Aviario
1
Cardenal
Un diminuto sol recién salido
de adentro de la tierra,
un carbón al rojo aventado al aire
en la cresta del día como reflejo
entre los sicomoros y la luz,
adviento en la perplejidad. Mi padre.
Testigo del milagro de la luz,
clavel de corazón clavado en alas
dentro de la armería parda del bosque.
2
Cuervo y niño
Un cuervo gris, ceniza en el áspid de la palmera
como si toda la socarronería del mundo
lo hubiera puesto ahí,
en las hojas de la mañana
a punto de volar o caer.
Una piedra asida a la rama
tras los ronquidos del mar.
Cáscara de graznidos como un fruto pesado,
una granada ennegrecida.
Picotea el cuervo en la laja de agua,
para que de allí surgiera lo verde
del almendro que la rodea.
Chirría antes de volar.
Detrás, un niño avizora el amanecer,
como un sol único en la arena.
Pedro Serrano (Montreal, 1957)
Ilustración: Iván y el pájaro de fuego, Iván Bilibin, 1899
De Serrano en este blog:
Tuscania, 5
1
Cardenal
Un diminuto sol recién salido
de adentro de la tierra,
un carbón al rojo aventado al aire
en la cresta del día como reflejo
entre los sicomoros y la luz,
adviento en la perplejidad. Mi padre.
Testigo del milagro de la luz,
clavel de corazón clavado en alas
dentro de la armería parda del bosque.
2
Cuervo y niño
Un cuervo gris, ceniza en el áspid de la palmera
como si toda la socarronería del mundo
lo hubiera puesto ahí,
en las hojas de la mañana
a punto de volar o caer.
Una piedra asida a la rama
tras los ronquidos del mar.
Cáscara de graznidos como un fruto pesado,
una granada ennegrecida.
Picotea el cuervo en la laja de agua,
para que de allí surgiera lo verde
del almendro que la rodea.
Chirría antes de volar.
Detrás, un niño avizora el amanecer,
como un sol único en la arena.
Pedro Serrano (Montreal, 1957)
Ilustración: Iván y el pájaro de fuego, Iván Bilibin, 1899
De Serrano en este blog:
Tuscania, 5
Qué mirada extraña tiene. ¡Bueno! Gracias, Irene
ResponderBorrar