No es verdad que habitemos a merced del tiempo.
El tiempo no existe.
Nadie lo ha visto, nadie lo huele, nadie lo toca.
Cuando estamos reunidos, o caminamos a solas, o nos quedamos
mirando el vacío, el tiempo no está entre nosotros.
Repetidas veces he dado vuelta la cabeza
y nunca lo he sorprendido, y cuando estiro el cuello para ver el mañana
el tiempo no se encuentra más adelante.
Ahora en la habitación que continúa a oscuras
preveo las rayas de luz, diminutas, que irán transitando en la pared
según avance el día.
Y más tarde ya no estaré allí.
[inédito]
Miguel Gaya (Ayacucho, Argentina, 1953)
Ediciones en Danza - Otra Iglesia Es Imposible - La Infancia del Procedimiento - De Sibilas y Pitias - Círculo de Poesía - El Infinito Viajar - Poetas Siglo XXI
Foto: Miguel Gaya/Facebook
No hay comentarios.:
Publicar un comentario