Verás la casa cuando llegues al bosque de cipreses.
Tiene la puerta rota y ha costado
tantas generaciones como días llevas sin comer.
No seas como el viento que revuelve
todos los techos de las siete provincias en una sola noche.
Sé calmo peregrino.
Amarra tu caballo no en el sol
y lejos de los ladrones camineros,
remueve el polvo de tu ropa,
la sal de tus zapatos,
visita al morador.
Si te ofrece comida no las aceptes y escucha sus historias
que ni sabias serán ni muy gentiles
pero en algo aprovechan.
Y de ojos sé discreto, no los claves
en la mesa de palo donde pastan
el aire y las arañas,
ni en la lata de atún:
granero abierto desde el último otoño
y oxidado.
Antonio Cisneros (Lima, 1942-2012), Como higuera en campo de golf [1972], Kriller 71 Ediciones, Barcelona, 2012
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Foto: Antonio Cisneros en La República, Perú
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