Tú, joven arco iris de mis lágrimas, apacible alción
por encima de las turbulentas aguas de mi pecho:
conduce, como antes, mi dolor, tu rebaño, sobre las cóncavas
montañas hasta las lejanas pasturas del cielo perdido.
Pero están marchitos los prados y el horizonte
del apacible alción, sol de jacinto;
fríos son los tallos, las constelaciones caen
de las ramas primaverales; y tu corazón está tan lejos
y es tan frío como Arcturus, distante todos los años luz
de la floreciente tierra y de la oscuridad de mi corazón.
Edith Sitwell (Scarborough, North Yorkshire, 1887–Londres, 1964), A Fire of the Mind, An Anthology, Michael Joseph, Londres, 1976
Versión de Jonio González
por encima de las turbulentas aguas de mi pecho:
conduce, como antes, mi dolor, tu rebaño, sobre las cóncavas
montañas hasta las lejanas pasturas del cielo perdido.
Pero están marchitos los prados y el horizonte
del apacible alción, sol de jacinto;
fríos son los tallos, las constelaciones caen
de las ramas primaverales; y tu corazón está tan lejos
y es tan frío como Arcturus, distante todos los años luz
de la floreciente tierra y de la oscuridad de mi corazón.
Edith Sitwell (Scarborough, North Yorkshire, 1887–Londres, 1964), A Fire of the Mind, An Anthology, Michael Joseph, Londres, 1976
Versión de Jonio González
You, the young Rainbow of my tears, the gentle Halcyon
Over the troubled waters of my heart:
Lead now, as long ago, my grief, your flock, over the hollow
Hills to the far pastures of lost heaven.
But they are withered, the meadows and the horizon
Of the gentle Halcyon, hyacinthine sun;
Cold are the boughs, the constellations falling
From the spring branches; and your heart is far
And cold as Arcturus, the distance of all light-years
From the flowering earth and darkness of my heart.
---
Foto: Edith Sitwell, c. 1962 Cecil Beaton/AnOther
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