Blues
las plantas de la puerta están muertas
pero aún siguen ahí. ocupan
su puesto de trabajo eficazmente
mientras el otoño las consume
(esa estación poética las asfixia).
la madera blanca repite rasguños
que la vuelven más cálida
(empapelado amarillo huevo
y camisa de jean). un terreno
de extraña dulzura patriótica.
ya no hay nadie ahí. sólo viejas historias
en la materia familiar
Renault 12
el sol en el parabrisas del Renault 12
al tercer día hizo que esa salida
fuera una especie de castigo titánico
contra sus pupilas.
la indemnización fue papel picado
que tuvo que barrer mientras los invitados
se ponían los sacos y trastabillaban
entre confusiones horarias.
la casa ya había sido.
los sonidos familiares
se alejaron como una cámara
que retrocede por un carril
para desfigurar el horizonte.
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“Las autoridad▓es locales reciben cada▒▒ ▒ ▒ ▒
vez más▒ ▒ quejas sobre per▓sonas que viven ▒ ▒ ▒ ▒
en sus vehículos”, recuerda KS▒▒▒▒▒, ▒ ▒ ▒ ▒
directora ejecutiva de NB. ▒ ▒ ▒ ▒ ▒ ▒ ▒ ▒ ▒ ▒▒ ▒ ▒
“Y un día, ▒ ▒ [entonces] la supervisora ▓▒▓▒▓▒▓▒▓
del condado, RS salió después del trabajo y dijo: ‘E▓s▓p▓e▓ra,
hay un estacionamiento ▒ ▒ justo aquí’” ▓▓▒▓▓▒▓▓ ▓ ▓
Diego L. García (Berazategui, Argentina, 1983), Registro grave, inédito Op. Cit., junio 12, 2024
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Foto: Diego L. García por Diego Bernachi, Facebook
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