XI
Haremos de este modo
Para que las manos no cometan
Los actos definitivos
Envolveremos los cuchillos y los espejos
En lanas dobladas, gruesas.
Y de alargadas marcas, el resentimiento.
Pintadas las caras en un matiz de yeso
Recubriremos cuerpo, carne
En la tentativa cálida, multiforme
En la roja pastosidad
De un tocar sin sufrimiento.
Y al final
Cara a cara (espejo y cuchillo)
De nuestras dobles hambres
No hablaremos.
V
Me veías
Partida al medio.
La cara de las emboscadas
Decías
Esa era la cara de mi deseo.
Y poseías
Lo íntegro, como Narciso
Tu mismo y tu fantasía.
Una frontera de líneas
Que se pensaban contiguas.
Me veías dura, vestida
De lanas y de campanillas.
Sobre tu valle yo pasaba
En llagas, sin compañía.
Pasaba, sí.
Pero desnuda, quemada
Del amor que me arrancabas.
XXX
El Tiempo y su hambre.
Voluptuosidad y Olvido
Sobre los arcos de la vida.
Rigor sobre nuestro momento.
El tiempo y su mandíbula.
Musgo y furor
Sobre nuestros altares.
Un día, geometrías de luz.
Otro día nada somos.
Tiempo y humildad.
Nuestros nombres. Carne.
Devorame, mi odio-amor,
Bajo el resplandor cruel de las despedidas.
Hilda Hilst (Jaú, Brasil, 1930-Campinas, Brasil, 2004)
Versiones de José Ioskyn
Paradiso,
Buenos Aires, 2022
Paradiso - Caleta Olivia - Heroínas - Eterna Cadencia - Excéntrica - Ginebra Magnolia - Odisea Cultural - Círculo de Poesía - Altazor - Alpialdelapalabra - Emma Gunst
Foto: Folha de Londrina
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