Los peregrinos en la cubierta,
rezando al rayo del sol en el Mar Rojo.
Y entonces una frase: las noches caían sobre el Patna
como una bendición.
O el tiempo de Petrarca,
tanto más veloz y leve
cuanto más se acerca al día final.
O el comienzo más perfecto: Llámenme Ismael.
Frases subrayadas en los libros,
1978, 1980, 1973.
Aunque debe haber forma de saberlo,
no lo sé. Pero una vida
puede sostenerse de algún modo
en frases sueltas.
Quienquiera que yo sea
me encomiendo.
El curso, la marea, el color blanco.
O cuando alguien escribe
que él también es apariencia,
que lo está soñando otro.
Gerardo Gambolini (Buenos Aires, 1955)
Un poema maravilloso. A veces las citas funcionan como complemento de algo que se pretende decir y no se puede, sólo deseo: "...el comienzo más perfecto...".
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