sábado, julio 25, 2009

Miguel Gaya /De "Lo efímero y otros poemas inestables"


Lo clásico

Abierto a la mañana el hombre distingue
en el canto de los pájaros la armonía,
y la atribuye a esa parcela afable
de la naturaleza que arbitrario demarca.

Así descansa del áspero desconcierto
de escucharlo todo. Y sin embargo
algo repta en él, acaso el registro
del corrosivo tiempo que puntúa,

entre uno y otro canto del ave
oculta en la espesura,
el transcurrir del bosque

que acaba en el silencio.
Nadie escucha inocente,
luminoso u oscuro el vivir.

Miguel Gaya (Ayacucho,  Argentina, 1953), Lo efímero y otros poemas inestables, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2009

Foto: Gaya, 1996 Daniel Grad/AutorExus

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