Mi padre elige frutas...
Mi padre elige frutas en el mercado.
Detuvo su coche camino al trabajo
para bajar a tocarlas.
Desoye las recomendaciones del vendedor:
sus manos sabias bien educadas
prescinden de consejos
saben que se someten a una cuestión moral.
Presiona con sus yemas la piel de un durazno,
verifica la blandura de su carne.
Después pesa una pera en el hueco de su palma.
Con la otra mano envuelve una ciruela
y se adueña del mundo.
También su padre elegía las frutas camino al trabajo.
Entraba con mi padre y sin decir palabra
sujetaba una fruta en cada mano, las pesaba
y lo educaba en el ejercicio de la duda.
Era una escolástica muda y presencial.
Las frutas maduras siempre son las más dulces:
Ahora es mi padre quien deja caer el proverbio.
No me mira al hablar. Piensa en voz alta
y espera que me agache a recogerlo
y lo elija, si quiero.
Ignacio Di Tullio (Villa Adelina, 1982)
---
Foto: Ignacio Di Tullio/Facebook
Mi padre elige frutas en el mercado.
Detuvo su coche camino al trabajo
para bajar a tocarlas.
Desoye las recomendaciones del vendedor:
sus manos sabias bien educadas
prescinden de consejos
saben que se someten a una cuestión moral.
Presiona con sus yemas la piel de un durazno,
verifica la blandura de su carne.
Después pesa una pera en el hueco de su palma.
Con la otra mano envuelve una ciruela
y se adueña del mundo.
También su padre elegía las frutas camino al trabajo.
Entraba con mi padre y sin decir palabra
sujetaba una fruta en cada mano, las pesaba
y lo educaba en el ejercicio de la duda.
Era una escolástica muda y presencial.
Las frutas maduras siempre son las más dulces:
Ahora es mi padre quien deja caer el proverbio.
No me mira al hablar. Piensa en voz alta
y espera que me agache a recogerlo
y lo elija, si quiero.
Ignacio Di Tullio (Villa Adelina, 1982)
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Foto: Ignacio Di Tullio/Facebook
Felicitaciones a Di Tullio por un muy buen poema.
ResponderBorrarmuy bueno el poema, felicidades Ignacio.
ResponderBorrarTiene algo dolorosamente valiente esa búsqueda de la elección a partir de la materialidad. Búsqueda de empirismo cargado de métodos de medición enormemente subjetivos. Búsqueda de un peso (el peso del comentario anterior) fugitivo y volátil a más no poder.
ResponderBorrarVictoria Navarro
¡¡Muy buen poema Di tullio!! Me trae recuerdos de momentos vividos junto a mi padre (gracias!).
ResponderBorrarDi Tullio es el mejor poeta de la Argentina.
ResponderBorrarLástima no poder encontrar en la página, al segundo mejor poeta, que es Bruno di Benedetto.
Bueno, no está el segundo pero sí el tercero, buscalo, es Raúl Artola. Me parece que en este blog solo están los poetas impares...
ResponderBorrarah, qué, no están el cuarto y el sexto? entonces seguro que no está el segundo premio nacional
ResponderBorrarAnónimo,no se te hace tarde para ver quién larga primero en la fórmula 1?
ResponderBorrarJorge Manrique