Sentados sobre un muro los Troyanos
vieron pasar a Helena, sorprendidos,
en un barco de remos repetidos,
y con asombro unieron sus dos manos;
y en el cielo sus rápidos hermanos,
sobre el puerto de Ilión inadvertidos,
anunciaron desastres, y sonidos
de guerra, y otros barcos espartanos.
También al verte imaginé las furias
de una guerra fatal y prolongada,
llena de ardor, de encantos, y de injurias;
este asedio tan largo de los días
ya fue previsto en tu primer mirada,
ya me venciste cuando sonreías.
Juan Rodolfo Wilcock (Buenos Aires, 1919-Lubriano di Bagnoregio, Viterbo, 1978), Persecución de las musas menores, Imprenta López, Buenos Aires, 1945
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Foto: Wilcock, como Caifás, en "El Evangelio según San Mateo", de Pier Paolo Pasolini, 1964 Mercury House
De Wilcock en este blog:
wilcock por wilcock: la historia técnica de un poema.
ResponderBorrarListo, ya me compró.
ResponderBorrarDifícil esa rima con la mano...