En mi pobre camino sólo hay zarigüeyas y marmotas,
los dos vegetales del reino animal;
nada de mofetas, ciervos, castores... ni siquiera una pequeña víbora
para romper el equilibrio;
sólo cavar tranquilamente y masticar con suavidad y mirar el cielo.
En mi pobre camino un hombre vive como una babosa;
se pasea por la tierra igual que una rueda vieja,
dejando una huella de plata,
y hace su casa en la hierba húmeda y las flores.
Es por fin libre de todos los otros misterios
que ha aceptado
y de pronto se ve a sí mismo yaciendo allí abrigado y feliz.
Por la noche bebe su agua junto a la oscura estufa
mientras la pequeña radio gime
y el corazón se parte en dos ante las letras de viejas canciones
y el recuerdo de otras radios pequeñas en otros jardines.
Gerald Stern (Pittsburgh, Estados Unidos, 1925-Nueva York, Estados Unidos, 2022), The American Poetry Review, vol. 3, n.º 5, septiembre-octubre de 1974
Versión de Jonio González
Poetry Foundation - The New Yorker - The New York Times - Pittsburgh Jewis Chronicle - Poets Org - Pittsburgh City Paper - Vaso Roto - Hoy Es Arte - Luz Cultural - Poetas Siglo XXI - DDA/YouTube
Foto: Gerald Stern en la Feria del Libro de Miami, Estados Unidos, 2011 Wikimedia Commons
ON MY POOR ROAD
On my poor road there is nothing but opossum and groundhog,
the two vegetables of the animal kingdom;
no skunk, no deer, no beaver- not even a small snake
to ruin the balance;
only easy digging, and soft chewing, and staring at the sky.
On my poor road a man lives like a slug;
he rides along the soil like an old wheel,
leaving a trail of silver,
and makes his home in the wet grass and the flowers.
He is finally free of all the other mysteries
he had accepted
and sees himself suddenly lying there warm and happy.
At night he drinks his water by the dark stove
while the small radio moans
and the heart breaks in two to the words of old songs
and the memory of other small radios in other gardens.
Act. 2023
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