miércoles, diciembre 29, 2021

María Belén Aguirre / De "Siamesas"





Qué incómoda 
ha de sentirse mi alma 
adentro de este 
cuerpo 

pienso.

Tan retorcida
como nosotras.

Tan sin margen de acción.

Tan sofocada.
Tan claustrofóbica.

Tan dispuesta
a abrir la ventana 
y marcharse

(si tan solo pudiera llegar hasta allí)


Madre juega a ser Yoko Ono 
en el Sogetsu Art Center de Tokio

Ha comprado una caja de fósforos.
Ha aguardado con ansias la llegada de la noche.
Ha apagado las luces de la pieza.
Ha corrido las cortinas para que no entre la luz 
del tendido eléctrico 
ni de la Luna.

Se ha parado delante de nuestra cama.

Ha encendido un fósforo
y lo ha observado consumirse 
hasta el final. 

Ha hecho eso
noventa y ocho veces.

En el último tramo
el fuego apagó
dos fósforos 
que estaban
unidos por la cabeza.


Quiero describir el rostro de mi Madre
detrás del fósforo encendido

La siniestra expresión
de su dulzura.

Eso 
que hace
la oscuridad 
en las personas.

Eso
que hace
la luz 
en las personas.

Yo no sé.
Yo no soy Dios.

Yo no he creado
desde la Nada
nada.

Vengo de la oscuridad.

Del tenebroso proemio
al fiat lux. Soy algo 
así como una nube negra
en un grabado 
de Doré.

(La Luz 
al crearse 
me empuja torpemente 
hacia un costado.)

María Belén Aguirre (San Miguel de Tucumán, Argentina, 1977), Siamesas, Ediciones La Eterna, 2021


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