around the man holding
the rusted valentines
having no trace of shadings
his rough face made rougher by
the fullness of the sky
the sky full of clouds and clouds
floating like white roses

once a small blond girl had entered the room:
«look, isn’t this a lovely seashell?
it’s the largest seashell in the whole world.»

once a woman with hair like cellos:
through arms deft and opened
he refused to crush the wreaths of flowers to him
suspecting them laced with poison
the edges of her heart discolored
the roof perused its collection of snow

soon the sound will turn to violet
offering smooth and blank arrangement
the chair fading into dots
the window into mirrors
later when stillness has stilled the house
the dreams will bring
little bouquets to the man’s brain

domingo, diciembre 29, 2019

Joshua Mehigan / Abajo, en el valle













Para ella fue su primera vez, cuando volvía del colegio.
La vio dirigirse al centro, a tomar un par de copas.
Su novia había vuelto a casa temprano. Era Navidad.
Ahora, bajo los jóvenes pinos que crecen en el claro,
los copos de nieve están regresando a sus antiguos lugares.
Se habían ido hace una eternidad. Ahora ocupan su puesto,
preparados como un coro a punto de cantar:
La naturaleza es justa. No hay nada que temer.
Lo peor que puede ocurrir, ocurrió aquí.

Joshua Mehigan (Nueva York, 1969), Accepting the Disaster, Farrar, Straus & Giroux, Nueva York, 2014
Versión de Jonio González

Otra Iglesia Es Imposible - Joshua Mehigan  - Poetry Foundation - Hudson Valley One - Paris Review - Poem Tree - Círculo de Poesía

Foto: Hudson Valley One


DOWN IN THE VALLEY

It was her first time coming home from college.
She headed downtown for a drink or two.
Her girlfriend went home early. That was Christmas.
Now, under sapling pine trees in the clearing,
snowdrops are coming back to their old places.
They had been gone a lifetime. Now they stand,
poised like a choir on the verge of singing:
Nature is just. There’s nothing left to fear.

The worst thing that can happen happened here.

sábado, diciembre 28, 2019

Virgilio Piñera / Pequeño poema de Navidad

       

                                           Para Graciela Peyrou

¿Naciste ya, Señor?
¿O esperas la señal
del dolor para venir al mundo?
Tu cuerpo, sin mundo todavía,
¿se estremece y se dobla como el dolor del hombre?

¿Naciste ya, Señor?
¿Eres humano y triste?

Tú, Señor, jadeante y perruno
chocas las paredes
del templo de tu padre.
Y tú, Señor, también
a tu padre le pides
la venida a la tierra de un salvador del mundo.

                                             24 de diciembre de 1953

Virgilio Piñera (Cárdenas, Cuba, 1912-La Habana, 1979), "Poemas desaparecidos" *, La Isla en peso. Obra poética, Tusquets, Barcelona, 2000

* Se trata, según explica el prólogo de este libro, de poemas que Piñera afirmaba había perdido casual o intencionalmente. De ellos conservaba, sin embargo, algunos para "la voracidad" de los biógrafos. Piñera ordenó sus libros y los dejó listos para la imprenta antes de su muerte, incluida la muestra de los poemas "desaparecidos" (Nota del Administrador)


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viernes, diciembre 27, 2019

Adam Zagajewski / Bertolt Brecht en la eternidad













Tu tumba se encuentra en el centro de Berlín
en ese cementerio esnob, filosófico
donde no se entierra a cualquiera,

donde descansan Hegel y Fichte como anclas herrumbrosas
(sus veleros se hunden en los abismos de los manuales).

Tus equivocaciones extravagantes, tu adoración a la doctrina
están de lado como un hacha y una lanza en las tumbas del neolítico,
igual de útiles, igual de necesarias.

Elegiste la Alemania Oriental pero por si acaso
conservaste también el pasaporte austríaco.

Fuiste un revolucionario precavido - ¿puede un oxímoron
salvar el mundo?

Escribiste el poema "A los por nacer" - también querías que el futuro
cediera a tu persuasión. Pero el futuro ya había pasado.

Esos por nacer ahora dan vueltas indiferentes entre las tumbas,
como un museo los turistas
que miran principalmente a las leyendas
debajo de los cuadros.

Es abril, un día soleado, frío, las negras sombras se agarran
a las tumbas como si los agentes secretos resultaran ser inmortales.

Adam Zagajewski (Lvov, actual Ucrania, 1945-Cracovia, Polonia, 20121), Asimetría, Acantilado, Barcelona, 2017
Traducción de Xavier Farré
Envío de Jonio González

Otra Iglesia Es Imposible - A Media Voz - Círculo de Poesía
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Foto: El Cultural
act. 2021

jueves, diciembre 26, 2019

Dino Campana / De "Cantos órficos", 4















Jardín otoñal
(Florencia)

Al jardín espectral al lauro mudo
De las verdes guirnaldas
A la tierra otoñal
¡Un último saludo!
A las áridas pendientes
Ásperas rojizas en el extremo sol
Confusa de rumores
Roncos grita la lejana vida:
Grita al moribundo sol
Que ensangrienta los canteros
Se oye una fanfarria
Que sube desgarrante: se pierde el río
En las arenas doradas: en el silencio
Están las blancas estatuas hacia los puentes
Vueltas: y las cosas ya no son pías.
Y desde el fondo del silencio como un coro
Tierno y grandioso
Surge, y anhela en lo alto mi balcón:
Y en aroma de aéreo laurel,
En aroma de agrio laurel languideciente
Entre las estatuas inmortales del ocaso
Se me aparece ella, presente.

[1914]

Dino Campana (Marradi, Toscana, Italia, 1885-Scandicci, Toscana, Italia, 1932), Canti orfici, Einaudi, Turín, 2006
Versión de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Web Archive - Wikipedia It - Poeticus - Storia Faentina - Il Club degli Autori - Mito - Buenos Aires Poetry - Letras Libres - Letralia - Levadura

Foto: Dino Campana, manicomio de Castel Pulci, Toscana, 1930 Historia Faentina en Facebook


Giardino autunnale
(Firenze)

Al giardino spettrale al lauro muto
De le verdi ghirlande
A la terra autunnale
Un ultimo saluto!
A l'aride pendici
Aspre arrossate nell'estremo sole
Confusa di rumori
Rauchi grida la lontana vita:
Grida al morente sole
Che insanguina le aiole.
S'intende una fanfara
Che straziante sale: il fiume spare
Ne le arene dorate: nel silenzio
Stanno le bianche statue a capo i ponti
Volte: e le cose già non sono più piè.
E dal fondo silenzio come un coro
Tenero e grandioso
Sorge ed anela in alto al mio balcone: 
E in aroma d'alloro,
In aroma d'alloro aere languente,
Tra le statue immortali nel tramonto
Ella m'appar, presente.

miércoles, diciembre 25, 2019

Nicanor Parra / De "Poemas y antipoemas", 2

















Hay un día feliz

A recorrer me dediqué esta tarde
Las solitarias calles de mi aldea
Acompañado por el buen crepúsculo
Que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
Y su difusa lámpara de niebla,
Sólo que el tiempo lo ha invadido todo
Con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
Volver a ver esta querida tierra,
Pero ahora que he vuelto no comprendo
Cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
Ni sus viejos portones de madera.
Todo está en su lugar; las golondrinas
En la torre más alta de la iglesia;
El caracol en el jardín, y el musgo
En las húmedas manos de las piedras.
No se puede dudar, éste es el reino
Del cielo azul y de las hojas secas
En donde todo y cada cosa tiene
Su singular y plácida leyenda:
Hasta en la propia sombra reconozco
La mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
Que presenció mi juventud primera,
El correo en la esquina de la plaza
Y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
Uno apreciar la dicha verdadera,
Cuando la imaginamos más lejana
Es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice
Que la vida no es más que una quimera;
Una ilusión, un sueño sin orillas,
Una pequeña nube pasajera.
Vamos por partes, no sé bien qué digo,
La emoción se me sube a la cabeza.
Como ya era la hora del silencio
Cuando emprendí mí singular empresa,
Una tras otra, en oleaje mudo,
Al establo volvían las ovejas.
Las saludé personalmente a todas
Y cuando estuve frente a la arboleda
Que alimenta el oído del viajero
Con su inefable música secreta
Recordé el mar y enumeré las hojas
En homenaje a mis hermanas muertas.
Perfectamente bien. Seguí mi viaje
Como quien de la vida nada espera.
Pasé frente a la rueda del molino,
Me detuve delante de una tienda:
El olor del café siempre es el mismo,
Siempre la misma luna en mi cabeza;
Entre el río de entonces y el de ahora
No distingo ninguna diferencia.
Lo reconozco bien, éste es el árbol
Que mi padre plantó frente a la puerta
(Ilustre padre que en sus buenos tiempos
Fuera mejor que una ventana abierta).
Yo me atrevo a afirmar que su conducta
Era un trasunto fiel de la Edad Media
Cuando el perro dormía dulcemente
Bajo el ángulo recto de una estrella.
A estas alturas siento que me envuelve
El delicado olor de las violetas
Que mi amorosa madre cultivaba
Para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
No podría decirlo con certeza;
Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!

Nicanor Parra (San Fabián de Alico, Chile, 1914-Santiago de Chile, 2018), "Poemas y antipoemas", 1954, El último apaga la luz. Obra selecta, Lumen, Santiago de Chile, 2017
También Obra gruesa, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1969, 1971

Ref.:
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Memoria Chilena
Universidad de Chile
Unidiversidad - Universidad de Puebla
A Media Voz
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Viviana Peláez/Universidad de Chile

martes, diciembre 24, 2019

John Ashbery / En la granja del norte
















En algún lugar alguien viaja furiosamente hacia vos,
a una velocidad increíble, viaja día y noche, a
través de tormentas de nieve y calor del desierto, cruzando torrentes,
   a través de pasos estrechos.
¿Sabrá dónde encontrarte,
reconocerte cuando te vea,
darte lo que tiene para vos?

Aquí apenas crece algo.
Pero los silos revientan de comida,
las bolsas de comida llegan hasta el techo,
las corrientes fluyen dulcemente y engordan a los peces;
los pájaros oscurecen el cielo. ¿Alcanza con
poner el plato de leche por la noche;
que pensemos en él a veces, a
veces y siempre, con sentimientos encontrados?

John Ashbery (Rochester, Estados Unidos, 1927-Hudson, Estados Unidos, 2017), The New Yorker, 9 de abril de 1984. (A Wave, Viking Press, Nueva York, 1984)
Versión de J. Aulicino

Otra Iglesia Es ImposibleBuenos Aires Poetry - Eterna Cadencia - Vallejo & Co. - Hablar de Poesía - La Razón. México - Letras Libres

Foto: John Ashbery, Nueva York, 2000 Iannis Delatolas/Nguyễn Huy Hoàng

At North Farm

Somewhere someone is traveling furiously toward you,
At incredible speed, traveling day and night,
Through blizzards and desert heat, across torrents, through narrow passes.
But will he know where to find you,
Recognize you when he sees you,
Give you the thing he has for you?

Hardly anything grows here,
Yet the granaries are bursting with meal,
The sacks of meal piled to the rafters.
The streams run with sweetness, fattening fish;
Birds darken the sky. Is it enough
That the dish of milk is set out at night,
That we think of him sometimes,
Sometimes and always, with mixed feelings?

lunes, diciembre 23, 2019

Halvard Johnson / Irse














Decir adiós
no es un problema.

Un casa es una piel
que quitar

de la que librarse
habitación tras habitación

armario tras armario
hasta que lo que queda

son pilas de cajas,
unas pocas perchas,

un montón de desechos
en el suelo de la cocina

que nunca pareció tan amplia,
el perro de un vecino

que ha venido a decir adiós
desde una distancia prudencial.

Halvard Johnson (Newburgh, Nueva York, Estados Unidos, 1936-San Miguel de Allende, México, 2017), Transparencies and Projections, New Rivers Press, Nueva York, 1969
Versión de Jonio González

Ref.:
Halvard Johnson and Lynda Schor
Halvard Johnson Facebook
Entropy and My
The Hamilton Stone Review
Brave New Word Magazine

Foto: The Hamilton Stone Review

MOVING OUT

saying goodby
is no trouble:

a house is a skin
to be shucked

wriggled out of
room by room

closet by closet
until what remains

is piles of boxes,
a few empty hangers,

a heap of debris
on the kitchen floor

which never seemed so wide,
a neighbor's dog

who come to say goodby
from a respectable distance.

domingo, diciembre 22, 2019

Pablo Chacón / Tres poemas




















el grano del invierno

En la rama más alta se encorva un pájaro negro.
Por la mañana está ahí,
y el frío del final del día parece volverlo más negro.
La casa está vacía. Se amontonan las cajas en uno de los cuartos.
Por las ventanas clausuradas entra la luz del invierno.
El pájaro está quieto.
Yo me voy,
y espero poder olvidarlo.

[El grano del invierno, 1994]


Tuvo dos, tres amantes,
y supo decir: «como dos, tres Vietnam»:
después se amancebó.
¿Fue presa de la teoría del foco o del reformismo?
   Sus chicas lo vieron digno,
sin ceder a las enseñanzas de Don Juan.

[El espía, 1997]


El sonido es como un alegre mutis por el foro
que hicieran mil mujeres.
La ruta se extiende recta entre cadenas de montañas:
más lejos está el olvido, el simulacro del olvido…
¿Quién puede olvidar?
Los muertos pasan: son piedras que aplastan a los vivos
y retornan, sin horario, muertos están,
dejados a un lado, se levantan como la piel quemada
y caminan por una ruta entre cadenas de montañas.
El frío neutro se los lleva de la escena,
quebradizos juncos de luz.

[Calor quieto, 2000]

Pablo Chacón (Mar del Plata, Argentina, 1960-2018), Op. Cit., diciembre 21, 2019

Ref.:
La Capital
Otra Iglesia Es Imposible
Poetas Siglo XXI
Pájaro Rojo
Página 12
Edhasa

Foto: Poetas Siglo XXI

sábado, diciembre 21, 2019

W. H. Auden / Rimbaud














Las noches, los puentes ferroviarios, el cielo tormentoso.
Sus horribles compañeros no lo sabían;
Pero en aquel niño la mentira del retórico
Reventó como una tubería: el frío había hecho un poeta.

Tragos que le pagaba su débil y lírico amigo
Sus sentidos sistemáticamente trastornados,
A todo habitual disparate pusieron fin;
Hasta que lo alejaron de la lira y la fragilidad.

El verso era una enfermedad propia del oído;
La honestidad no bastaba; aquello parecía
El infierno de la infancia; debía intentarlo de nuevo.

Ahora, galopando a través de África, soñaba
con un nuevo yo, un hijo, un ingeniero,
cuya verdad resultara aceptable para los mentirosos.

W. H. Auden (York, Inglaterra, 1907-Viena, 1973), Selected Poems by the Author, Penguin Books, Harmondsworth, Middlesex, 1964
Versión de Jonio González

Poetry Foundation - Otra Iglesia Es Imposible - UNAM - Hablar de Poesía - Ignoria - Clarín - Página 12 -Adriana Hidalgo - Eterna Cadencia

Foto: The Pulitzer Prizes

RIMBAUD

The nights, the railway-arches, the bad sky,
His horrible companions did not know it;
But in that child the rhetorician’s lie
Burst like a pipe: the cold had made a poet.

Drinks bought him by his weak and lyric friend
His five wits systematically deranged,
To all accustomed nonsense put an end;
Till he from lyre and weakness was estranged.

Verse was a special illness of the ear;
Integrity was not enough; that seemed
The hell of childhood: he must try again.

Now, galloping through Africa, he dreamed
Of a new self, a son, an engineer,
His truth acceptable to lying men.

viernes, diciembre 20, 2019

Carlos Guido y Spano / Trova















He nacido en Buenos Aires.
¡Qué me importan los desaires
con que me trate la suerte!
Argentino hasta la muerte,
he nacido en Buenos Aires.

¡Tierra no hay como la mía:
ni Dios otra inventaría
que más bella y noble fuera!
¡Viva el sol de mi bandera!
Tierra no hay como la mía.

Hasta el aire aquí es sabroso;
nace el hombre alegre, brioso,
y las mujeres son lindas
como en el árbol las guindas:
hasta el aire aquí es sabroso.

¡Oh, Buenos Aires, mi cuna!
¡De mi noche amparo y luna!
Aunque en placeres desbordes,
oye estos dulces acordes,
¡oh, Buenos Aires, mi cuna!

Fanal de amor encendido,
borda el cielo tu vestido
de rosas y rayos de oro:
eres del mundo tesoro,
fanal de amor encendido.

¿Quién al verte no te admira
y al dejarte no suspira
por retornar a tus playas?
Deidad de las fiestas mayas,
¿quién al verte no te admira?

De tus glorias que otros canten,
y a las nubes te levanten
entre palmas y trofeos.
Yo no asisto a esos torneos:
de tus glorias que otros canten.

Tu esplendor diré tan sólo,
si no del ya viejo Apolo
con la lira acorde y fina,
en mi guitarra argentina
tu esplendor diré tan sólo.

Voluptuosa te perfumas
de junquillos y arirumas;
cuando te adornas y encintas,
en las áureas de tus quintas
voluptuosa te perfumas.

Goza del Plata al arrullo
llena de garbo y orgullo,
criolla sin par, blasonante
de tu destino brillante,
goza del Plata al arrullo.

Triunfa, baila, canta, ríe;
la fortuna te sonríe
eres libre, eres hermosa;
entre sueños, color rosa,
triunfa, baila, canta, ríe.

¡Cuántos medran a tu sombra!
Tu campiña es verde alfombra,
tus astros vivos topacios;
habitando tus palacios
¡cuántos medran a tu sombra!

Bajo de un humilde techo
vivo en tanto satisfecho
bendiciendo tu hermosura,
que bien cabe la ventura
bajo de un humilde techo.

La riqueza no es la dicha;
si perdí la última ficha
al azar de la existencia,
saqué en limpio esta sentencia:
la riqueza no es la dicha.

He nacido en Buenos Aires
¡qué me importan los desaires
con que me trate la suerte!
Argentino hasta la muerte,
he nacido en Buenos Aires.

[Ecos lejanos, 1895]

Carlos Guido y Spano (Buenos Aires, 1827-1918), Los mejores poemas de la poesía argentina, selección y notas de Juan Carlos Martini Real, Corregidor, Buenos Aires, 1974

Capítulo n° 23 - Centro Editor de América Latina - Busca Palabra - Poetas Poemas

Ilustración: Carlos Guido y Spano por Jacinto Capuz, entre 1880 y 1890 (detalle) Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan, Argentina

jueves, diciembre 19, 2019

Velimir Jlébnicov / De "El rey del tiempo. Obra reunida"




















En la rama
se posaba el ave de la rabia
y el ave del amor.
Y bajó a la rama
el ave de la calma.
Y con un grito
se elevó el ave de la rabia
y tras él se elevó el ave
del amor.

                              1905 – 1906


El saltamontes 13

Cricricriando letráureas
de finísimas venas
zampó el saltamontes en la cesta de su panza
de la orilla mucha hierba y junquillo.
“¡Pin-pin-pin!” —alborotaba el zorzal.
¡Ay, cisnemente!
¡Ay, atardecer!

                              1908 – 1909

 13. Poema que Jlébnikov tenía muy en consideración, lo menciona en “A lo de uno” como uno de los poemas donde están los “nudos del futuro”. Es prácticamente intraducible por la invención de palabras en base a juegos sonoros. La palabra del título tiene un doble significado: es tanto el nombre del conocido insecto como de una de las especies de paros (ave). Hemos traducido como zorzal la palabra zinziver, nombre de otra especie de paro que habita en los juncales. Escrito en 1908 o 1909, fue publicado en la primera antología futurista Cachetada al Gusto Público, en 1912. [N. del T.]


de I y E
Relato de la Edad de Piedra 115

VXI

Sacerdote.

Donde, al encontrarse, los ancestros,
soberbiamente descansaban,
los prisioneros del destierro
hoy pasaban la noche.
Los sagrados encinares
han perdido el honor.
Con la estricta ley
tendrán ellos su Venganza.
Allí se elevan colinas de astas
de ciervos muertos en cacerías.
Ya lección de las sombras sagradas,
ya bosque de muertos poblados.

115. Publicado por primera vez en el almanaque futurista Cachetada al Gusto Público (1913). El poema está inspirado en el relato de H. G. Wells “A story of the Stone Age". [N. del T.]

Velimir Jlébnicov (Málye Derbety, Rusia, 1885-Santalovo, Rusia, 1922)
Traducción de Fulvio Franchi

El rey del tiempo. Obra reunida,
Añosluz Editora
Buenos Aires, 2019









Ref.:
Añosluz Editora
Мир Велимира Хлебникова
Biblioteca Nacional de España
Letras Libres
Idiomas Olvidados
Kseniya Tokareva, Traducimos Poesía Rusa al Español
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Velimir Jlébnicov c.1908 Wikimedia Commons

miércoles, diciembre 18, 2019

Hamutal Bar Josef / Nombres
















Nombres y más nombres multiplicados, triturados, melodiosos,
quien los pronuncia relincha como un caballo que llora en sueños.
Nombres de calles, compañeros de escuela y sus hermanas,
quien los pronuncia penetra en el espacio del clamor
Nombres que revolotean por el aire y cantan con rara insistencia,
como preservando un sitio prohibido,
más allá de la risa y el llanto –
Así sonaban las conversaciones de mis padres con sus paisanos
acerca de lo que fue.

Hamutal Bar Josef (Kibbutz Tel Yosef, Israel, 1940), El lugar donde duele, Vaso Roto, Madrid, 2013
Traducción del hebreo de Mario Wainstein y Florinda F. Goldberg
Envío de Jonio González

Vaso Roto  - Poetas Siglo XXI - Poemas del Alma - M'Sur - IsraelinMexico/YouTube
---
Foto: Cátedra Primo Levi, Universidad de Guadalajara

martes, diciembre 17, 2019

Diego Colomba / De "El planeta de la poesía"














¿Hay vida en Marte?

Las gallinas picotean cerca de las vías. No queremos hacerles ningún daño: molestarlas nomás, correrlas hasta el monte de eucaliptus. Hacer que el loco se canse y salga de la casilla con la escopeta. Que tire un tiro al aire. Un disparo que raje el cielo, el murmullo caótico de las hojas, el estallido del sol en el follaje. ¿No se trata, al fin de cuentas, de aprender a respirar?


Verbo

Nadie pone en duda la hospitalidad de tus palabras, papá. Pero mirá cómo se llenan de polvo, girando en el vacío de la casa. Una vez vi tu foto de monaguillo: guardabas silencio al lado de Dios. Pero tuviste que hacerte carne, habitar entre nosotros. Sentir cómo el viento se mete en los resquicios, confunde tus palabras con el ruido del mar.

Diego Colomba (San Nicolás, Argentina, 1972), El planeta de la poesía, inédito

Diego Colomba - Premios Nacionales - Barnacle - Ediciones en Danza - Editorial Municipal de Rosario - Op. Cit. - La Capital - Círculo de Poesía

lunes, diciembre 16, 2019

Francisco López Merino / Mis primas, los domingos














Mis primas, los domingos, vienen a cortar rosas
y a pedirme algún libro de versos en francés.
Caminan sobre el césped del jardín, cortan flores,
y se van de la mano de Musset o Samain.

Aman las frases bellas y las mañanas claras.
Una estatua impasible las puede conmover.
Esperan la llegada de las tardes de otoño
porque, tras los cristales, todo de oro se ve.

Y vienen los domingos, a cortar rosas... Saben
que el eco de sus voces para mí grato es.
Entre las hojas quedan sus risas armoniosas;
ellas seguramente se ríen sin saber.

Mis primas, cuando llueve, no vienen. Dulcemente
aparto los capullos que el viento hará caer;
hago un ramo con ellos y pongo bajo el ramo
un volumen de versos de Musset o Samain...

[Las tardes, 1925]

Francisco López Merino (La Plata, Argentina, 1904-1928), Los mejores poemas de la poesía argentina, selección y notas de Juan Carlos Martini Real, Corregidor, Buenos Aires, 1974

Nota de Martini Real: Lirismo simbolista y a destiempo de sus compañeros agrupados en la revista Martín Fierro. López Merino -definió Ghiano- es un auténtico poeta de tono menor, con marcado aire provinciano, relacionable con aspectos de la lírica de Arrieta, de Banchs, e inclusive de Lugones.

Cultura La Plata - El Día - Poesía La Plata de José María Pallaoro - Poetas Siglo XXI - Escritas -
Hablar de Poesía

Foto: El Día

domingo, diciembre 15, 2019

Gregory Orr / Dos poemas














Qué brillantes y claras
en invierno las ramas del sicomoro
de las que la corteza exterior
se ha desprendido y caído
como trapos grises.
Qué bendición
que las hojas no
oscurezcan su desnudez.
El cuerpo resucitado. El cuerpo
resucitado del amado
aún en este mundo.


Esos poemas en los que aparece
un fantasma del amado: esos
son verdaderamente inolvidables. Un truco
de la mente para que pienses
que está perdida, que él nunca
volverá.
Despiertas
en medio de la oscuridad, sollozando. Oyes
el río al otro lado de tu ventana,
discurrir hacia el mar. Piensas:
¿Quién podría leer poemas
con esta oscuridad? Y todo el tiempo
tu pena es el poema de esperanza
y el amado está ahí, a tu lado.

Gregory Orr (Albany, Estados Unidos, 1947), Concerning the Book that is the Body of the Beloved, Copper Canyon Press, Port Townsend, Washington, 1999
Versiones de Jonio González

Ref.:
Gregory Orr Net
Poetry Foundation
Image
Periódico de Poesía
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Matt Valentine. Courtesy of Blue Flower Arts/Poetry Foundation

How radiant and pale
The winter sycamore branches
From whick the outer bark
Has peeled and fallen
Like gray rags.
What a gift
That the leaves do not
Obscure its nakedness.
The risen body. The risen
Bodly of the beloved
Still in this world.
_

Those dreams in which a phantom
Of the beloved appears: those
Are a true haunting. A trick
Of the mind to make you think
She's lost, that he will never
Come again.
You wake
In the dark, weeping. You hear
The river outside your window,
Flowing to the sea. You think:
Who could read poems
In this darkness? And all the time
Your sorrow is the poem of hope
And the beloved is there beside you.

sábado, diciembre 14, 2019

Mercedes Alvarez / Mientras estuvo embarazada de mí













Mientras estuvo embarazada de mí
mi madre nunca vomitó en las mañanas
no sé si atribuirlo a su inconsciente o más bien
a un hígado privilegiado.
Sin estar embarazada yo, por el contrario,
vomito puntualmente. Cada semana
se me atraganta el picante o el ají
la manzana, la carne.
La presión baja me lleva al suelo
donde se cuece
un ecosistema de insectos
(un día, una araña me picó en medio de un desmayo
otra vez los mosquitos me deformaron los ojos).
Las tuberías suelen recibir lo que no digiero
el estómago vacía alegremente
su contenido sobre el agua.
Casi nunca la salud está de mi lado
-debo decirlo-, pero de vez en cuando
el cuerpo me da un respiro
entonces salgo al balcón
miro la abeja que trasiega
en mi maceta en un día de sol
miro la flor que se abre certera al paso de las horas.
Mi madre llama por teléfono y me habla
de la crisis psicosomática y el dolor físico
pero para mí
la naturaleza es un misterio
que riega el cuerpo mientras se esparcen los días.

[inédito]

Mercedes Alvarez (Tandil, Argentina, 1979)

Ediciones del Dock - Zindo & Gafuri - Cuarta Prosa - De Sibilas y Pitias

---
Foto: Mercedes Alv / Facebook

viernes, diciembre 13, 2019

Arthur Rimbaud / A una razón

Probable Rimbaud





















Un golpe de tu dedo en el tambor descarga todos los sonidos e inaugura la nueva armonía.
Un paso tuyo es la leva de los hombres nuevos y el comienzo de su andar.

Tu cabeza se mueve: ¡el nuevo amor!
Tu cabeza se vuelve: ¡el nuevo amor!

"Cambia nuestras suertes, limpia las plagas, comenzando por el tiempo", te cantan los niños. "Eleva, no importa dónde, la sustancia de nuestros destinos y de nuestros deseos", te imploran.

Llegada desde siempre, irás por dondequiera.

[1873-1875]

Arthur Rimbaud (Charleville, Francia, 1854-Marsella, Francia, 1891), "Las iluminaciones", Una temporada en el infierno. Las iluminaciones. Carta del vidente, Monte Ávila Editores, Caracas, 1976
Traducción de Raúl Gustavo Aguirre
Envío de Jonio González

Arthur Rimbaud, le Poète - Un Jour, un Poème - Letras Libres - Revista de la Universidad de México - La Jornada Semanal - Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Encontrada por el compositor Carlos Leresche en un álbum que perteneció a la cortesana parisina Liane de Pougy. Data de 1889 o 1890. Al pie están escritas las iniciales "AR". Le Monde


À une Raison

     Un coup de ton doigt sur le tambour décharge tous les sons et commence la nouvelle harmonie.
     Un pas de toi, c'est la levée des nouveaux hommes et leur en-marche.
     Ta tête se détourne : le nouvel amour !
     Ta tête se retourne, — le nouvel amour !
     "Change nos lots, crible les fléaux, à commencer par le temps", te chantent ces enfants. "Élève n'importe où la substance de nos fortunes et de nos voeux" on t'en prie.
     Arrivée de toujours, qui t'en iras partout

Illuminations, 1873-1875

  - Arthur Rimbaud, le Poète

jueves, diciembre 12, 2019

Philip Whalen / Una visión de los bodhisattvas



















Pasan delante mío montando animales
“Qué estás esperando”, quieren saber

Z–, joven como es (& loco por añadidura) me dice
“Algún día dejarás todo y te convertirás en un rishi, ¿sabes?”.

Lo sé
el bosque está ahí, he vivido en él 
   ¿ciertamente más que en este pueblo? Irrelevante-

    ¿Qué estoy esperando?
¿Un cambio en las costumbres que tomará 1000 años en llegar?
¿Quién va a lograr ese cambio sino yo?

    “Volver una y otra vez”, dice Amida

¿Por qué es tan necesario ese sueño? Largarse solo de cualquier casa
sin nada más que mis ropas en la espalda, con o sin dinero
por el camino hasta donde la carretera nos lleva a las montañas
desde donde absolutamente debo volver

¿Qué interés tengo en hacer eso?
Conozco al mundo y lo amo demasiado y no
es el mismo que encontraría afuera de esta puerta.

31:iii:60

The Collected Poems of Philip Whalen, Wesleyan University Press, Middletown, Connecticut, 2007

Philip Whalen (Portland, Oregón, Estados Unidos, 1923-San Francisco, Estados Unidos, 2002), Poesía beat, Buenos Aires Poetry, Buenos Aires, 2017
Traducción Juan Carlos Villavicencio

Ref.:
Poetry Foundation
La Inercia
Varasek
Poetas Siglo XXI
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Philip Whalen, San Francisco, 1988 Rob Lee/Reed Magazine


A VISION OF THE BODHISATTVAS

They pass before me one by one riding on animals 
“What are you waiting for,” they want to know 

Z—, young as he is (& mad into the bargain) tells me 
“Some day you'll drop everything & become a rishi, you know.”

I know The forest is there, I've lived in it     
   more certainly than this town? Irrelevant— 

    What am I waiting for? 
A change in customs that will take 1000 years to come about? 
Who's to make the change but me? 

    “Returning again and again,” Amida says 

Why's that dream so necessary? walking out of whatever house alone 
Nothing but the clothes on my back, money or no 
Down the road to the next place the highway leading to the mountains 
From which I absolutely must come back 

What business have I to do that? 
I know the world and I love it too much and it 
Is not the one I'd find outside this door.

31:iii:60

miércoles, diciembre 11, 2019

Susana Villalba / De "La bestia ser"













Monólogo 2
El perro

escarbo
escarbo
escarbo

el hueso de dios
todavía puede estar
en el corazón caliente
de la tierra


tengo celos de dios
el árbol
sólo mira hacia arriba

es imposible para mí
amar a un árbol

pero enamorarse es eso


le salto
y sigue absorto

tengo celos del fuego
que duerme en su corazón

de las estrellas
que le pasan

no soy un árbol
no puedo
entender su quietud

pero enamorarme es eso


cae la noche
como la realidad

mi universo es un baldío

me ovillo
en las raíces duras
de mi amor

tengo celos de los pájaros
abrigados
en sus ramas

envidio la noche
cayendo como un cazador
de espejismos

quién despierto
creería
en los sueños


la intemperie es una soledad
el amor es un adentro


doy vueltas
alrededor del árbol

le salto
salto de amor
y caigo
otra vez en mí

enamorarse es eso


nunca se inclina
sólo mira al sol

a las estrellas

salto
doy vueltas
para cuidarlo
de su quietud

para cuidarme
de su silencio


tengo celos del amor
que siento

es más grande
que yo

es mejor


bajo el árbol
los pájaros
dan saltitos

me acerco
porque huelen a árbol
pero se desbandan

corren
si salto alrededor

corro detrás
y levantan vuelo

por qué mi amor
parece una cacería

o una rabia


tengo celos de la tierra
que retiene al árbol

nada me aferra
desde el cielo
cuando salto

cuando caigo
nada me espera

pero vivir es eso


a diferencia del árbol
salto

le salto
pero se abre en más
y más cielo

abraza el aire
nada
quiero advertirle
pero enamorarse es eso
me respondería


el árbol
es un sol
y un perro
alrededor

qué terror
le hace echar tanta raíz

quiero abrazarlo
pero apenas llego
al borde
donde empieza a ascender

a olvidarme


el árbol no sabe
hasta dónde
puede llegar

es eterno y está cansado

escarbo
escarbo para liberarlo

pero lo imanta
la inmensidad

tengo celos de su infinito


el cielo -le dice el pájaro-
es una resistencia
al cuerpo

otra espesura

el cielo es un bosque
sin árboles


el árbol es un cazador
que sueña

no necesita seguir
a las estrellas
ni atraparlas


escarbo
en su tronco
y paso la noche
en su interior

sueño
el corazón del árbol
es un perro cansado
de buscar

y me encuentra


el verano es una fiesta
a la que no se puede entrar
solo

espero la brisa

cuando el árbol se sacude
nos parecemos un instante

solamente

enamorarse es eso


sueño
que el árbol sueña
que corre
conmigo

no es que no quiera
-me susurra-
me posee un destino
de monstruosa
altura
y soledad


me froto en el tronco
le dejo mi olor

y huelo

soy el árbol
que quiso ser yo

enamorarse es eso


viento
lluvia

lo que a mi amor alimenta
me aniquila

¿no necesita
más que luz?

lo miro dar
refugio
contemplar
celebrar lo que no está
a su alcance

no sé si lo amo
para no odiarlo
para no odiarme

también es eso
enamorarse


salto

pero no soy de altura
ni de profundidad

el árbol
aunque a mi lado
no está en mi mundo

tengo celos de ese animal
de cielo


el árbol es una trama
de gravedad y luz

echado en tierra
soy afuera
de mi amor

soy su vacío
alrededor

y él absorto
inalcanzable

ciego a la sombra
que provoca


soy sin árbol

pero mi corazón
es un árbol
en cuerpo de cazador

no quiero correr más
que árboles

aunque están quietos
no los puedo atrapar

huelo
sigo un rastro

¿qué se recuerda en el amor
que no se tuvo nunca?

Susana Villalba (Buenos Aires, 1953)

La bestia ser,
Hilos Editora,
Buenos Aires, 2018











martes, diciembre 10, 2019

Alvaro Mutis / Grieta matinal















Cala tu miseria,
sondéala, conoce sus más escondidas cavernas.
Aceita los engranajes de tu miseria,
ponla en tu camino, ábrete paso con ella
y en cada puerta golpea
con los blancos cartílagos de tu miseria.
Compárala con la de otras gentes
y mide bien el asombro de sus diferencias,
la singular agudeza de sus bordes.
Ampárate en los suaves ángulos de tu miseria.
Ten presente a cada hora
que su materia es tu materia,
el único puerto del que conoces cada rada,
cada boya, cada señal desde la cálida tierra
donde llegas a reinar como Crusoe
entre la muchedumbre de sombras
que te rozan y con las que tropiezas
sin entender su propósito ni su costumbre.
Cultiva tu miseria,
hazla perdurable,
aliméntate de su savia,
envuélvete en el manto tejido con sus más secretos
     hilos.
Aprende a reconocerla entre todas,
no permitas que sea familiar a los otros
ni que la prolonguen abusivamente los tuyos.
Que te sea como agua bautismal
brotada de las grandes cloacas municipales,
como los arroyos que nacen en los mataderos.
Que se confunda con tus entrañas, tu miseria;
que contenga desde ahora los capítulos de tu muerte,
los elementos de tu más certero abandono.
Nunca dejes de lado tu miseria,
así descanses a su vera
como junto al blanco cuerpo
del que se ha retirado el deseo.
Ten siempre lista tu miseria
y no permitas que se evada por distracción o engaño.
Aprende a reconocerla hasta en sus más breves
     signos:
el encogerse de las finas hojas del carbonero,
el abrirse de las flores con la primera frescura de la
     tarde,
la soledad de una jaula de circo varada en el lodo
del camino, el hollín en los arrabales,
el vaso de latón que mide la sopa en los cuarteles,
la ropa desordenada de los ciegos,
las campanillas que agotan su llamado
en el solar sembrado de eucaliptos,
el yodo de las navegaciones.
No mezcles tu miseria en los asuntos de cada día.
Aprende a guardarla para las horas de tu solaz
y teje con ella la verdadera,
la sola materia perdurable
de tu episodio sobre la tierra.

de Los trabajos perdidos [1965]

Alvaro Mutis (Bogotá, 1923-Ciudad de México, 2013), Poemas, selección y nota del autor, Material de Lectura 24, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México, 2008

Lecturalia - La Vanguardia - Literatura Us - Letras Libres - Círculo de Poesía - A Media Voz - Semana - Persée

Foto: AFP/Clarín

lunes, diciembre 09, 2019

Ana Ajmátova / Bocetos de Komarovo


          











             Oh musa del llanto
                    M. Tsvetaiéva

... Y yo aquí renuncié a todo,
a todos los bienes terrenales:
el espíritu guardián de "este lugar"
es ahora la corteza de los árboles.

Todos somos huéspedes de la vida,
vivir es solo una costumbre.
Oigo en los caminos del aire
dos voces que dialogan.

¿Dos? Contra la pared del este,
junto a espesos arbustos de frambuesas,
hay una rama oscura, fresca, de saúco...
Es un mensaje de Marina.

     En el puerto, noviembre de 1961 (delirando)

Anna Ajmátova (Bolshoi Fontán, Ucrania, 1889-Domodedovo, Rusia, 1966), Poesía en traducción, Jordi Doce ed., Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2007
Traducción de Olvido García Valdés y Monika Zgustova

Letras Libres - UNAM - Animales en Bruto - A Media Voz - El Placard - Otra Iglesia Es Imposible

Imagen: Anna Ajmátova por Kuzma Petrov-Vodkin, 1922. Foto: Sailko (detalle) Wikimedia Commons

domingo, diciembre 08, 2019

Paul Violi / Camarero














-¿Qué querrá?

Rosbif con pan de centeno, tomate y mayonesa

-¿Cómo lo quiere?

Un pellizco de mayonesa. Pimienta. Sal, no.

-Entendido. Rosbif con pan de centeno. ¿Quiere añadir lechuga?

No. Sólo tomate y mayonesa.

-Tomate y mayonesa. Entendido... ¿Sal y pimienta?

Sal, no; sólo un poco de pimienta.

-Entendido. Nada de sal. Quiere tomate.

Sí. Tomate. Lechuga, no.

-Lechuga, no. Entendido. Sal tampoco, ¿verdad?

Correcto. Sal tampoco.

-Entendido. ¿Encurtidos?

No, encurtidos no. Sólo tomate y mayonesa. Y pimienta.

-Pimienta.

Sí, un poco de pimienta.

-Muy bien. Un poco de pimienta. Sin encurtidos.

Eso es. Sin encurtidos.

-Entendido. ¡El siguiente!

Rosbif con pan integral, por favor,
con lechuga, mayonesa y en el centro una rodaja
de tomate maduro.
Las hojas de la lechuga, separadas, por favor,
en una alusión artística del clásico acanto,
y las lonchas de rosbif, bien finas, dobladas
en un diseño multilaminado
que evite pretenciosidades bragdonianas
o cualquier idea de proyección geométrica divina
de hecho, sino que sencillamente proporcione
un marco al tomate
formando un medallón con un toque
de mayonesa como ornamento.
Y -por ecléctico que esto suene-
si también se pudiera aplicar mayonesa
a lo largo de la corteza a modo de voluta vitruviana
y como festón debajo del medallón,
sería fantástico.

-¿Quiere decir como en la catedral de San Pedro de Ginebra?

Sí, pero en un estilo más similar al que hay debajo del rosetón
del palacio real de Amsterdam.

-Entendido
¡El siguiente!

Paul Violi (Nueva York, Estados Unidos, 1944-Cortland Manor, Nueva York, Estados Unidos, 2011), Overnight, Hanging Loose Press, Nueva York, 2007
Versión de Jonio González

Ref.:
Paul Violi On Line
Poetry Foundation
Poets House
Gingko Press

Foto: Autorretrato con gatitos Martin Stannard/The Unruly Servant

COUNTERMAN

What’ll it be?

Roast beef on rye, with tomato and mayo.

Whaddaya want on it?

A swipe of mayo.
Pepper but no salt.

You got it. Roast beef on rye.
You want lettuce on that?

No. Just tomato and mayo.

Tomato and mayo. You got it.
…Salt and pepper?

No salt, just a little pepper.

You got it. No salt.
You want tomato.

Yes. Tomato. No lettuce.

No lettuce. You got it.
…No salt, right?

Right. No salt.

You got it. Pickle?

No, no pickle. Just tomato and mayo.
And pepper.

Pepper.

Yes, a little pepper.

Right. A little pepper.
No pickle.

Right. No pickle.

You got it.
Next!

Roast beef on whole wheat, please,
With lettuce, mayonnaise and a center slice
Of beefsteak tomato.
The lettuce splayed, if you will,
In a Beaux Arts derivative of classical acanthus,
And the roast beef, thinly sliced, folded
In a multi-foil arrangement
That eschews Bragdonian pretensions
Or any idea of divine geometric projection
For that matter, but simply provides
A setting for the tomato
To form a medallion with a dab
Of mayonnaise as a fleuron.
And—as eclectic as this may sound—
If the mayonnaise can also be applied
Along the crust in a Vitruvian scroll
And as a festoon below the medallion,
That would be swell.

You mean like in the Cathedral St. Pierre in Geneva?

Yes, but the swag more like the one below the rosette
At the Royal Palace in Amsterdam.

You got it.
Next!