Como un plátano junto al agua
Las tinieblas atrajeron tinieblas, y la ignominia
se abre paso por nuestras ventanas en esta planificada
Babel de Boston donde nuestro dinero habla
y multiplica las tinieblas de una tierra
de preparación donde la Virgen camina
y las rosas enmarcan en espiral su esmaltado rostro
o caen astillas sobre las calles resecas.
Nuestra Señora de Babilonia pasa, pasa,
yo fui una vez la niña de tus ojos;
moscas, moscas sobre el plátano, en las calles.
Las moscas, las moscas de Babilonia
zumban en mis tímpanos mientras el diablo con el prolongado
canto fúnebre de la gente hace detonar la hora
de las flotantes ciudades donde su áurea lengua
embruja a los albañiles de la Torre de Babel
para que levanten la ciudad de mañana hasta el sol
que jamás se pone en las infernales calles
de Boston, donde la luz del sol es una espada
golpeando al que contempla al Señor:
moscas, moscas sobre el plátano en las calles.
Moscas invaden las aguas milagrosas del helado
Atlántico, y los ojos de Bernardeta
que vieron a Nuestra Señora de pie en la gruta
de Massabielle, la vieron con claridad tal
que su visión cegó los ojos de la razón. La tumba
está abierta por completo y absorbida en Cristo.
¡Oh muros de Jericó! Y todas las calles
que conducen a nuestra muralla atlántica cantan. "Cantad,
cantad por la resurrección del Rey."
Moscas, moscas sobre el plátano, en las calles.
Robert Lowell (Boston, 1917-Nueva York, 1977), Stevens, Williams, Lowell, Poemas, versiones y notas por Alberto Girri (edición no bilingüe); Corregidor, Buenos Aires, 1982
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Ilustración: Apocalipsis, siglo XIX, Francis Danby
Acaso sólo pueda decirse que la atmósfera del poema, asfixia; que no salva ni ese rayo de sol más aparición que clima... y claro que lo digo porque Lowell es un gran poeta, ciertamente uno de mis preferidos.
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