Todas las consecuencias se realizaron.
Ya lo acepto desde hace mucho. Ella
descendió delante de mí, ladrillo sobre ladrillo, como
una casa, desde el autobús, bella y como un evento
excepcionalmente grave. Quienes hacen
por mí, pensándome, vale decir, decidiéndome, cómo
decirlo, el destino, o los otros sobre mi cabeza, tienen
la longitud mensurable y el clima breve de aquel pedazo de calle. Jamás
tengo el sentido del final como al recorrerla. Podré
estarme sin ella; en el sueño aprendo cosas de mi
cuerpo sin hacer nada, y medio mundo está bajo
el sol estúpido. Pero
igual al final haremos lo mismo: las
escaleras, el fregadero, el hambre, las habitaciones. Con calma. Y qué
bueno al menos no hablar nunca de Ritsos.
Cristina Annino (Arezzo, 1941), "Madrid", 1987, Magnificat. Poesie 1969-2009, Puntoacapo Editrice, Novi Liguri, 2009
En Anterem
Vía Silvia Rosa
Versión de Jorge Aulicino
Tutte le conseguenze sono state fatte
Ormai l’accetto da molto tempo. Lei
è scesa davanti a me, mattone dopo mattone come una
casa, dall’autobus bella e quale un evento
eccezionalmente pesante. Chi fa
per me pensandomi, vale a dire decidendomi, come
dire il destino o gli altri sulla mia testa, hanno
la lunghezza misurabile e il clima breve di quel pezzo di strada. Mai
ho il senso della fine quanto percorrendola. Potrei
stare senza: nel sonno imparo cose del mio
corpo non facendo niente, e mezzo mondo è sotto
il sole stupido. Ma le
faremo alla fine lo stesso le
scale, l’acquaio, la fame, le stanze. Con calma. E che
bontà almeno non parlare mai di Ritsos.
descendió delante de mí, ladrillo sobre ladrillo, como
una casa, desde el autobús, bella y como un evento
excepcionalmente grave. Quienes hacen
por mí, pensándome, vale decir, decidiéndome, cómo
decirlo, el destino, o los otros sobre mi cabeza, tienen
la longitud mensurable y el clima breve de aquel pedazo de calle. Jamás
tengo el sentido del final como al recorrerla. Podré
estarme sin ella; en el sueño aprendo cosas de mi
cuerpo sin hacer nada, y medio mundo está bajo
el sol estúpido. Pero
igual al final haremos lo mismo: las
escaleras, el fregadero, el hambre, las habitaciones. Con calma. Y qué
bueno al menos no hablar nunca de Ritsos.
Cristina Annino (Arezzo, 1941), "Madrid", 1987, Magnificat. Poesie 1969-2009, Puntoacapo Editrice, Novi Liguri, 2009
En Anterem
Vía Silvia Rosa
Versión de Jorge Aulicino
Tutte le conseguenze sono state fatte
Ormai l’accetto da molto tempo. Lei
è scesa davanti a me, mattone dopo mattone come una
casa, dall’autobus bella e quale un evento
eccezionalmente pesante. Chi fa
per me pensandomi, vale a dire decidendomi, come
dire il destino o gli altri sulla mia testa, hanno
la lunghezza misurabile e il clima breve di quel pezzo di strada. Mai
ho il senso della fine quanto percorrendola. Potrei
stare senza: nel sonno imparo cose del mio
corpo non facendo niente, e mezzo mondo è sotto
il sole stupido. Ma le
faremo alla fine lo stesso le
scale, l’acquaio, la fame, le stanze. Con calma. E che
bontà almeno non parlare mai di Ritsos.
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