domingo, julio 07, 2024

Pablo Seguí / De "Poemas juveniles"




Consagración de apatía 

(a Christian G.; o a su partida

Sabés de los desiertos y del alma, de esa disgregación lenta de tus cosas —sí, asistir a un lento desgastarse los objetos, tenés uno entre las manos y se te va resquebrajando—. Migajas de la arena tuya que te hace, médanos en continua formación y no, porque sólo van a la ruptura: médanos quebrados. Te guardás en piezas silenciosas, en el silencio de algunas horas: sos el que duerme, visto de afuera, tenido entre las manos desde afuera. Monedas pobres del alma, tus cosas van a la deriva, vos mismo sos la deriva de tus cosas, y su sueño. 

Porque podés ver algo claro, de lejos, tus días; pero cuando boyás en ellos todo se te confunde, todo gira en torno a centros ilusorios, varios, efímeros: y qué te ata los días, y cómo atás vos tus días a vos. 

Silencio, entonces, pasividad, apacibilidad: ver cambiar las cosas, sin esperanzas, sin afanes. (Como ante un cuadro postergado: puede acabar. Como el paisaje de una ciudad a oscuras: pensás que, en verdad, no la conoceremos.) 


Voces entre las tumbas 

Aquí diez mil difuntos     hablamos del presente. 
Aquí creció la daga     que llevó a nuestra sangre 
a la pradera negra     de polvo desasido. 
Aquí el verdugo y la razón sin alma. 

Aquí con mis alforjas     y tus alforjas y 
un viento renacido     veníamos cantando. 
Los ojos se elevaban     sobre un mar sin caricias, 
y en las manos había una esperanza. 

Pero llegó la lepra     mordida de alfileres, 
llegó la letanía     que nos midió con plomo, 
y la terca pared,     y el humo y su tormenta, 
detonando su miedo de falanges. 

Ya viene el túnel, ya     se acerca la amenaza 
de la captura ciega,     del desconsuelo ciego, 
ya gritaron el parte,     grises, viejos, oscuros, 
ya se instaló la furia del enano. 

Aquí diez mil difuntos.     La guerra declarada. 
El trueno y su costado.     La evocación del torpe. 
Los vasos que se astillan.     El comedor del sueño. 
Ya nunca volveremos: somos sombras. 


Azar n° 1 

Seguimos siendo brujos 
del sol y de la noche, 
salvajes unitarios 
y cruentos federales. 

Seguimos dando muerte 
y queriendo la vida, 
y somos oro y barro 
y medida del orbe. 

Los mitos no fenecen, 
sólo cambian de efigie: 
otra Esfinge, otro Edipo. 

La música nos nutre, 
la palabra nos alza: 
todo es canción de siempre. 

Domingo 2, julio 2000 

Pablo Seguí (Ciudad de Córdoba, Argentina, 1973)

Poesía juvenil 1995-2011,
Buenos Aires, 2024









Más poemas de Pablo Seguí en Otra Iglesia Es Imposible
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Foto: Pablo Seguí en Facebook

sábado, julio 06, 2024

Franklin Alves Dassie / De "A vida dos espectros"




Introducción a la metodología de los espectros

Un perro atraviesa la calle y me atraviesa. Una escola de samba
atraviesa el tiempo y no lo atraviesa. Estos son los espectros
para animar la vida de aquellos que creen tener vida
–aquellos que no son tratados bien por la vida.

La vida sin fin, melancolía. La vida sin fin, sandía.

Era el último invierno del mundo, mejor, el último infierno
del mundo. La última historia del mundo. La última pregunta
peligrosa del mundo. ¡Ah! La última pregunta peligrosa. Pero
realmente peligroso es pensar que hay preguntas peligrosas.

Escribo que soy -aquel-que–no-soy. Pero son ellos
los que escriben eso.

La metodología de los espectros es la metodología de los errores
–un objetivo pasa a ser cualquier cosa menos un objetivo.
Cul-de-sac.


Autorretrato u Hombre desesperado

Dos hombres conversan durante una cena en el Quartier Latin.
Conversan sobre arte, política, arte y política, sobre las nubes,
sobre las galerías, sobre dinero, –uno de ellos arriesga una
frase en inglés: “Money is a root of all evil”.
Conversan sobre la relación del dinero con la desesperación,
hablan de una gran guerra, después de otra gran guerra y,
por fin, de la rebelión de la naturaleza. Combinan una visita
al Museo de Historia Natural, que nunca realizan. Uno era
un pintor recién llegado a París, el otro era escritor. Uno promete
pintar el retrato del otro, el otro promete un ensayo
sobre aquel que pintaría su retrato.

Ningún ensayo fue escrito, pero la pintura fue hecha en mil
ochocientos cuarenta y ocho.
Este es el comienzo de la historia de los espectros.

Cuando los espectros hablan, hablan muy fuerte, de ahí que
siempre tengo un dolor de cabeza intenso después de que ellos hablan.

Franklin Alves Dassie (Niteroi, Brasil, año de nacimiento no declarado), A vida dos espectros, Círculo de Poemas, San Pablo, 2022
Traducción de José Ioskyn y Mario Nosotti, Op. Cit., junio 12, 2024
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viernes, julio 05, 2024

Roberto Crinò / De "Cartas del paso de frontera"



Contra las puertas de la noche

Golpean los puños los Anemoi
hasta hacer brotar
instantes, fecundas visiones
parturientas auroras,
húmedos de rocío los iris ávidos
de luz infinitesimal,
codiciosos fragmentos de horas
extendidas para florecer
lentos renacimientos
atentos a la ciencia
del corazón y sus satélites.
Los espíritus de la Tempestad
azotan los cimientos
del mundo prisionero
de la maga del invierno.
Pronuncio la fórmula
alquímica que abra
rojizas explosiones
de humanidad deflagrada,
para barrer la fobia,
oscura carcelera,
para romper el embrujo
del miedo carcelero.


Retazos de certezas

En el ojo del ciclón
vivo ya desde hace tiempo 
aferrado a retazos de certezas
amargas
es la única cosa 
que realmente cuenta 
en este pasar
veloz de estrellas fugaces.

Roberto Crinò (Palermo, Italia, 1972)
Traducción de Antonio Nazzaro

Cartas del paso de frontera
,
Buenos Aires, 2024










Contro le porte della notte

Battono i pugni gli Ánemoi
fino a far germogliare
attimi, feconde visioni
partorienti aurore,
roride iridi avide
di luce infinitesima,
bramante brani d’ore
distese a fiorire
lente rinascenze
attente alla scienza
del cuore e i suoi satellitti.
Gli spiriti deʃ a Tempesta
sferzano le fondamenta
del mondo prigioniero
della maga de l’inverno.
Pronuncio la formula
alchemica che schiuda
rosseggianti esplosioni
d’umanità defl agrata,
a spazzare la fobia,
oscura carceriera,
a spezzare la malìa
di paura canceʃiera.


Ritagli di certezze

Nell occhio del ciclone
vivo ormai da tempo
abbarbicato a ritagli
di certezze
amare
è l’unica cosa
che conta davvero
in questo rapido
sfrecciare di stelle
cadenti.
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Foto: Roberto Crinò en Antonino Schiera

jueves, julio 04, 2024

Helle Busacca / Octubre



Aldo, te mando una carta
como cuando estabas en América
sólo que ahora es de la nada
a la nada.
O a todo. Tengo que decirte
que es un octubre como noviembre,
o peor, en la terraza frente a mí
toda aún de rosas bajo un océano de negro
de relámpagos damasquinos
sobre Fiesole.
Pero ahora, Tina, que viene
de Australia, dice: “¿y si fuese
que él, ahora que está muerto, está bien,
y que estaría mal si estuviera aquí?

Entonces te mando un saludo
un saludo de un silencio a un silencio
frente a estas nubes de año cero
y crisantemos estremecidos
la clemátide sacude todos sus arabescos
espero que en los campos astrales
las begonias no se ahoguen bajo la lluvia como aquí.

Helle Busacca (San Piero Patti, Italia, 1915 - Florencia, Italia, 1996), Ottovolante. Poesie (1940-1995), al cuidado de Idolina Landolfi, Franco Cesati Editore, Florencia, 1990
Versión de Jorge Aulicino


Ottobre

Aldo ti mando una lettera
come quando eri in America
solo che ora è dal nulla
al nulla.
O al tutto.  Ti devo dire
che è un ottobre come novembre
o peggio, sul terrazzo davanti a me
tutto ancora di rose sotto un oceano di nero
damaschinato di fulmini
su fiesole.
Però, ora, tina, che viene
dall’australia, dice: “e se potesse essere
che lui ora ch’è morto stia bene,
e che starebbe male se fosse qui?”

Allora ti mando un saluto
un saluto da un silenzio a un silenzio
davanti a queste nuvole da anno zero
e i crisantemi rabbrividiscono
la clematide scrolla tutti i suoi rabeschi
io spero che nei campi astrali
le begonie non affoghino di pioggia come qui.
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Foto: Helle Busacca en la portada de I quanti del suicidio, Elliot, Roma, 2013 / Il Sicilia

miércoles, julio 03, 2024

Bernardo Carrettoni / De "Usura"



- 1

al pecho el dolor enquistado como lluvia
cansancio, partidas negras, abandono.

al camino de los caminos, el nervio intacto
de angustia concéntrica/expresionista

himno rituario/ tierra frágil y tóxica
tarde de naufragios, desfi laderos,
             ir dejando la sangre
             por el mundo.

del desprecio al desprecio
a pura insignia del dolor


- 10

¿y si lloviera, ahora, hasta donde compartirían 
mis huesos húmeros mis testigos jueves mártires?
solo un desecho, sin importancia, al costado del costado 
el viento mueve las cosas en la ciudad y los perros aúllan. 
no hay sitios donde volver si nadie espera.

Bernardo Carrettoni (Alberti, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1992)

Usura
Barnacle, 
Buenos Aires, 2024









Más poemas de Bernardo Carrettoni en Otra Iglesia Es Imposible
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Foto: Barnacle

martes, julio 02, 2024

Virgilio / La edad de oro



Antes que Jove, nadie cultivaba los campos, 
no se ponían cotos ni linderos en ellos;
la tierra era común: lo daba todo con largueza 
y producía frutos por sí misma, abundante.
Fue él quien introdujo el venenos en las sierpes,
quien prescribió a los lobos el pillaje
y al mar el movimiento, quien despojó
a las hojas de su miel y retiró el fuego
y secó los ríos de vino que por doquier fluían.
Lo hizo a fin de que el ingenio de los hombres
forjase poco a poco las variadas artes,
y buscase en los surcos el trigo, y descubriere
el fuego oculto entre las venas del pedernal.
Fue entonces cuando, por primera vez,
sintieron los ríos el peso de los huecos
alisos; cuando el marinero dio nombre a las estrellas:
Pléyades, Híades y la Osa brillante de Licaón:
fue entonces cuando comenzó a cazar fieras
con trampas, engañándolas con lazos y con cebos,
y a rodear con perros los dilatados bosques.

                                          (Georgicon I)

Publio Vergilio Maro, Virgilio (Andes, cerca de Padua, Galia Cisalpina, 70 a.C. - Brindisi, 29 a.C.), Antología de la poesía latina, Alianza, Madrid, 1981
Traducción de Alberto de Cuenca y Antonio Alvar

(…)
Ante Iovem nulli subigebant arva coloni;
ne signare quidem aut partiri limite campum
fas erat: in medium quaerebant ipsaque tellus
omnia liberius nullo poscente ferebat.
Ille malum virus serpentibus addidit atris
praedarique lupos iussit pontumque moveri,
mellaque decussit foliis ignemque removit
et passim rivis currentia vina repressit,
ut varias usus meditando extunderet artis
paulatim et sulcis frumenti quaereret herbam.
[Ut silicis venis abstrusum excuderet ignem.]
Tunc alnos primum fluvii sensere cavatas;
navita tum stellis numeros et nomina fecit,
Pleiadas, Hyadas, claramque Lycaonis Arcton;
tum laqueis captare feras et fallere visco
inventum et magnos canibus circumdare saltus
(…)

Más de Virgilio en Otra Iglesia Es Imposible
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Imagen: Detalle del mosaico que representa a Virgilio y las musas Clío y Melpómene, siglo III, Susa, Túnez, conservado en el Museo del Bardo tunecino

lunes, julio 01, 2024

Gustavo Adolfo Garcés / De "Intento un verso de espíritu leve"




Vendaval

El mar y el viento
no tienen
traducción


Hallazgo

La noche
habla
todas
las lenguas


Hasta el fin de los números 140

Llegas al alma
por el esplendor
de lo inútil

y entonces
las palabras
se hacen
ciencia


Hasta el fin de los números 360

El deseo
tiene más dedos que el verso

Gustavo Adolfo Garcés (Medellín, Colombia, 1957), Intento un verso de espíritu leve, Libro Homenaje del XXXI Festival Internacional de Poesía de Bogotá, Corpoulrika/Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 2023
Envío de Darío Jaramillo Agudelo, vía Gozar Leyendo, correo periódico de la editorial colombiana Luna Libros
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