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miércoles, julio 30, 2008
Aux armes, boues de novembre
V
Días hirsutos, tiempos inciertos, momentos furtivos,
terminaron los azares, éste es vuestro amo.
El amor despliega todos sus meses de septiembre a junio
sobre vastas pendientes catalaúnicas*.
La blasfemia se termina cuando las estaciones
se ordenan para la batalla a través de la extensión.
A las armas, lodos de noviembre y manzanos en flor.
Golondrinas de los dos equinoccios, sitiad
el verano reacio en su fuerte que se desmantela.
Cargad, vientos granizados de ventoso** y lluvias de otoño,
lluvias de Lorena acorazadas con flamantes follajes
sobre vuestros pesados caballos recelosos como esas niñas
que hacen correr a su ganado a través de la calle
con paja en los cabellos y gritos roncos.
¡Muera el verano! Conservamos la nieve en reserva
para enterrar el cuerpo del vencido cuando las escarchas
lo hayan estrangulado en su cárcel. ¡Muera el verano!
El amor recibe a las puertas de una aldea su victoria.
Nada dice, la toma en sus brazos, ríe.
Entonces ante él pasa, ardiente y lenta y sombría,
su guardia, las austeras nubes de febrero
en las que vemos brillar las partesanas del chaparrón
contra los techos y sobre los barrizales de los caminos.
de Hiver (1964)
Jean Grosjean (París, 1912- Versailles, 2006)
Versión de Jorge Fondebrider
*"Catalaúnico" indica la pertenencia a la antigua Catalaunia, que en la actualidad corresponde a Châlons de marne. En sus campos fue derrotado Atila, aquí probablemente identificado con el verano.
**"Ventoso" es el nombre dado al sexto mes por el calendario de la Revolucion francesa y corresponde al período que se extiende entre el 19 ó 21 de febrero al 19 ó 21 de marzo.
V
Jours hirsutes, temps incertains, moments furtifs,/ c'en est fini des hasards, voici votre maître./ L'amour déploie tous ses mois de septembre à juin/ sur de vastes déclivités catalauniques.// C'en est fini du blasphème quand les saisons/ se rangent en bataille à travers l'étendue./ Aux armes, boues de novembre et pommiers en fleur./ Hirondelles des deux équinoxes, cernez/ l'été rétif dans son fort qui se démantèle.// Chargez, vents grêleux de ventôse et pluies d'automme,/ pluies lorraines cuirassées de flambants feuillages/ sur vos lourds chevaux ombrageux comme ces filles/ qui font courir leur bétail à travers la rue/ avec de la paille aux cheveux et des cris rauques.// A mort l'été! Nous tenons la neiges en réserve/ pour enfouir le corps du vaincu quand les frimas/ l'auront étranglé dans sa geôle. A mort l'été!/ L'amour accueille au seuil d'un hameau sa victoire./ Il ne dit rien, il la prend dans ses bras, il rit.// Alors devant lui passe, ardente et lente et sombre,/ sa garde, les nues austères de février/ dont on voit luire les pertuisanes d'averse/ contre les toits et sur les bourbiers des chemins.
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