sábado, junio 30, 2018

Eugenio Montale / En el humo













Cuántas veces te he esperado en la estación
en el frío, en la niebla. Me paseaba
tosiendo, comprando diarios innombrables,
fumando Giuba, luego suprimidos por el ministro
de tabacos, el tarado.
Quizá un tren equivocado, un duplicado o tal vez
un faltante. Escudriñaba los carritos
de los changadores, por las dudas de que llevaran
tu maleta y tú llegases luego, retrasada.
Al fin aparecías, última. Es un recuerdo
de tantos. Me persigue en sueños.

Eugenio Montale (Génova, Italia, 1896-Milán, Italia, 1981), "Satura", 1971, Tutte le poesie, Mondadori, Milán 2004
Versión de Jorge Aulicino


Nel fumo

Quante volte t'ho atteso alla stazione
nel freddo, nella nebbia. Passeggiavo
tossicchiando, comprando giornali innominabili,
fumando Giuba poi soppresse dal ministro
dei tabacchi, il balordo!
Forse un treno sbagliato, un doppione oppure una
sottrazione. Scrutavo le carriole
dei facchini se mai ci fosse dentro
il tuo bagaglio, e tu dietro, in ritardo.
Poi apparivi, ultima. È un ricordo
tra tanti altri. Nel sogno mi perseguita.

viernes, junio 29, 2018

Greta Knutson / Pesca lunar





















El que está inclinado hacia adelante en el banco no eres tú.
La mano que reposa sobre la rodilla extraña no es la tuya, tu rostro no es el tuyo.
Cada latido de tu corazón era seguido por otro; la certidumbre aún vivía,
la hierba aún no temía nada. Pronto me llamaste, mis pasos
fueron a reencontrarse con los tuyos sobre la arena viviente.
Las canciones llegaron y se fueron sin dejar huella.
Cada objeto nos miraba con ojos de niño, antes de que naciese el miedo.
Ahora las montañas arden, y yo soy un país devastado.

Greta Knutson (Estocolmo, 1899-París, 1983), Lunaires, Flammarion, París, 1985
Versión de J. G.

Foto: Man Ray

MoMA - Nordic Women's Literature - Observator Cultural -Centre Pompidou


PÊCHE LUNAIRE

Celui qui est assis penché en avant sur le banc n’est pas toi.
La main posée sur un genou étranger n’est pas la tienne, ton visage n’est pas le tien.
À chaque pulsation de ton cœur devait suivre une autre : la certitude vivait
encore, l’herbe ne craignait encore rien. Bientôt tu allais m’appeler, mes pas
allaient rencontrer les tiens dans le sable vivant.
Les chansons devaient venir et passer sans traces. Chaque objet nous regardait
avec des yeux d’enfant, avant la naissance de la peur.
Maintenant les montagnes brûlent et je suis un pays dévasté.

jueves, junio 28, 2018

Eugenio Montale / Xenia II, 5





















Bajé, dándote el brazo, al menos un millón de escaleras,
y ahora que no estás es un vacío cada escalón.
Aun así, fue breve nuestro largo viaje.
El mío dura aún, pero ya no preciso
los trasbordos, las reservas,
las trampas, los bochornos de quien cree
que la realidad es lo que se ve.

Bajé millones de escaleras dándote el brazo,
no porque con cuatro ojos quizá se ve mejor.
Contigo las bajé porque sabía que, de las nuestras,
las únicas pupilas verdaderas, aunque ofuscadas,
eran las tuyas.

Eugenio Montale (Génova, Italia, 1896-Milán, Italia, 1981), "Satura", 1971, Tutte le poesie, Mondadori, Milán 2004
Versión de Jorge Aulicino


Xenia II

5

Ho sceso, dandoti il braccio, almeno un milione di scale
E ora che non ci sei è il vuoto ad ogni gradino.
Anche così è stato breve il nostro lungo viaggio.
Il mio dura tuttora, né più mi occorrono
Le coincidenze, le prenotazioni,
le trappole, gli scorni di chi crede
che la realtà sia quella che si vede.

Ho sceso milioni di scale dandoti il braccio
non già perché con quattr’occhi forse si vede di più.
Con te le ho scese perché sapevo che di noi due
le sole vere pupille, sebbene tanto offuscate,
erano le tue.

---

miércoles, junio 27, 2018

Joseph Brodsky / A Urania















Donde la recta acaba el punto siempre se ve más.
El ojo atrapa el espacio como aire beben las agallas.
Desde la boca, que lo ha dicho todo, menos jamás
"Por Dios", estalla un abracadabra atronador.
El cálculo, que se inicia con un marear
los hechos, etc., al dato externo, despacio, se acerca;
cautivo por la telaraña, cada ángulo
da al cuarto un aspecto de maleta.
Ya no hay adónde ir. Y más allá
no se distingue ya un profeta de un tribuno.
El despertador en el silencio hace tictac
como si la casa fuera a explotar en diez minutos.

Joseph Brodsky (San Petersburgo, Rusia, 1940-Nueva York, Estados Unidos, 1996), No vendrá el diluvio tras nosotros. Antología poética 1960-1996, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000
Traducción de Ricardo San Vicente
Envío de Jonio González

Ref.:
Clarín
El Placard
La Horda
Letras Libres

Foto: kultprosvet.by

martes, junio 26, 2018

Pablo Caramelo / De "Notas frente a una puerta desvanecida"



















detrás del vidrio
                                             a Gustavo Trillini

detrás del vidrio veo dos palomas
las mismas que durante el día desearíamos patear
pues sabido ya son plaga
la ciudad insensible las alimenta sin plan ni chimangos
ahora las miro
detrás del vidrio de la puerta del balcón
y están cerradas en sí mismas
una al lado de la otra acostumbradas
pues llevarán un tiempo juntas
volando
picoteando en el desparramo urbano de cada día
acicalándose y lo demás
ahora cerradas como mónadas
se protegen de la lluvia de noviembre
arrecia un temporal después de una noche bochornosa
sobre el grueso cable negro de luz se cierran sobre sí
y cierta gelatina impermeable exudada por sus plumas
parece permitirles durar en la tormenta
que resbale
el agua de la lluvia
y no penetre en sus cuerpos indefensos
aunque mañana multiplicados y sin temor entre las piernas
darán ganas de patear
ahora son dos o uno solo según se quiera ver
uno solo
en la tarea de sostener el peso implacable de la naturaleza
o del sentido nomás
que por debajo de cualquier relato con palomas
hace desmanes o hace lo que puede
el viejo sentido intermitente
ahora aparece
coincide en forma y contenido
con la noticia de que arriba en el ventiluz pequeño y enrejado
de la pared de casa
un débil gorjeo
a contrapelo del azote de la lluvia
asegura continuidad y descendencia para el canto
alivio
para el peso implacable de la desgracia
sobre los cuerpos cerrados
tan inermes
sobre una negra línea de luz


la oscuridad bilingüe

aun a oscuras
en estos desganados tiempos
qué sencillo volver a distinguirte
Paul Celan Obras Completas
entre otros libros de poemas:
eligieron
neto y estridente
el fucsia
de tu lomo y de tus tapas

(adentro
sobria
la luz
inactual y empecinada
persevera)

Pablo Caramelo (Junín, Buenos Aires, Argentina, 1964)

Notas frente a una puerta desvanecida,
Grupo Editorial Sur,
Buenos Aires, 2018









Voces del Extremo -Indie Hoy - Alternativa Teatral - Espacio Murena 

lunes, junio 25, 2018

Edna St. Vincent Millay / Primavera




















¿Con qué propósito, abril, has regresado de nuevo?
La belleza no basta.
Ya no puedes tranquilizarme con el rojo
De las pequeñas hojas que se abren con obstinación.
Sé lo que sé.
El sol calienta mi cuello mientras contemplo
Las rosas del azafrán.
Es bueno el olor de la tierra.
Está claro que la muerte no existe.
Pero ¿qué importa eso?
No sólo bajo tierra los gusanos comen
El cerebro de los hombres.
La vida en sí misma
No es nada,
Una copa vacía, un tramo de escaleras sin alfombra.
No basta con que todos los años, bajando esta colina,
Abril
Venga como un idiota, balbuceando y arrojando flores.

Edna St. Vincente Millay (Rockland, Estados Unidos, 1892 - Austerlitz, Nueva York, Estados Unidos, 1950), Second April, Harper and Brothers, Nueva York, 1921
Versión de Jonio González



SPRING
  
To what purpose, April, do you return again? 
Beauty is not enough. 
You can no longer quiet me with the redness 
Of little leaves opening stickily. 
I know what I know. 
The sun is hot on my neck as I observe 
The spikes of the crocus. 
The smell of the earth is good. 
It is apparent that there is no death. 
But what does that signify? 
Not only under ground are the brains of men 
Eaten by maggots. 
Life in itself 
Is nothing, 
An empty cup, a flight of uncarpeted stairs. 
It is not enough that yearly, down this hill, 
April 
Comes like an idiot, babbling and strewing flowers.

domingo, junio 24, 2018

Darío Rojo / De "La sexta armonía", 2














Tercera parte 

La distribución de la soledad
mediante el orden de las palabras
instrumenta una narración

de la estructura interna del paisaje: falso.
Quizás en su sustancia, su enlace químico,
y su respectivo número atómico

que el padre de la combinatoria
expusiese cual error factorial después
de declarar: es incluso menos incorpóreo

que el miembro fantasma del amor

en el que la perspectiva
siempre es lejana. Un objeto de humo
y sal rodeado de insectos de plástico,

ojales, dientitos, casas pintadas,
asteroides y trompetas que dan origen
a los números irracionales para recordar

“que los demonios
no han sido creados por demonios.”
Considerando que

“dormirán allí las bestias fieras
y sus casas se llenarán de hurones:
allí habitarán hijas del búho, y allí

saltarán peludos. Y en sus palacios
gritarán gatos cervales, y chacales
en sus casas de deleite…”

*

Atrás un tren que pasa y veo
de memoria, adelante la autopista elevada

y sus autos en la misma línea.
Ninguno de estos objetos se continúa
en el Kazakstán de la prolongación del sueño.

Un pequeño halcón que se resiste
a identificarse chingolo picotea
un disco plateado. Todo se cubrirá de libélulas

sin poder emular el hecho primigenio:
la súbita y titilante oscuridad,
el muro de ligustrinas imantadas

de cilindros alados, intermitentes
en su espacial permanencia, separados
del sueño continuo de una realidad

más óptima y elastibilizada.

La atención en la espera, en el daño
de la velocidad. La venganza anticipada
de la destreza como una cabina

que se desprende de la nave mayor
dando esperanza solo a la necesidad.
Los árboles al costado de la cancha,

la niebla y las preguntas que la constituyen:
¿Por qué los enanos la polka
han de bailar? ¿Por qué la fiesta de la sardina
convoca a moros y cristianos?

Darío Rojo (Castex, Argentina, 1964)

La sexta armonía,
Ediciones del Dock,
Buenos Aires, 2018










Foto: La vida que te agenciaste, Mario Varela

Ref.:
Centro Cutural de España
Op. Cit.
A través de la vanguardia hispanoamericana
Breve historia de la literatura argentina
Poetas Argentinos

sábado, junio 23, 2018

Eleonora Requena / De "Nido de tordo"
















Escritos de la siniestra

Ese estar sujeta a leves hilos, ese decidir cortarlos.
Esther se sabe en suspenso cuando deja pendiente
alguna letra sin decir, ya lo sabe, debe regresar,
esta vez por los atajos que conoce, las trochas
empinadas y luego entrar por la puerta de servicio,
tomar un vaso de agua, demorarse
fisgoneando en la despensa y seguir hacia las
habitaciones solitarias del poema.

Una rosa

no es una rosa
si la tomo por el tallo
y en descenso
sobre el vientre
la giro
como a una sombrilla
en el ombligo
y luego
la hago risas
trizas
sobre las pestañas
de su sexo


Trepo

sobre brasas  sobre almendras  sobre conchas rotas
sobre un nido de rapaces
sobre el hielo —pero a ciegas—
como un muérdago feroz sobre tu piel de oveja
cuando brego sobre lo que eres  dentro y fuera
brotan aguijones  sólo hay pálpitos agudos  fresas respingadas
sanguijuelas  salto de la proa a un mar de tiburones
nunca sé si acierto
si demoro  si consiento  si aletargo  si te muerdo
bogo en las arenas movedizas  nunca estuve antes
donde siempre he estado
y si avanzo o retrocedo se me quiebran cáscaras de huevos
estoy en el terreno virgen de mi desmemoria
haciéndose su traje con tu cuerpo

Eleonora Requena (Caracas, 1968), Nido de tordo, Kalathos, Caracas, 2015, Letralia

Ref.:
Sala de Espera
Informe21
Tinta China

viernes, junio 22, 2018

Susana Villalba / El Caso Ruth
















La piedra es,
una mujer mata,
por instinto
busca el reverso de la piedra
donde se esconde un animal.
Sólo quería que dé la cara,
dice sin resistir.
No había remedio,
me dolía él.
Cuando al fin lo encontró
sacó de su cartera la Smith and Wesson
y vació el cargador.
Se gana, se pierde
pero negocios son negocios.
¿El dinero? está o no,
como las piedras, en el camino.
Ahora soy yo
la que mata.
Ahora moriré de un acto
real,
es la ley del amor querer perder
la cabeza,
que él abandone el cuerpo
entre mis brazos.
¿El arma? qué sé yo,
las cosas aparecen.
Me enceguecí,
ya no quería verme.
Nos amamos,
después yo disparaba,
es algo contundente.
Antes que nada
leíste las noticias policiales,
tomaste café.
Sí, estás despierta,
ese dolor que sos ahora
es el mundo,
la orilla del sueño aún golpea,
agua aceitosa contra un casco.
Algo que deje de moverse,
por favor.
Pero un disparo
en la piedra podría revelar
que nada es tan sencillo,
todo tiene un momento
que nunca cristaliza.
Un corazón.
Estás despierta, todo gira,
no sabés si es el día
siguiente
y faltaste al trabajo
o es domingo.
Sí, fuiste a esa casa,
tomaron un taxi
que se perdió en la niebla,
hubo choques en cadena, dice el diario,
así es que la niebla fue real.
De bar en bar
alguien dijo hay una fiesta
en algún sitio.
Y nunca es ésta.
Llegaron a esa casa o pretensión
de teatro under,
fiesta de primavera.
Un travesti
o lo que un hombre dice
que es una mujer
te hizo sentir ambigua
en tus vaqueros.
Hizo un sketch,
ya se sabe, un sketch.
Princesa, sultán, odalisca,
nadie bailaba, hacía frío,
rodaron latas de cerveza.
Los travesti eran encantadores
de serpientes
sin serpientes,
vos también.
Mariposas deslumbradas por la fiesta
que iluminaban.
Encontraste a tus amigos en el baño,
habían capturado una botella
pero mejor era volver
al bar.
Un lugar donde caer
sin caer.
Ahora entendés el viejo chiste
de decir al taxista: a casa
por favor.
Ahora el sentido
toma su sentido:
el deseo brilla
por su ausencia.
La noche fue un largo, repetido
nunca más.
Encontraste un murciélago
como si todo lo perdido
por perdido en esa casa
hubiera rezumado su animal.
Se movía si topaba
con el límite.
La propia imagen
de todos los errores,
el terror al fin
tenía una cara
mítica.
Encendiste la luz
y chocó con la pared;
no la piedad, la ley
de semejanza,
la culpa del demonio
se mata con culpa
verdadera.
Golpeaste
una y otra vez,
sonaba a cuerpo contra piedra,
se quebraba, arrastraba el aleteo,
al fin era un insecto
grande
o una muñeca rota.
Entonces cortaste la cabeza,
las membranas,
clavaste una estaca en el corazón
y abriste para ver
que se movía.
Las manos pegajosas,
el piso de un humor
que no era sangre
lo cubriste con diarios,
esa noticia de la mujer
que guardó a su amante
en el freezer.
No podías tirarlo a la basura,
quemaste el cuerpo
y la cabeza juntos
para mirar como algo termina alguna vez
sin dejar restos.
Después dormiste todo el día.
Y ahora alguien dice, en el contestador,
¿venís al club de cine?
por lo tanto es el domingo
lo que perdiste
o la idea del día
y de la noche
o no sabés qué querías
perder.
Aunque el cuerpo no olvida
no encontrás el argumento.
Si entrara ese forense capaz
de encontrar babas y uñas
y huesos calcinados,
demonios, que me cuelguen
pero no me pregunten
por qué.

Susana Villalba (Buenos Aires, 1956), Periódico de Poesía, N° 109, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mayo 2018

Ref.: Evaristo Cultural - El Placard - El Otro - Página 12

Foto: La Poeteca

miércoles, junio 20, 2018

María Malusardi / De "El descenso de Jaqueline du Pre"
















ya no había párpados que dominar cuando te cerraste por fin y quedaron atascados (y toscos) en el último invierno (y fue mi mano la que te dejó salir) te retiraste con lentitud y nieve el cuerpo largo y distraído combatía contra el cansancio la espera fue un refugio una llama lenta y tóxica olíamos la tensión de la tristeza la deseábamos hasta el dulzor amargo no era cuestión de revolcarnos sino dejar que tus ojos se adelanten y nos hieran



era cuestión de herir y desanimar cada segundo un latido menos (una denuncia de tu partida) él apretó tu huella y derrapó hacia dentro mis ojos y yo desteñimos sobre los tuyos amplios rugosidad de almendra tanta mirada (alienación proeza) tanta humanidad de fondo tu desazón tus garras tanta animalidad de fiera nuestro sufrir a partos el final



nadie cierra los ojos cuando muere es el impulso de querer quedarse a ciegas redoblando la apuesta: la luz cae brutal sobre las heridas es el impulso de dejar los párpados sobre la mesa recogerlos como a papeles de caramelos y ordenar el lenguaje de los restos sobre una toalla de algodón y otoño en sus esquinas



ahí está el poema: donde no están las palabras para señalar lo indómito de tus ojos (tan abiertos de tan adormecidos) donde no aseguran las palabras que el cielo de la enfermedad te lo darán mis manos cuando desplomes y desordenes el viento

María Malusardi (Buenos Aires, 1966)

El descenso de Jaqueline du Pre,
Ediciones en Danza,
Buenos Aires, 2018









Ref.:
Buenos Aires Poetry
Página 12
Télam
Vallejo & Co.
Escritores Org

Eugenio Montale / Bajo la lluvia


















Un murmullo, y tu casa se empaña
como en la bruma del recuerdo -
y lagrimea la palma, ahora que sorda
oprime la descomposición que retiene,
en el bochorno de los invernaderos, las mudas
esperanzas y el pensamiento que remuerde.

"Por amor de la fiebre..." me conduce
un vórtice contigo. Refulge colorada
una cortina, una ventana se cierra.
Sobre la rampa materna ahora camina,
cáscara de huevo entre el fango,
poca vida entre el batir de luz y sombra.

Chillaba Adiós muchachos, compañeros
de mi vida, tu disco desde el patio:
y quiero la máscara si todavía,
más allá del torbellino de la suerte,
me queda el sobresalto que lleva de nuevo
a tu sendero.

Sigo los brillantes regueros
y al fondo, en nimbos,
el humo arrastrado por una nave.
Despunta un claro...
                     Por ti entiendo
lo que osa la cigüeña cuando alza
el vuelo desde la cúspide brumosa
y emigra hacia la Ciudad del Cabo.

Eugenio Montale (Génova, Italia, 1896-Milán, Italia, 1981), "Le occasioni, 1939, Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2004
Versión de Jorge Aulicino

"Por amor de la fiebre" y Adiós muchachos compañeros de mi vida: castellano en el original (N. del T.)


Sotto la pioggia

Un murmure; e la tua casa s'appanna
come nella bruma del ricordo –
e lacrima la palma ora che sordo
preme il disfacimento che ritiene
nell'afa delle serre anche le nude
speranze ed il pensiero che rimorde.

'Por amor de la fiebre'... mi conduce
un vortice con te. Raggia vermiglia
una tenda, una finestra si rinchiude.
Sulla rampa materna ora cammina,
guscio d'uovo che va tra la fanghiglia,
poca vita tra sbatter d'ombra e luce.

Strideva Adiós muchachos, compañeros
de mi vida, il tuo disco dalla corte:
e m'è cara la maschera se ancora
di là dal mulinello della sorte
mi rimane il sobbalzo che riporta
al tuo sentiero.

Seguo i lucidi strosci e in fondo, a nembi,
il fumo strascicato d'una nave.
Si punteggia uno squarcio...
Per te intendo
ciò che osa la cicogna quando alzato
il volo dalla cuspide nebbiosa
remiga verso la Città del Capo.

---
Foto: Eugenio Montale, 1965. Vasabladet, Wikimedia Commons

martes, junio 19, 2018

Mario Montalbetti / De "Notas para un seminario sobre Foucault"





SESIÓN V
(21.03.2017)

El fin de semana estuve a bordo de un submarino

acoderado en el Callao. El Abtao. Una visita guiada.
Adultos S/. 12.

Abtao, antes BAP Tiburón (S-42) Clase Sierra,
ahora el fin del mundo.

algo así quiere decir abtao en mapadungún
que es la lengua mapuche—

“fin de la tierra” o “extremo habitado”

Estuve en el fin de la tierra
y lo reconocí
            a través del periscopio de un submarino.

Son dos las condiciones para reconocer el fin de algo,

la primera es que)
El fin siempre es reconocible si se mira
indirectamente, de reojo, al sesgo—
            como a través de un periscopio

y la segunda es que)
necesitamos un lugar cerrado. Como un submarino. O,
ya lo adivinan ustedes,
            como un lenguaje.

El submarino es un tipo de clausura.
Hay otras.

Ahora quiero hablarles de las tres grandes clausuras
de las que mucho depende,

            1) la clausura tonal
                        que es como decir
esto es música y esto ya no es música
y si ya no es música es directamente ruido

la clausura es la definición de un campo
es la cerrazón de un campo

            2) la clausura gramatical
                        que es como decir
esto es lenguaje y esto ya no es lenguaje
o lo que es lo mismo
esto es gramatical y esto ya no lo es

y lo que no es gramatical
(o mejor, lo que no ha sido gramaticalizado,
cerrado por el cerco de una gramática)
es sinsentido o
            directamente, Aristóteles decía,
lo que no es gramatical ¡es como las plantas!

            3) la clausura del capital(ismo)
                        que es como decir…               
esto se pone un poco más complicado
porque ya no estamos frente a una forma
(como la música y el lenguaje)
                        sino ante algo de naturaleza distinta
                        algo que quiere aparecer como una forma

                        pero que no es una forma
                        el capital(ismo) no es una forma

pero ése es su disfraz perfecto: una creencia

Creer que el capitalismo es una forma
como cualquier otra, arbitraria, sin valor intrínseco,
negociable—solamente para poder actuar en ella
como si no lo fuera: como si el dinero fuera en sí
algo valioso,
                        tan valioso que debemos depositarlo
                        en esos inmensos baños públicos
                        que denominamos bancos,

Enseñarle a un niño a ahorrar es como enseñarle
a defecar; el depósito es efectivo si se realiza
en un cierto lugar, “hazlo aquí”; en efectivo…

Recuerden la cita de Foucault que coloqué al comienzo
que una moneda no te engañe acerca de su verdadero valor,
no lo sé, tal vez el ejemplo sea innecesariamente
                        procaz, ya veremos;

Las tres clausuras entonces
(la música, el lenguaje, el capital)
se nutren
mejor aún, le deben su existencia misma
a la supuesta imposibilidad del afuera, pero

pero,
sabemos que hay más música que la tonal
            ah, los ruidos del colon procesando
            materia orgánica, por ejemplo;

y que hay más lenguaje que el gramatical (pregúntenle
            a Vallejo
vaveando)
o el hecho de que el jardín está lleno
de plantas ornamentales;

y que hay más economía que … (y aquí
quedo mudo, como Rousseau
–no puedo seguir)

porque al parecer
no hay afuera del capitalismo
(como no hay afuera del lenguaje)

(como no hay afuera del lenguado)
(como no hay afuera del submarino)

digo “al parecer” porque
Hay formas de salir de casa
que no hacen uso de la puerta de entrada.

Hay formas de entender algo
que no hacen uso del significado,

formas de hacer ruido que no hacen uso de la música
formas de robar que no hacen uso del dinero

(como cuando se dice que no hay afuera de estos paréntesis)

(hay formas de salir de estos paréntesis que no hacen uso
de las buenas maneras)

Aclaremos todo esto
que sí, es un poco confuso.

Voy a decir algo muy simple,

afuera está más lejos que cualquier otra cosa
más lejos que el mundo exterior
más lejos que Gocta o Maldonado

y es por eso que parece que no hay afuera
porque está muy lejos

Las comparaciones ayudarán,
Distinguir poema de novela ayudará,
Hablar del Abtao ayudará,

leer una novela es como subirse a un avión

un día soleado y sin turbulencia
un traslado amable a poca altura
con paisaje visual, vacas,
montañas, ríos, caminos,

claramente distinguibles a través de las ventanillas

¡aún es posible ver otros aviones haciendo lo mismo!
Es una pequeña celebración
del mundo exterior en todo su esplendor

una pequeña celebración de la visibilidad del exterior;

digo exterior ahora y no afuera
porque afuera no es visible, ya saben,
está demasiado lejos

Viajar en avión es entretenido (casi
siempre)

Leer un poema es otra cosa
no es entretenido (casi
nunca)
Si leer una novela es como subirse a un avión
leer un poema es como subirse a un submarino

sumergirse de noche a 70, a 90
metros de profundidad

y todo lo que vemos son las entrañas
del submarino mismo

y todo lo que oímos
son los ruidos de la presión del agua
contra la nave

(la presión del afuera contra la nave
y afuera, recordemos,
es lo que está más lejos que cualquier otra cosa)

y todo lo que sabemos se traduce
a expresiones raras en medio de aire raro
mediciones de lo inconmensurable

el submarino es ciego, el poema es ciego
es ciego al afuera lejos
Debo regresar más adelante
a esto de la ceguera del poema

regresar
sobre una forma de escribir en la que las cosas
sean dichas sin llegar a la luz, sin salir a la luz
sino saliendo, más bien, al lenguaje mismo,

—el submarino no emerge a la superficie
ni para orientarse ni para cargar sus baterías
ni para hacer que la tripulación respire—

palabras
que se niegan a aparecer, a emerger, a asomarse
a la luz
& por tanto,
que rehúyen el juego del velamiento y des-
velamiento que tan contentos pone a los metafísicos

cuando algo sale al lenguaje
en lugar de
salir a la luz

entonces estamos ante el poema,
en el poema

Pregunta del público: Pero la novela…
Respuesta: Me piden hablar de la novela
Me piden, pero no lo haré.

Ya sé, citarán contraejemplos a lo que digo
pero Es inútil.

Si quieren una buena crítica de todo esto
lean la “Oda al Jet” de J. M. Arguedas;
¡que es un poema!
& ahí Arguedas se ríe de la novela
a carcajadas

¿Maytaq kuntur, maytaq waman? se pregunta Arguedas

¿Dónde está el cóndor, dónde está el halcón?
Se han vuelto invisibles como los insectos alados
se han perdido en el aire o entre las cosas ignoradas,
dice.
se han vuelto hamankukuna, garrapatas

Se cree ver pero no se ve; sólo se dice.
El lenguaje es ciego
por más alianzas que quiera establecer con la luz.

También está en Cisneros.
Cisneros, recuerdan, tiene un arte poética
con cerdo y limonero,
su Arte Poética nº1

pero pocos saben que también escribió
un Arte Narrativa nº1,
            que nunca publicó
Se encontró entre sus papeles
tal vez sea apócrifo
No tiene animales ni árboles frutales
pero igual, hay premios
y se parece mucho a la anterior

Aquí está, les puede interesar,
se llama “La nueva narrativa”

*   *   *

La nueva narrativa
(Arte Narrativa nº 1)

Te vas al exterior, vuelves en diciembre y dices algo.
(Creerán que has visto algo afuera o adentro).

Te vas al exterior, vuelves en diciembre y no dices nada.
(Creerán que te has enriquecido, o que eres tonto,
o ambas cosas).

Te vas, no vuelves, ni en diciembre ni en ningún otro mes.
Dices algo.
(Creerán que no tienes nada que decir).

Tebas, vuelves, dices que algo ocurre y no lo entiendes.
(Creerán que has matado a tu padre,
o ambas cosas).

*   *   *

Yo diría que no es de Cisneros
porque Cisneros no haría ese juego con Tebas
no sé, pienso en otro que sí lo haría

Pues bien,
la novela se ha convertido en arte visual

artefactos para que la gente se entretenga, pase el rato,
viajes en avión, en jet…

& todo lo visual vive de salir a la luz
mientras que todo lo verbal

ya saben ustedes, es un submarino

Pregunta del público: (inaudible)
Respuesta: Primero, el poema de Arguedas
            tal vez no sea en realidad sobre un avión.
            El poema fue escrito en 1962
            Un año antes Yuri Gagarin
fue el primer ser humano
en orbitar la Tierra
(y regresar vivo)
                        a bordo del Vostok I
                                    que no era un avión, precisamente
            ¿Demasiada coincidencia?
            ¿Era esto lo que Arguedas tenía en mente?
            (Quiero decir, si se trata de una nave espacial
            entonces Gagarin/Arguedas buscaban un afuera
            y no un paseo turístico sobre las montañas.)

            Segundo, la novela se convierte en arte visual
            en San Francisco en 1995,
ahí se partieron las aguas
y la novela decidió irse con las artes visuales
que era donde estaba el dinero
del entretenimiento)

Pregunta del público: (inaudible)
Respuesta: Sí, Deleuze sostiene que pensar
es siempre pensar lo que está afuera
a condición de que
lo que está afuera sea lo que está
más lejos que cualquier otra cosa

Pregunta del público: ¿…lo de Aristóteles y las plantas…?
Respuesta: está en el libro G de la Metafísica, 1006a.

Mario Montalbetti (Lima, 1953)


Notas para un seminario sobre Foucault
Fondo de Cultura Económica y Sur Librería Anticuaria, 
Lima, 2018










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