Todo lo que conozco es una puerta a la oscuridad.
Afuera, los viejos ejes y flejes de hierro oxidándose.
Adentro, el repique breve y alto del yunque martillado,
El impredecible abanico de las chispas
O el siseo de una herradura templándose en el agua.
El yunque debe estar de algún modo al centro,
Astado como un unicornio, cuadrado en un extremo,
Y allí inamovible: un altar
Donde él se gasta a sí mismo en forma y música.
A veces, con delantal de cuero y pelos en la nariz,
Se asoma por el vano, evoca el retumbar
De cascos donde ahora el tráfico centellea en filas,
Después gruñe y entra con un portazo y un revuelo
A moldear el hierro verdadero, a hacer andar los fuelles.
[Door into the Dark, 1969]
Seamus Heaney (Bellaghy, cerca de Castledawson, Irlanda del Norte, 1939-Dublin, 2013), Diario de Poesía n° 7, Buenos Aires, verano de 1987 y 1988
Traducción de Mirta Rosenberg
Otra Iglesia Es Imposible - The Nobel Prize - The Estate of Seamus Heaney - Poetry Foundation - The New Yorker - Paris Review - The Poetry Archive - UNAM - Zeta - Azularte - Ogham - A Media Voz - El Cultural, Madrid - Panorama Cultural
The Forge
All I know is a door into the dark.
Outside, old axles and iron hoops rusting;
Inside, the hammered anvil’s short-pitched ring,
The unpredictable fantail of sparks
Or hiss when a new shoe toughens in water.
The anvil must be somewhere in the centre,
Horned as a unicorn, at one end and square,
Set there immoveable: an altar
Where he expends himself in shape and music.
Sometimes, leather-aproned, hairs in his nose,
He leans out on the jamb, recalls a clatter
Of hoofs where traffic is flashing in rows;
Then grunts and goes in, with a slam and flick
To beat real iron out, to work the bellows.
Door into the Dark, Faber & Faber, Londres, 1969
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