miércoles, diciembre 13, 2023

Encuesta lírica / Los libros de 2023, 5

Daniel Varacalli Costas *


Lo que puedes hacer con el fuego, Rafael Felipe Oteriño (Pre-Textos, 2023)

 “Esto no es una confidencia, es una oración”, dice el poeta y define así este libro que es una decantación de toda una vida dedicada a la contemplación y el pensamiento al servicio de la expresión poética:

Lo que puede caber en una mano 

Lo que puede caber en una mano
en tiempos sucesivos: 
una foto de cuatro por cuatro 
en blanco y negro, 
una dirección y un número 
en un papel doblado, 
un broche de metal 
de una figura con alas, 
un manojo de llaves, 
una flor recién cortada,
 el verso de Charles Wright que dice: 
“Lo que queda es con lo que empiezas”, 
un lápiz pequeño, 
una hoja morada, 
el dado de seis caras 
con el que enfrentas tu suerte,
fragmentos 
de un cristal tallado,
Todo eso, irrepetible, 
que cumple su papel en la casa 
y da paso a otra cosa y a otra más 
y luego desaparece. 
En esa mano está cifrado 
algo más sincero que tu silencio:
cuando la abres, 
cuando eliges mantenerla cerrada.


Por las ramas, Gabriela Franco (Ediciones En Danza, 2023)
Es un título con un verbo elidido: “Irse”. Ese verbo está en el corazón exacto del libro, y es impersonal como sus textos que son interlocuciones de un diálogo sobre lo que se escurre:

XXV
-Cada una de las partes se divide
o, mejor, se multiplica. No existe
centro, aunque sí, tal vez, un
claro. Lo que oculta siempre
invita a perderse en la selva
de la respuesta; a irse
por las ramas.


La función de la marea, Silvia Dabul (La Gran Nilson, 2022)
La música inspira, con las palabras que la vuelven tangible, las referencias poéticas de Silvia Dabul, que indaga en esa relación de ida y vuelta entre el ser y el nombrar, entre la música y el verbo:

Como si el aire estuviera
delicadamente habitado.
Puntos de luz,
sombras que pasan.
Cada segundo entrega al mundo
rastros de su cuerpo.
Se ocupa en sus labores
y piensa en otra cosa
mientras es intervenida
por los humores de los otros.
Indiferente a las olas
de ese intercambio mudo,
continuamente toca y es tocada.
La cadena no se detiene.
Hasta su último pensamiento
antes de dormir
es un secreto improbable.

Si miro las cosas sin nombrarlas
pierden consistencia

A falta de peso
del signo que define
las cosas se aligeran

pierden volumen
y desaparecen
livianas

Tal vez la emoción sea también
un accidente pasajero
una peripecia que se esfuma
con elegancia

Las cosas tienen
el corazón hueco
al privarlas de su nombre
se gana en virtud

La pérdida es nada


Para coronar café (Renata Schneider (El Mono Armado, 2023)
El canto también es música. La cantante se vuelve poeta cuando logra traspasar los propios límites de su arte para reconstruir a partir de la sencillez el escandir de la poesía que también puede cantarse:

conspiración

si es que hay un diablo
un ser vil de toda maldad
aquél ha de ser
quien tuvo la idea
subversiva
de convertir el canto
en un arma
letal
entre los  dientes

Nana para mi viejita

Mamá chiquitita,
duermasé
yo cuido sus sueños
como me cuidó usté
le canto para abrazarla
usté sabe bien
cuando las puertas se abran
a su lado estaré


* Daniel Varacalli Costas (Buenos Aires, 1970). Periodista, traductor, crítico musical. Tiene publicados dos libros de poesía: Poemas en cincuentena y Sobreviviente en la ciudad.

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