Esto no es estar muerto,
esto es volver
al pueblo, a la cuna:
claro es el día
como la sonrisa de una madre
que esperaba.
Campos helados, árboles de plata, crisantemos
dorados: las niñas
vestidas de blanco,
con velo del color de la escarcha,
la voz color del agua
aún viva
entre terrosas orillas.
Las llamas de las velas, náufragas
en el esplendor de la mañana,
hablan de este desvanecerse
de las cosas terrenales
-dulce-,
este regreso de los humanos,
por aéreos puentes
celestes,
por blancas crestas de montes
soñados,
a la otra orilla, a los prados
de sol.
3 de diciembre de 1934
Antonia Pozzi (Milán, Italia, 1912 - 1938), en el sitio web Antonia Pozzi, 2 de octubre de 2011
Versión de Jorge Aulicino
Otra Iglesia Es Imposible - Antonia Pozzi - La Bella Varsovia - Las Nueve Musas - Via Sole - La Caína - La Tempestad - Revista Poesía, Valencia - La Soga
Funerale senza tristezza
Questo non è esser morti,
questo è tornare
al paese, alla culla:
chiaro è il giorno
come il sorriso di una madre
che aspettava.
Campi brinati, alberi d’argento, crisantemi
biondi: le bimbe
vestite di bianco,
col velo color della brina,
la voce colore dell’acqua
ancora viva
fra terrose prode.
Le fiammelle dei ceri, naufragate
nello splendore del mattino,
dicono quel che sia
questo vanire
delle terrene cose
– dolce –,
questo tornare degli umani,
per aerei ponti
di cielo,
per candide creste di monti
sognati,
all’altra riva, ai prati
del sole.
3 dicembre 1934
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