La gracia
A veces, muy raramente, un encuentro nos conmueve
de una forma que no puede ser atenuada por el pensamiento
o el lenguaje. Es que trae una memoria
de lo que fue íntimamente conocido y deseado, pero ha sido
desplazado a un lugar inalcanzable, de donde no sabría volver
a menos que una persona -entre todas- lo llamara. Somos
criaturas tímidas que no han hallado, en respuesta
a su curiosidad, a su pasión por todas las cosas, más que daño
o rechazo. Como animales que han luchado demasiado por su vida,
no sabemos qué hacer con la alegría, y si llega,
seguimos huyendo para salvarnos. Si lográramos vencer el terror,
si nos quedáramos, podríamos recuperar algo
perdido hace tiempo. La dicha más plena es una dicha física
y debería producirse sólo una vez,
antes de que conozcamos las palabras. Su regreso es siempre
un instante de gracia que nos devuelve el amor con que un día
la materialidad del mundo nos ha tocado.
Claudia Masin (Resistencia, Chaco, 1972), La plenitud, Hilos Editora, Buenos Aires, 2010
Foto: Claudia Masin en La trampera
Poema admirable de Masin; esa madurez en la palabra y ese tener calle. Gracias, Irene
ResponderBorrarAmo Chaco, y Claudia ha sido tocada por la gracia. Un hermoso y breve ensayo poético.
ResponderBorrarGenial poema de Claudia Masin. La letra chaqueña entre las letras
ResponderBorrarinteresante poema! me quede con ganas de leer mas ...
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