Deja las sombras, abraza lo cierto.
Deja las sombras, abraza lo cierto.
No cambies el presente por futuro.
Eres el lebrel que a correr se lanza,
tras la sombra de lo que está en su panza.
No fue dogma de sabio iluminado
perder un bien por otro más preciado.
¿A qué te mueves por lejano aviso
si llevas en ti mismo el paraíso?
Aquel que pierde un bien en este mundo,
no espere, tras la muerte, mejor bien:
el cielo no concederá el segundo
a quien, el otro, no ha querido bien.
Crees subir, pero dirás "me hundo";
a tormento caminas, no al edén:
restando placer, con engaño eterno,
queriendo el cielo estás en el infierno.
Versión: Jorge Aulicino
Nota: La expulsión de la bestia triunfante imagina un reordenamiento del cielo astrológico, en el que Júpiter decide que los males sean arrojados de cada casa estelar, dejando en su lugar a las virtudes. Comparecen los supuestos vicios para asumir su defensa ante las supuestas virtudes. La acción es narrada a través de distintos diálogos. El Ocio acude denostando a la Fatiga o Diligencia y defendiendo su posición en el cielo de Júpiter, en el nombre de la "edad dorada", cuando la especie humana no conocía el esfuerzo. Antes de exponer su defensa en versos, alega en prosa (versión de este editor): "Ésta (la Diligencia), envidiosa de la calma y la beatitud, o bien sombra de placer que en nuestro ser podamos tomar, habiendo puesto ley al coito, al alimento, al dormir, para que no sólo menos nos podamos deleitar, sino para que más a menudo nos aflijamos y atormentemos, hace que sea hurto aquel don de la naturaleza, y quiere que se desprecie lo bello, lo dulce, lo bueno, y del mal, amargo y ruin, hagamos estima. Ésta seduce al mundo a dejar el cierto y presente bien que aquello tiene, y ocuparse y ponerse en todo tormento por la sombra de futura gloria. Yo a aquél que con tantos espejos, cuantas son las estrellas en el cielo, la verdad demuestra, y a aquél que con tantas voces y lenguas, cuantos son los bellos objetos, la naturaleza exterior entona, vengo de todos los sitios del interno edificio a exhortarlo".
Lascia l'ombre ed abbraccia il vero.
Non cangiare il presente col futuro.
Tu sei il veltro che nel rio trabocca,
mentre l'ombra desia di quel c'ha in bocca.
Aviso non fu mai di saggio o scaltro
perdere un bene per acquistarne un altro.
A che cerchi si lungi diviso
se in te stesso trovi il paradiso?
Anzi, chi perde l'un mentre e' nel mondo,
non speri dopo morto l'altro bene.
Perche' si sdegna il ciel dare il secondo
a chi il primiero don caro non tenne;
cosi', credendo alzarti, vai a fondo;
ed ai piacer togliendoti, a le pene
ti condanni; e con inganno eterno,
bramando il ciel, stai ne l'inferno.
Letteratura Italiana.net
Ilustración: Monumento a Bruno en Campo de' Fiori, Roma, donde fue quemado por la Inquisición
los sinvergüenzas curas Vatic-ano siempre llamando "la bestia" a quien no los aguanta. A ver si se enteran ya de una vez de que LA BESTIA ES EL PONTÍFICE y el territorio de la bestia es el Vatic-ano
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