Gógol
El saco roído como una manada de lobos.
La cara como una lasca de mármol.
Está sentado entre sus cartas
en el soto que susurra
escarnio y errores,
sí, el corazón sopla como un papel los pasajes
inhóspitos.
Ya el ocaso avanza a hurtadillas
como un zorro sobre este país,
pega fuego a la hierba en un minuto.
El espacio está lleno de cuernos y pezuñas
y abajo se desliza como sombra entre las fincas
alumbradas de mi padre.
Petersburgo a la misma altitud que la derrota
(¿viste a la hermosa en la torre inclinada?)
y en los barrios cubiertos de hielo
vaga aún como imán el pobre hombre en su capa.
Y aquí, envuelto en cuaresmas, está él,
antes rodeado de las tropas de la risa
que se fue hace tiempo a las regiones más distantes
que los árboles-fronteras.
La mesa tambaleante de hombres.
¡Mira hacia afuera cómo la oscuridad fija con fuego
una vía láctea de almas!
¡Carro de fuego que se va del país!
Tomas Tranströmer (Estocolmo, 1931-2015), versión de Homero Aridjis *, Traslaciones. Poetas traductores 1939-1959, recopilación de Tedi López Mills, Fondo de Cultura Económica, México, 2011 [edición no bilingüe]
* En colaboración con Pierre Zekeli
---
Foto: Tomas Tranströmer en la Conferencia Internacional de Escritores y Traductores Literarios en Estcolmo, 2008 Andrei Romanenko/Wikimedia Commons
El saco roído como una manada de lobos.
La cara como una lasca de mármol.
Está sentado entre sus cartas
en el soto que susurra
escarnio y errores,
sí, el corazón sopla como un papel los pasajes
inhóspitos.
Ya el ocaso avanza a hurtadillas
como un zorro sobre este país,
pega fuego a la hierba en un minuto.
El espacio está lleno de cuernos y pezuñas
y abajo se desliza como sombra entre las fincas
alumbradas de mi padre.
Petersburgo a la misma altitud que la derrota
(¿viste a la hermosa en la torre inclinada?)
y en los barrios cubiertos de hielo
vaga aún como imán el pobre hombre en su capa.
Y aquí, envuelto en cuaresmas, está él,
antes rodeado de las tropas de la risa
que se fue hace tiempo a las regiones más distantes
que los árboles-fronteras.
La mesa tambaleante de hombres.
¡Mira hacia afuera cómo la oscuridad fija con fuego
una vía láctea de almas!
¡Carro de fuego que se va del país!
Tomas Tranströmer (Estocolmo, 1931-2015), versión de Homero Aridjis *, Traslaciones. Poetas traductores 1939-1959, recopilación de Tedi López Mills, Fondo de Cultura Económica, México, 2011 [edición no bilingüe]
* En colaboración con Pierre Zekeli
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Foto: Tomas Tranströmer en la Conferencia Internacional de Escritores y Traductores Literarios en Estcolmo, 2008 Andrei Romanenko/Wikimedia Commons
Me encanta el poema realista dislocado de Transtromer. Me hace acordar a los fauvistas en pintura. Será igual en sueco? Gracias
ResponderBorrarNo sé si es igual en sueco, Anónimo. Lo de los fauvistas me suena raro, pero es válido para ilustrar su idea. El valor que le damos es el que la da la traducción, en este caso. Gracias a usted.
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