El vago Amargura
Mandando a bodega su troli de vino
junto con la mugre de un bar mishiadura,
está siempre escabio el vago Amargura,
que en tiempos pasados fue un gran malandrino.
Cuentan los caneros que ha tiempo lo embrocan
que fue de los púas para la avería.
Hizo, prepotente, trabajos de bronca
pa' vivir al margen de la fulería.
Y aunque siempre tuvo minas retrecheras
que hacían las latas con facilidad,
tiró bien la lanza, y en giras burreras
forzó pateadores con felicidad.
Y, siempre al tanteo de lo que cuadraba,
todos los laburos se los repasó:
fue escruche, lancero, furquista de biaba
y por lerdo nunca jamás fracasó.
Hasta que una noche, ¡maldito bailongo!,
acaso en curdela, quizás el destino
con la fariñera le cortó el mondongo
a un gil, rechiflado por culpa del vino.
Entonces la yuta se arregló la cosa
vengando las biabas que d'él recibía
y por esa muerte, minga de alevosa,
pasó veinte años fuera de la vía.
Y volvió de Ushuaia con la conocida
tos envenenada que atrapa el canero,
y olvidando todo se engrupe la vida
mandando a bodega su troli cabrero.
La Payaso
Fue, desde pebeta, siempre cortejada
cuando requintada, cuando retrechera
cayó a aquel bailongo de la deschavada
su pinta debute con pilcha fulera.
Y obtuvo el requiebro de los gavilanes
y el grato floreo de los bailarines,
que le palpitaron ser con los bacanes
pebeta de carpa pa' los berretines.
Y previo unos tangos de cuerpo presente
con púas cancheros en bailes mistongos,
pa' los del asfalto se fue prepotente
y a las más corridas les bailó sin tongo.
Y olvidó, mareada por los copetines,
junto con sus viejos, todo el arrabal,
y entre la camada de turros y afines
bebió hasta las heces la copa del mal.
Citroën
Siempre en cucliyas te miró mi pena
antes de ser lo que sos hoy, bacana,
en la enlozada vieja en que se entrena
el poliglota loro de Ritana.
Después, con más chiqué y con más tacto,
en la aliviada que te dio la guita
te divisé montada al artefacto
que Lola Mora en el balneario imita.
Y ayer, en el Florida matutino
que cantara Rubén en verso fino,
te campanié de nuevo embelesado.
En la higiénica imagen atrevida
y tu blanco Citroën de mantenida
era como un bidet estilizado.
Carlos Muñoz del Solar, Carlos de la Púa (La Plata, Argentina, 1898-Buenos Aires, 1950), La crencha engrasada, [1928], cuaderno sin mención de editor ni pie de de imprenta
Otra Iglesia Es Imposible - El Ortiba - Todo Tango - Internet Archive - Clarín - Tito Reyes/Enrique Cadícamo/YouTube
Ilustración: Carlos de la Púa, caricatura basada en una foto de época El Tomi/El Ortiba