Era noche de viento anoche cuando
desvelado oí al gato amigo, el perdido,
llamándome.
Su quejumbre apagada oí e el impulso
tuve de abrir todas las puertas a recibirlo.
Veinte días ya,
y si no lo mató un perro viene ahí.
Salté de la cama y corrí a la ventana
ver si lo veía y hacerlo entrar,
acariciarlo, darle comida. Sucio, flaco
estaría después e tanta ausencia.
Entonces otra vez oí el llamado;
pero me di cuenta no era el gato,
era una persiana que con el viento hacía
tal quejumbre.
Cerré la ventana.
Fui a mirarme al espejo ver qué cara
le queda a uno después de desilusionarse.
Y en esas vecindades de viento engañador
y ladridos nocturnos
volví a la cama a no poder dormir. Acaso
¿esto es mucho decir sobre la ausencia de un gato?
Jorge Leonidas Escudero (San Juan, Argentina, 1920-2016), "Endeveras", 2004, Poesía completa, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2011
Más poemas de Jorge Leonidas Escudero en Otra Iglesia Es Imposible
---
Foto: Ediciones en Danza
Me dolió en el alma
ResponderBorrar