Queridos filósofos, pensar me entristece.
¿Os ocurre a vosotros lo mismo?
Justo cuando voy a hincarle el diente al noúmeno
alguna antigua novia viene a distraerme.
“¡Si ni siquiera está viva!”, clamo al cielo.
La luz invernal me señaló el camino.
Vi camas cubiertas con las mismas sábanas grises.
Vi hombres adustos sosteniendo a una mujer desnuda
mientras la rociaban con agua fría.
¿Se trataba de una cura para sus nervios o de un castigo?
Fui a visitar a mi amigo Bob, quien me dijo:
“Encontramos la realidad al superar la seducción de las imágenes”.
Estaba exultante de alegría, hasta que me di cuenta
de que nunca me sería posible tal abstinencia.
Me sorprendí mirando por la ventana.
El padre de Bob sacaba a pasear al perro.
Se movía con dificultad; el perro tenía que esperarle.
No había nadie en el parque,
sólo árboles desnudos con infinidad de formas trágicas
que hacían pensar con dificultad.
Charles Simic (Belgrado, 1938 -vive en Estados Unidos desde 1958), La voz a las tres de la madrugada, traducción de Martín López-Vega, DVD Ediciones, Barcelona, 2009
A Letter
Dear philosophers, I get sad when I think./ Is it the same with you? / Just as I'm about to sink my teeth into the noumenon, / Some old girlfriend comes to distract me. / "She's not even alive!" I yell to the skies.// The wintry light made me go that way. / I saw beds covered with identical gray blankets. / I saw grim-looking men holding a naked woman / While they hosed her with cold water. / Was that to calm her nerves, or was it punishment? // I went to visit my friend Bob, who said to me: / "We reach the real by overcoming the seduction of images." / I was overjoyed, until I realized / Such abstinence will never be possible for me. / I caught myself looking out the window. // Bob's father was taking their dog for a walk. / He moved with pain; the dog waited for him. / There was no one else in the park, / Only bare trees with an infinity of tragic shapes / To make thinking difficult.
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Foto: Simic Richard Drew/AP/The Guardian Books Blog
¿Os ocurre a vosotros lo mismo?
Justo cuando voy a hincarle el diente al noúmeno
alguna antigua novia viene a distraerme.
“¡Si ni siquiera está viva!”, clamo al cielo.
La luz invernal me señaló el camino.
Vi camas cubiertas con las mismas sábanas grises.
Vi hombres adustos sosteniendo a una mujer desnuda
mientras la rociaban con agua fría.
¿Se trataba de una cura para sus nervios o de un castigo?
Fui a visitar a mi amigo Bob, quien me dijo:
“Encontramos la realidad al superar la seducción de las imágenes”.
Estaba exultante de alegría, hasta que me di cuenta
de que nunca me sería posible tal abstinencia.
Me sorprendí mirando por la ventana.
El padre de Bob sacaba a pasear al perro.
Se movía con dificultad; el perro tenía que esperarle.
No había nadie en el parque,
sólo árboles desnudos con infinidad de formas trágicas
que hacían pensar con dificultad.
Charles Simic (Belgrado, 1938 -vive en Estados Unidos desde 1958), La voz a las tres de la madrugada, traducción de Martín López-Vega, DVD Ediciones, Barcelona, 2009
A Letter
Dear philosophers, I get sad when I think./ Is it the same with you? / Just as I'm about to sink my teeth into the noumenon, / Some old girlfriend comes to distract me. / "She's not even alive!" I yell to the skies.// The wintry light made me go that way. / I saw beds covered with identical gray blankets. / I saw grim-looking men holding a naked woman / While they hosed her with cold water. / Was that to calm her nerves, or was it punishment? // I went to visit my friend Bob, who said to me: / "We reach the real by overcoming the seduction of images." / I was overjoyed, until I realized / Such abstinence will never be possible for me. / I caught myself looking out the window. // Bob's father was taking their dog for a walk. / He moved with pain; the dog waited for him. / There was no one else in the park, / Only bare trees with an infinity of tragic shapes / To make thinking difficult.
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Foto: Simic Richard Drew/AP/The Guardian Books Blog
Excelente
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