Miniaturización de la experiencia
Por Aníbal Cristobo
En Kriller
ABRO ESTE ESPACIO PORQUE NO ME GUSTARÍA ABUSAR DEL DE OTROS: con Aulicino y Fondebrider -entre otros- hemos discutido (más virtual que virtuosamente) sobre algunas cuestiones de la así llamada "Poesía ´90" cosas que están encapsuladas en el blog de Las Elecciones Afectivas y que sería imposible, por no decir innecesario, recapitular aquí. Esto viene a cuento porque hace unos días Aulicino volvió lateralmente sobre el asunto, aunque mencionando una inconsistencia discursiva, según se ve aquí: digo, aquí.
VALE. INTENTARÉ PONER ESTO AL DÍA. He dejado un comment diciendo que:
"Jorge, desde luego que tus reparos lógicos al "significado histórico positivo" -en el contexto de la nota- me parecen acertadísimos. Apenas me gustaría dejar constancia (una vez más, porque creo al menos vos y Fondebrider ya deben estar más que cansados de conocer mi posición al respecto) que creo que nos debemos un análisis de esa actitud (llamémosle "anti-sublimatoria", por seguir lo dicho) desde una perspectiva menos radical que, pongamos, la poesía de Fernanda Laguna. Pensaba hoy en "Children`s corner", por ejemplo, como punto de encuentro de versos como "los animales y las cosas van a respirar" con los patitos Fisher Price. La vez pasada hablábamos (creo que con poco acierto) de "banalización": quizás se pueda pensar en una "miniaturización" de la experiencia, para no colocar de entrada un concepto que suena como indefendible. Esa miniaturización de la experiencia, diría, desde una perspectiva en la que no representa nada más que ese instante incomprendido, sin ninguna pretensión universal, puede haber sido un rasgo presente en producciones "recientes" que no necesariamente esté marcado por la desidia, el desinterés formal ni el auto-bombo. Pero temo haberme desviado demasiado del asunto original.
Un abrazo,
Aníbal.-
A LO CUAL, AULICINO RESPONDE QUE:
Aníbal: creo que sé a dónde apuntás, y me parece correcto. En la discusión a la que aludís, que está en el blog Las Afinidades, recordarás que no me opuse a la banalizazión en tanto actitud, cuando reviste, de algún modo, ideología, aunque en general no me guste. Creo que es correcto llamarla en algunos casos miniaturización, como decís, o trivialización, intencionadas. Es una liviandad, y me gusta menos cuando es intencionada, porque juega en el borde lo banal y de trivial. Estas cosas existen en la vida, son la falta de sustancia del entretenimiento... pero hablo de sustancia, ergo de metafísica, de una época de "aspiraciones sublimatorias"... Esta cuestión es la cuestión, no el poema citado de Laguna, ni lo que Laguna haya escrito.
QUIERO INTENTAR ACLARARME ALGUNAS COSAS, porque no siempre uno se entiende lo que quiere (decir). Diría que la miniaturización de la experiencia no es necesariamente una elaboración intencionada, sino antes un modo de ser del individuo postmoderno (o "postmodernizado", porque lo veo más como sujeto (a unas coordenadas) que como quien opta por un posicionamiento) frente al mundo - ya trizado. La multi-información excepciona y destroza cada posible enunciado, cada juicio tropieza ante las particularidades de alguna minoría que, llegada satelitalmente, desdice lo que aún no se había formulado. No es de extrañar que ese sujeto aparezca balbuciando, moviendo apenas un palito en la arena con el cual dibujar unos signos propios, o mirando hormigas que se desplazan sobre un tablero de dibujo. Pero eso, a mi ver, y disintiendo de Aulicino, no es comparable con la banalización (que sí entiendo como ideológica y premeditada, en tanto que sería una herramienta de dominación o, en términos marxistas, de alienación) ni una falta de sustancia: la experiencia miniaturizada compromete al individuo no más, ni tampoco menos, que cualquier otra empresa. El tanteo del límite, la imposibilidad de avanzar en la conceptualización, la falta de certezas no son un modelo negativo, o de menor carga, porque quien las vive las experimenta como su propia aventura indagatoria, más allá de que los resultados obtenidos sean muy poco espectaculares, o de que no surjan de allí grandes frases sobre el alma humana o el destino de los hombres.
HONESTAMENTE, creo que no hay grandes diferencias con lo que dice Aulicino. Lo cierto es que algunas escritas permitieron revisitar experiencias tal vez menos pretenciosas (cuando comparadas con poéticas más "comprometidas socialmente", digamos) pero,a mi ver, no menos ricas. Pienso, por ejemplo, que entre la marea de textos acerca de la infancia producidos en los 90 y alrededores, no todo es impostura, ni pereza, ni ego. Evidentemente el eje por sí sólo no garantiza nada, pero tampoco condena de antemano al material.
POR OTRO LADO está claro (o me gustaría pensar que sí) que cuando escribo estas cosas no tengo en mente a Laguna como paradigma; y de ahí la necesidad que veo de acercarse al fenómeno desde sus sitios de cruce más que desde algún extremo, por aquello de que ese extremo estará más fácilmente vinculado a una interpretación paródica. De ahí mi mención a "Children's Corner" o a la influencia que Arturo Carrera haya podido ejercer en un buen número de los que, por los 90, podían llamarse "jóvenes" con menos reparos que hoy en día.
LA MINIATURIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA, la fuga del eje trascedente en aras de la escena íntima o ínfima casi tiene más de una cuestión para avanzar. Básicamente -y tal vez también en eso pueda residir cierto malestar de quienes han militado en décadas pasadas- es una superficie poco apta para la confrontación, una vez que lo poco que afirmo es tan acotado a la propia esfera de mi experiencia o meditación, que mal podría ser negado sin violencia injustificada. Por otro lado, es un fenómeno que excede ampliamente el campo de la poesía: hace bastante tiempo que asistimos a estos tipos de narrativas, ya sea desde la novela como desde el cine, en las que el énfasis se ha diluido casi por completo, y la escala de trabajo vuelve a ser aquella que el hombre contemporáneo, si tal cosa existe, es capaz de percibir como un modelo con el que empatizar.
DIGO, SE ME OCURRE QUE ALGO ASÍ HACE, POR EJEMPLO Liniers en sus historietas, o Juana Molina en sus canciones, o Lucrecia Martel, a la manera (a mi entender, muy admirable) de ella, en "La ciénaga" y no veo por qué esa miniaturización -en sí misma- habría de ser sinónimo de cualquier valoración negativa. Puede haber vacío, como también puede haberlo detrás de las palabras huecas de grandes líderes políticos, pero no debemos atribuir ese déficit a la escala en la que se esté trabajando. Hablar de lo mínimo, describir el límite, indagar acerca de la percepción y sus imposibilidades, puede ser igual de valioso que narrar gestas épicas, revelar pensamientos trascendentes o extraer conclusiones sobre la humanidad - y, muchas veces, puede ser también mucho más honesto.
a.-
10 de julio de 2008
No entiendo, no entiendo quién dice qué cosa. No entiendo adónde se traslada Cancha Rayada ni por qué. No sé de qué se está hablando. Fui adonde remite el link o como se llame pero no encontré el "aquí digo" mencionado. Por favor, un mapa, algo en colores, algo. Grandioso el poema de arriba.
ResponderBorrarIrene, estoy trasladando parte del material de Cancha Rayada, que desaparece como blog por razones de economía hogareña. Este material es de Aníbal Cristobo, quien discute una entrada de este blog, a la que remite mediante el link "digo, esto". El link funciona. Mediante él, se llega a la nota con la que polemiza Cristobo, que, como digo, está en este mismo blog, en el apartado "Poéticas y opiniones". Cristobo también alude a una antigua polémica sobre lo mismo en el sitio "Las elecciones..." Le pido paciencia hasta que traslade algunas notas de Cancha Rayada que quedarán bajo el rótulo o marbete "Discursos de la poesía contemporánea". Me parece útil tenerlas aquí archivadas, pero no tengo modo de traer esos textos a esta casa que no sea a través de la página principal. Me alegra que le haya gustado el poema de St. Vincent Millay. Y gracias por su comentario.
ResponderBorrarEspere que le llegue la cuenta de la luz. Ahí los Discursos... estarán enceguecidos. Gracias
ResponderBorraragrego una de foster wallace
ResponderBorrar"
“If what's always distinguished bad writing--flat characters, a narrative world that's clichéd and not recognizably human, etc.--is also a description of today's world, then bad writing becomes an ingenious mimesis of a bad world. If readers simply believe the world is stupid and shallow and mean, then [Bret] Ellis can write a mean shallow stupid novel that becomes a mordant deadpan commentary on the badness of everything. Look man, we'd probably most of us agree that these are dark times, and stupid ones, but do we need fiction that does nothing but dramatize how dark and stupid everything is? In dark times, the definition of good art would seem to be art that locates and applies CPR to those elements of what's human and magical that still live and glow despite the times' darkness. Really good fiction could have as dark a worldview as it wished, but it'd find a way both to depict this world and to illuminate the possibilities for being alive and human in it."