martes, marzo 31, 2020

Charles Baudelaire / Toda entera / A una mendiga pelirroja
























Toda entera

El demonio a mi altillo
esta mañana subió a verme,
y procurando sorprenderme
en falta, me dijo: "Yo quisiera saber,

entre todas las cosas bonitas
de qué está hecho su encanto,
de las partes negras y rosadas
que componen su cuerpo adorable,

cuál es la más dulce." - Mi alma,
tú respondiste al Aborrecido:
"Puesto que en ella todo es díctamo, [1]
nada puedo preferir.

Como todo me arrebata, yo ignoro
si alguna cosa me seduce más que otra.
Ella deslumbra como la Aurora
y como la Noche consuela;

la armonía que gobierna su cuerpo entero
es demasiado exquisita
para que el impotente análisis
separe sus innumerables acordes.

Oh, mística metamorfosis,
todos mis sentidos en uno fusionados:
su aliento hace la música
como su voz el perfume."


A una mendiga pelirroja

Blanca niña de cabellos rojos,
tu ropa, por sus agujeros,
deja ver la miseria
y la belleza,

A mí, poeta y pobre,
tu joven cuerpo enfermizo,
lleno de pecas,
me es dulce.

Con más gracia
que una reina novelesca
sus coturnos aterciopelados
llevas tus bastos zuecos.

En vez de harapos cortos,
que un soberbio vestido cortesano
caiga en largos y siseantes pliegues
sobre tus talones;

que en lugar de una media agujereada,
y contra las miradas malignas,
en tu pierna un dorado puñal
reluzca siempre;

que esos mal atados nudos
descubran a nuestros pecados
tus bellos pechos, brillantes
como dos ojos;

que para desvestirte
se hagan rogar tus brazos
y detengan los asaltos atrevidos
tus dedos vivaces.

Perlas del agua más bella,
sonetos del maestro Belleau [2]
tus cautivos galanes
te ofrecen sin cesar,

y una corte de escribidores
te dedica sus primicias.
Contemplado tus zapatos
desde el pie de la escalera

más de un paje, de azar ansioso,
más de un señor y más de un Ronsard [3]
espiarían con placer
tu fresco sexo.

Contarías en tu lecho
más besos que flores de lis
y someterías a tus leyes
a más de un Valois.

- Mientras vas levantando
uno que otro desperdicio
en los umbrales
de algún céntrico Véfour. [4]

vas codiciando
esas joyas de veintinueve centavos
que yo no puedo, oh, perdón,
regalarte.

Vete, entonces, sin más adorno,
perfume, perla, diamante,
que tu magra desnudez,
oh, mi belleza.

Charles Baudelaire (París, 1821-1867), Poemas eróticos. Antología de 'Las flores del mal', colección Traducciones, dirigida por Javier Adúriz, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2000
Versiones de Daniel Fara

Notas del traductor:

1) Díctamo: Hierba a la que antiguamente se le atribuían extraordinarias propiedades balsámicas e hipnóticas;
2) Rémy Belleau: Poeta cortesano del siglo XVI, protegido de Pierre de Ronsard, miembro de la famosa Pleiáde. Llamaba "perlas" sus versos. Nótese además el juego belleau/Belleau;
3) Pierre de Ronsard (1524-1585). Famoso poeta del Renacimiento francés, junto con Joachim Du Bellay y Lazare de Baïf lideró el grupo poético llamado Pleiáde;
4) Véfour: Famoso restaurante de lujo parisino, ubicado en el barrio de Palais Royal.

Fleurs du Male Org - Otra Iglesia Es Imposible - Trianarts - Cultura Genial - A Media Voz - El Boomeran(g)

Foto: Charles Baudelaire por Nadar, 1855 Drouot Paris

Tout entière

Le Démon, dans ma chambre haute
Ce matin est venu me voir,
Et, tâchant à me prendre en faute
Me dit: «Je voudrais bien savoir

Parmi toutes les belles choses
Dont est fait son enchantement,
Parmi les objets noirs ou roses
Qui composent son corps charmant,

Quel est le plus doux.» — Ô mon âme!
Tu répondis à l'Abhorré:
«Puisqu'en Elle tout est dictame
Rien ne peut être préféré.

Lorsque tout me ravit, j'ignore
Si quelque chose me séduit.
Elle éblouit comme l'Aurore
Et console comme la Nuit;

Et l'harmonie est trop exquise,
Qui gouverne tout son beau corps,
Pour que l'impuissante analyse
En note les nombreux accords.

Ô métamorphose mystique
De tous mes sens fondus en un!
Son haleine fait la musique,
Comme sa voix fait le parfum!»


À une Mendiante rousse

Blanche fille aux cheveux roux,
Dont la robe par ses trous
Laisse voir la pauvreté
Et la beauté,

Pour moi, poète chétif,
Ton jeune corps maladif,
Plein de taches de rousseur,
À sa douceur.

Tu portes plus galamment
Qu'une reine de roman
Ses cothurnes de velours
Tes sabots lourds.

Au lieu d'un haillon trop court,
Qu'un superbe habit de cour
Traîne à plis bruyants et longs
Sur tes talons;

En place de bas troués
Que pour les yeux des roués
Sur ta jambe un poignard d'or
Reluise encor;

Que des noeuds mal attachés
Dévoilent pour nos péchés
Tes deux beaux seins, radieux
Comme des yeux;

Que pour te déshabiller
Tes bras se fassent prier
Et chassent à coups mutins
Les doigts lutins,

Perles de la plus belle eau,
Sonnets de maître Belleau
Par tes galants mis aux fers
Sans cesse offerts,

Valetaille de rimeurs
Te dédiant leurs primeurs
Et contemplant ton soulier
Sous l'escalier,

Maint page épris du hasard,
Maint seigneur et maint Ronsard
Epieraient pour le déduit
Ton frais réduit!

Tu compterais dans tes lits
Plus de baisers que de lis
Et rangerais sous tes lois
Plus d'un Valois!

— Cependant tu vas gueusant
Quelque vieux débris gisant
Au seuil de quelque Véfour
De carrefour;

Tu vas lorgnant en dessous
Des bijoux de vingt-neuf sous
Dont je ne puis, oh! Pardon!
Te faire don.

Va donc, sans autre ornement,
Parfum, perles, diamant,
Que ta maigre nudité,
Ô ma beauté!

lunes, marzo 30, 2020

Diego Colomba / De "El largo aliento"












Decadente

Olvidado entre bolsas de arpillera, con un yuyo en la boca, contempla el desgarro del cielo. Su espalda flaca se hunde en las espigas, ausculta el traqueteo de la chata en los rastrojos. Ni siquiera un ladrido puede arrebatarlo del vértigo con que las cosas se van muriendo.


Una densidad

Tus lentes culo de botella, esas marcas que dejan en la piel grasosa, el brillo de tus ojos, tu barba de días, ese quinoto perfumado que llevás en el bolsillo, el asiento de tractor clavado en la tierra donde probás la embriaguez de lo que dura, no son las moléculas escandidas de una historia. Apenas pedazos de tu materia viva.

Un orden sensible

Aunque se empape la cobija de rocío y amanezca mañana acatarrado, no quiere salir de esa confusión de destellos y oscuridades que arrojan los naranjos en el porlan. Seguirá hamacándose, un rato más, en la amistad dudosa de la noche.

Diego Colomba  (San Nicolás, Argentina, 1972), El largo aliento, Alción, Córdoba, Argentina, 2016

Diego Colomba - Otra Iglesia Es Imposible - Premios Nacionales - Ediciones en Danza - Barnacle - Editorial Municipal de Rosario - Op. Cit. - Círculo de Poesía

Foto: Diego Colomba/Facebook

domingo, marzo 29, 2020

Dylan Thomas / Amor en el loquero














Apareció una extraña
A compartir mi cuarto en la casa mal de la cabeza,
Y loca como los pájaros

Cierra el pestillo de la noche con su brazo su pluma.
Sujeta al caos de la cama
Burla la casa anticielo con nubes furtivas

Pero en sus rondas burla la habitación de pesadilla,
A sus anchas cual los muertos,
O monta el mar soñado de los pabellones de hombres.

Ha venido poseída
La que atraviesa con luz las paredes que rebotan,
Poseída por los cielos

Duerme en la angosta acequia pero transita el polvo
Pero delira a gusto
Sobre las tablas del loquero transidas por mis lágrimas.

Y llevado por la luz en sus brazos de una ansiada vez por todas
Podré ya sin excusas
Sufrir la primera visión que incendió las estrellas.

Dylan Thomas (Swansea, Gales, Reino Unido, 1914 – Nueva York, Estados Unidos, 1953)
Traducción de Andrés Ehreanhaus

Otra Iglesia Es Imposible - Poetry Foundation - British Council/BBC - De Sibilas y Pitias - El Placard - Aullido - A Media Voz


Love In The Asylum

A stranger has come
To share my room in the house not right in the head,
A girl mad as birds

Bolting the night of the door with her arm her plume.
Strait in the mazed bed
She deludes the heaven-proof house with entering clouds

Yet she deludes with walking the nightmarish room,
At large as the dead,
Or rides the imagined oceans of the male wards.

She has come possessed
Who admits the delusive light through the bouncing wall,
Possessed by the skies

She sleeps in the narrow trough yet she walks the dust
Yet raves at her will
On the madhouse boards worn thin by my walking tears.

And taken by light in her arms at long and dear last
I may without fail
Suffer the first vision that set fire to the stars.

Collected Poems, New Directions, Nueva York, 1971
---

sábado, marzo 28, 2020

Manuel J. Castilla / Balderrama

[Zamba]

A orillitas del canal,
cuando llega la mañana,
sale cantando la noche
desde lo de Balderrama,

Adentro puro temblar
el bombo con la baguala
y se alborota quemando,
dele chispear la guitarra.

Si uno se pone a cantar
un cochero lo acompaña
y en cada vaso de vino
tiembla el lucero del alba.

Zamba del amanecer,
arrullo de Balderrama,
canta por la medianoche,
llora por la madrugada.

Lucero solito,
brote del alba,
dónde iremos a parar
si se apaga Balderrama.

[1967]

Manuel J. Castilla (Estación de Cerrillos, Argentina, 1918-Ciudad de Salta, Argentina, 1980), Los mejores poemas de la poesía argentina, selección, prólogo y notas de Juan Carlos Martini Real, Corregidor, Buenos Aires, 1974

Otra Iglesia Es Imposible - Editorial Universitaria de Buenos Aires - Portal de Salta - El Tribuno - La Poesía de Tardes Amarillas - La Poesía Alcanza para Todos - Artenautas

Foto: Cuarto Poder

viernes, marzo 27, 2020

Jim Harrison / Otro país












Amo estos amaneceres húmedos y crudos con
mil pájaros que escuchas pero no puedes
dilucidar del todo en la niebla.
Mi cuerpo viejo es un forastero
luchando por entrar en otro país.
El intenso sonido me hace temblar.
De vuelta en la cabaña veo un libro
y no estoy muy seguro de lo que es.

Jim Harrison, (Grayling, Estados Unidos, 1937-Patagonia, Arizona, Estados Unidos, 2016), Dead Man´s Float, Copper Canyon Press, 2016
Traducción: © Juan Arabia, 2017

Otra Iglesia Es Imposible - Jim Harrison Facebook Author Page - Buenos Aires Poetry - PoemHunter

Foto: Jim Harrison, 2015 A.Soland/Jim Harrison Facebook Author Page


ANOTHER COUNTRY

I love these raw moist dawns with
a thousand birds you hear but can’t
quite see in the mist.
My old alien body is a foreigner
struggling to get into another country.
The loon call makes me shiver.
Back at the cabin I see a book
and am not quite sure what it is

jueves, marzo 26, 2020

Jim Harrison / Regreso













Los cálidos rayos del sol contra los listones del granero,
un charco helado en la sombra de los escalones;
el sabueso de mi tío
corre
a través del trigo de invierno,
verde tierno, verde frío.
El molino, que no se usa desde hace tiempo, chirría
y gira en el viento.
Día primaveral, demasiado ruidoso para hablar,
cuando los huesos se cansan de su carne
y quieren algo mejor.

Jim Harrison (Grayling, Michigan, Estados Unidos, 1937-Patagonia, Arizona, Estados Unidos, 2016), The Shape of the Journey. New and Collected Poems, Copper Canyon Press, Port Townsend, 2000
Versión de Jonio González.

Otra Iglesia Es Imposible - Jim Harrison/Facebook- Poemas del Alma - ABC - New York Times - El Universal - Buenos Aires Poetry - Eterna Cadencia

Foto: ABC

RETURN

The sun's warm against the slats of the granary,
a puddle of ice in the shadow of the steps;
my uncle's hound
lopes
across the winter wheat,
fresh green cold green.
The windmill, long out of use, screeches
and twists in the wind.
Spring day, too loud for talk,
when bones tire of their flesh
and want someting better.

miércoles, marzo 25, 2020

Raúl González Tuñón / De "Todos bailan", 5



















El dancing 

Bajo el verde de la pantalla
mariposa de la tulipa
ensaya un vuelo, de golpe estalla
y Christophen fuma su pipa.
Bajo la media puerta ve
las piernas de las bailarinas
y todo el oro de las minas
va al cajoncito de café.
Mientras bailan los escoceses
la madrugada está acercando
un aire tibio, un aire blando
sobre trágicas livideces.
En el pino del mostrador
la botella del Old-Tom-Gin
y el caricaturesco dolor
del real doble de Charles Chaplín.
El asalto a la diligencia
está planeado, Christophen mira
a través de su displicencia
el humo azul; las cartas tira
bebe su copa de cerveza,
un suspiro profundo exhala
e inclina la hermosa cabeza
agujereada por una bala.

[1934]

Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905-1974), "Los poemas de algún país", La calle del agujero en la media Todos bailan, Seix Barral, Buenos Aires, 2005

Otra Iglesia Es Imposible - Poeticus - El Placard - Página 12 - Infobae - Clarín - La Nación - Mirá lo que te Digo - La Nueva España

Imagen: Raúl González Tuñón por Hermenegildo Sábat. Archivo del Administrador

martes, marzo 24, 2020

Edgar Allan Poe / El cuervo. Versión de Andrés Ehrenhaus



















Cierta medianoche aciaga, con la mente fatigada,
revisaba unos libracos de saber inmemorial
y asentía, adormecido, cuando rechinó un postigo,
como si alguien, con sigilo, golpeara mi portal.
“Es –me dije– un visitante que golpea mi portal;
sólo eso y nada más”.

¡Ah, me acuerdo claramente de aquel lóbrego diciembre!
Cada rescoldo muriente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
en mis libros, ni consuelo por Leonor, que ya no está,
por Leonor, la impar y bella a quien solo nombran ya
ángeles del más allá.

Con sus roces, las cortinas, purpurinas y furtivas,
me inspiraban fantasías de un terror tan inusual
que, por sosegar mi pecho, repetí muy circunspecto:
“Es tan solo un visitante que ha llegado a mi portal;
un tardío visitante que me aguarda en el portal.
Será eso, nada más”.

Cuando al fin recobré el temple decidí ser más vehemente,
“Caballero –dije– o dama, me tendrá que disculpar,
pues estaba adormecido cuando un son me puso en vilo,
y tan leve fue el rasguido que ha sonado en mi portal
que dudé de haberlo oído...” y aquí raudo abrí el portal:
sombras, noche y nada más.

Escruté la noche oscura, temeroso, envuelto en dudas,
y soñé sueños que nadie nunca osó soñar jamás;
pero nada, ni un rumor, alteró el silencio atroz
salvo la expresión “¿Leonor”? que en susurros fui a nombrar;
yo lo susurré y el eco repitió “¡Leonor!” tal cual.
Eso sólo y nada más.

Aunque mi alma ardía por dentro, regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguido se volvió más pertinaz.
“Esta vez, quien sea que llama se ha llegado a mi ventana;
veré, pues, qué es lo que trama, qué misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!”

Abrí entonces la persiana y, con gran despliegue de alas,
se coló en la sala un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido ni respeto, sin dudarlo ni un momento,
con desdén de dueña o dueño fue a posarse en el umbral,
en el gran busto de Palas que hay encima del umbral;
fue, posóse y nada más.

Este pájaro azabache, con sus aires fatuos, graves,
trastocó en sonrisa suave mi febril morbosidad.
“El penacho corto y ralo no te impide ser osado,
viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.

Me asombró que un ave absurda se expresara con facundia,
a pesar de que el sentido no fuera nada cabal,
pues acordarán conmigo que muy pocos han tenido
ocasión de ver cernido pajarraco así en su umbral;
bestia o pájaro cernidos en el busto del umbral
que se llamen “Nunca más”.

Pero el cuervo, huraño y mustio, solo emitió desde el busto
ese sombrío trasunto de su alma y nada más.
No movió una sola pluma ni añadió palabra alguna
hasta que expresé mis dudas: “Vi a otros amigos volar;
él también, por la mañana, como mis ansias, se irá”.
Dijo entonces: “Nunca más”.

Con su certera respuesta el ave me puso alerta;
“Sin duda –dije– repite lo que ha podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo cuyo infausto
destino redujo, al cabo, sus canciones a un refrán,
enterrando su esperanza bajo un lúgubre refrán
tal que “Nunca, nunca más”.

Como al verlo aún sonreía pese a mis miedos y cuitas,
planté una silla mullida frente a ave, busto, umbral
y, hundido en la blanda almohada, concentré mis suspicacias
en maliciar qué buscaba la funesta ave ancestral,
esa exangüe, enjuta, agónica y grotesca ave ancestral
            graznándome “Nunca más”.

Yo sondeaba estas palabras, sentado y sin decir nada
al ave que me abrasaba el pecho con su mirar;
eso y más iba rumiando, con la cabeza de canto
sobre el cojín de brocado al que apocaba el fanal,
¡sobre aquel cojín purpúreo que ella acostumbraba usar
y ya no usará jamás!

Sentí el aire más cargado, cual si ardiera un incensario
mecido por serafines de leve andar musical.
“¡Innoble! –me dije– ¡Mira! Es tu Dios el que te envía
con sus ángeles la mirra que a Leonor te hará olvidar.
¡Cata, cata el dulce filtro y a Leonor olvidarás!”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.

“¡Profeta –dije–, villano; vil profeta, ave o diablo!
Tanto si fue el Tentador o acaso una tempestad
quien te arrojara, inmutable, a este trágico paraje,
a este hogar de horror constante, ¡te lo ruego, dime ya,
dime, te imploro, si existe algún bálsamo en Galaad!”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.

“¡Profeta –dije–, villano; vil profeta, ave o diablo!
Por el Dios que veneramos, por la gloria celestial,
dile a este alma sin consuelo si en el Edén postrimero
el fulgor casto y sereno de Leonor podré abrazar;
si a quien conocen los Cielos por Leonor podré abrazar”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”

“¡Que tus dichos nos separen”, proferí, “diablo o ave!”
“¡Vuelve a la noche insondable! ¡Húndete en la tempestad!
¡No dejes rastro ni pluma que rubriquen tu calumnia!
¡No interrumpas mi clausura! ¡Sal del busto del portal!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.

Y ahora el cuervo, sin moverse, aún se cierne, ¡aún se cierne!,
sobre el blanco busto inerte que corona mi zaguán;
y sus ojos asemejan los de un demonio que sueña,
y su sombra se descuelga como un aura fantasmal;
y mi alma, de esa sombra que allí flota, fantasmal,
no va a alzarse... ¡nunca más!

Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 1809-Baltimore, Estados Unidos, 1849)

El cuervo y otros textos poéticos, Edgar Alan Poe, Penguin Clásicos, Barcelona 2020. Traducción de los poemas y "Nota a la edición" por Andrés Ehrenhaus; traducción de los ensayos y prólogo por Edgardo Dobry









Original en inglés, con las ilustraciones de Gustav Doré, en Project Gutenberg
Más traducciones de poemas de Edgar Allan Poe, incluida la clásica versión Pérez Bonalde de "El cuervo", en Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Retrato no identificado fotografiado en 1913 por Rufus W. Holsinger en la Universidad de Virginia. Estados Unidos Wikimedia Commons

lunes, marzo 23, 2020

Cesare Viviani / El que cree que tiene...












El que cree que tiene una habitación,
un hogar seguro, una residencia permanente,
no ve en qué carro de nómadas y caravana,
en qué estela de presencias, en qué flujo,
en qué ligero y rápido tránsito
corre.

Cesare Viviani (Siena, Italia, 1947), Passanti, Mondadori, Milán, 2002
Versión de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Italian Poetry - The Poeti - Antonio BuxLuigia Sorrentino/RaiNews - Nuovi Argomenti

Foto: en Antonio Bux

Chi crede di avere una stanza,
una sicura dimora, una stabile residenza,
non vede su quale carro di nomadi e carovana,
in che scia di presenze, in quale flusso,
in quale leggero e rapido transito
scorre

domingo, marzo 22, 2020

Cesare Viviani / De "Preghiera del nome", 2













Liliana di Corbetta fue mi
primera novia verdadera, desmañada, recuerdo una vez
que para besarme se deslizó y golpeó
la cabeza contra la mesa -
crees que mejor que yo lo dice
el narrador lombardo el último gran
escritor del Novecento, creo
que estás cerca pero que te falta
la decisión -
si esto es todo yo querría
llevarla a la India a Liliana
a los monasterios tibetanos, recuerdo una película
que hablaba de un valle donde se vive el doble,
y decirle: "Mirá, Liliana, estaremos aquí
por el resto de nuestros días".

*

Será Biolcati mi amor, de un pueblito
del Varesotto, ningún otro ha sido,
ninguno, y serán el sueño de juventud las rimas
recuperadas. Dice: "Baja y consigue
algo para mi estómago ", y voy y me encuentro
en la estación de Varese, nunca antes estuve, ahora
viejo espero
que sea capaz de elegir la cosa pronto
buena, sabrosa. Piensen,
nadie que me conozca. Padres
amigos y todos esos beneficios
me dejaron. Muertos.
Los amores tan perseguidos fueron nada.
¡Oh palabras, oh prole! Ahora nadie
a quien hablarle de mí.

Estoy solo con Biolcati, mi seco amor,
el hábito no es el fin, ciertamente no
se puede pretender nada más que este gran amor,
alma silenciosa, seca, la suya, ahora
que vuelve a correr el tren,
esas montañas de cristal, atractivas, fantásticas,
una vez más las veo
hacia la frontera.

Cesare Viviani (Siena, 1947), Preghiera del nome, Mondadori, 1990
Versiones: Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es ImposibleAntonio Bux - Interno Poesia - Italian Poetry - Poesia 2.0 - Il Sasso nello Stagno - The Poeti - Poetarum Silva

Foto: Interno Poesia

La Liliana di Corbetta fu la mia
prima vera fidanzata, sgraziata ricordo una volta
che per baciarmi scivolò sbatté
la testa sulla tavola –
pensi che meglio di me lo dice
il narratore lombardo l’ultimo grande
scrittore del Novecento, penso
che sei vicino ma che ti manca
la decisione –
se è solo questo io vorrei
portarla in India Liliana
nei monasteri tibetani, ricordo un film
che raccontava di una valle dove si vive il doppio,
e dirle: “Ecco Liliana staremo qui
per il resto dei nostri giorni”.

*

Sarà Biolcati il mio amore, di un paesino
del varesotto in ate, nessun altro è stato,
nessuno, e sarà il sogno di gioventù le rime
ritrovate. Dice: “Scendi a prendere
qualcosa per il mio stomaco”, e io vado e mi trovo
nella stazione di Varese, mai stato prima, ora
vecchio spero
che sia capace di scegliere presto la cosa
buona, di gusto. Pensa,
più nessuno che mi conosca. I genitori,
gli amici e quei vantaggi tutti
mi hanno lasciato. Morti.
Gli amori tanto inseguiti furono niente.
Oh parole, oh prole! Ora nessuno
a cui parlare di me.

Sono solo con Biolcati, il mio asciutto amore,
non è fine il vestito, non si può certo
pretendere altro che questo grande amore,
anima silenziosa, secca, la sua, ora
che riprende a correre il treno,
quei monti di cristallo, attraenti, fantastici,
ancora una volta li vedo,
verso il confine.

sábado, marzo 21, 2020

Esteban Nicotra / Terror del día












El terror del día
hace temblar el cuerpo
como si estuviera desnudo.
Cerrar los ojos, apretar los dientes, beber el propio
     aliento,
puede llegar a salvarte.
O tal vez el calor de tus recuerdos.
(Es extraño ver cómo quedan las cosas de los que
     se han ido.
No se hablan más que a sí mismas,
como si estuvieran ciegas).
Todo está bien mientras nada se mueva.
No hay que arriesgarse al azar de las calles;
la mañana mira por los ojos de las estatuas:
todo se refleja en su iris vacío.
Y los huesos gimen
su dolor de carne, de pequeña luz,
tan fácil de apagarse.
El cuerpo se ampara a sí mismo,
como las manos ocultan la llama
a los golpes del viento.
                                         1975-1983

Esteban Nicotra (Villa Dolores, Argentina 1962), La vida que se vive, Editorial Brujas, Córdoba, Argentina, 2006

El Poeta Ocasional - Hacienda Glamorosa - Analecta Literaria - Página 12La Nación - Poetas Siglo XXI

Foto: El Poeta Ocasional

viernes, marzo 20, 2020

Isabel Fraire / Dos poemas












Ahí está el jardín

Ahí está el jardín
desde que llegamos hemos estado pensando
             plantar más flores
         arrancar las yerbas
 quitar una pila de basura vieja que hay en un rincón

una o dos veces lo hemos regado

después nos hemos conformado con la lluvia
                     que cae
                             cada cuatro o cinco días

cuando llegamos
             una o dos flores violáceas    ágiles
                             translúcidas
                                       flotaban en el aire
                       destacadas contra el verde refrescante y umbroso

después aparecieron más

cada día había nuevas   milagrosas   corolas
                       meciéndose   entre tallos
                             y hojas esbeltas

poco a poco
           acabaron de salir todas las flores
              se agotó la cosecha

unos meses más tarde
            como movidos
                   por un impulso mágico
         dos rosales juntos
                se llenaron de flores
                             que luego
           
                                   unánimes
                                    se marchitaron

desde entonces

             cada tres o cuatro días
                             decimos

            hay que  comprar semillas
                         abonar la tierra
                         regar
                         cortar las flores secas
        quizás lo hagamos
entretanto
         el jardín
sigue su propia vida   y nosotros la nuestra


Día de verano

Día de verano
hilo de araña   plateado   meciéndose
puente delgado y tenso
contra un azul profundo blancas nubes
verde claro e intenso     contrastado con sombras
pasó la primavera         se aproxima el invierno
vuela un pájaro            un ladrido se oye en la distancia
               mientras      el sol
              aquí       calienta
               nada   por ahora   se mueve
el hilo de la araña       se destaca     meciéndose
                         frágil
                         resistente
                              tendido

               de lo oscuro     a lo oscuro

Isabel Fraire (Monterrey, México, 1934-Ciudad de México, 2015), Poemas en el regazo de la muerte, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1978
Envío de Eduardo Ainbinder

Isabel Fraire - UNAM - Enciclopedia de la Literatura en México  - Círculo de Poesía - Poesía Mexicana Contemporánea - Prensa Libre

Foto: Protestante Digital

jueves, marzo 19, 2020

Olga Orozco / De "Yo, Claudia"













¿Deslumbramiento o vocación?
Mi mayor vocación es ser cantante de temas modernos y actriz de cine o TV; pero mis
padres se oponen a que siga esta carrera, no porque carezca de condiciones, pues tengo
una voz potente y agradable y dulce, además de talento para actuar, sino porque piensan
que el ambiente no es conveniente. ¿Qué debo hacer? ¿Resignarme a no ser nadie?
Mirta (Capital)

En primer lugar lo que debes hacer es mejorar tu letra y tu ortografía; en segundo lugar,
preguntarte a fondo si quieres ser actriz o cantante, o sólo te deslumbran los brillos de las
luces y los resplandores del éxito (el hecho de que elijas los triunfos más fáciles y
circunstanciales alimenta el búho de mi desconfianza); en tercer lugar, averigua si tienes
realmente condiciones. Una vez acreditadas tu seriedad y tus condiciones, tus padres te
convencerán de que los peligros del escenario son menores que los del jardín zoológico o
los de los parques de diversiones. Si la respuesta a todos los planteos que te hago son
negativas, quédate en tu casa. No tengas ningún temor; no se puede ser nadie, ni siquiera
tal vez antes de nacer. Tu voz potente te servirá para mantener el orden en el hogar que
crees; tu voz dulce te será muy útil para persuadir y cautivar; tu talento para actuar no
resultará superfluo en ninguna circunstancia, ni aun en las más privadas.


Salchicha solitaria
N.º 125, octubre de 1967
Hace cuatro años nos regalaron una perrita, a la cual queremos cruzar, pero nos hallamos
ante el problema de hallarle compañero, puesto que su raza es muy poco conocida. Es
una salchicha de pelo largo, cuyo nombre en alemán no podría traducir. No ha faltado
gente que nos detuviera por la calle por un problema similar, pero como también tenían
hembritas, seguimos sin solucionar la cuestión.
I. G. I. M. (Capital)

Han demostrado ustedes mucho tacto y decoro al no permitir acercamientos entre
animales del mismo género. Consulten en el Kennel Club, Florida 671, o busquen en la
parte amarilla de la guía telefónica la sección “Veterinarios”; figuran institutos y criaderos
especializados que tal vez cuenten con una “agencia matrimonial” entre sus
dependencias. Si no encuentran solución publiquen un aviso en algún diario: en el alemán
dejen el nombre sin traducir; en los otros, transcriban la descripción que me envían. Si a
pesar de todo el problema permanece, háganla depilar. Convertida en una salchicha
común puede tener más chance.

Quiero ser espía internacional
N.º 145, junio de 1969
Mi problema es que deseo seguir la carrera de espía internacional y desearía saber dónde
debo dirigirme. Curso estudios secundarios y tengo 17 años cumplidos.
F. F., ciudad de Mendoza

Para seguir esa carrera se necesita una vasta cultura, psicología, don de gentes, dominio
total de idiomas (para la zona occidental, por lo menos inglés, alemán, francés, ruso,
italiano y portugués). Aprender lenguas muertas primero ayudaría mucho en ese sentido.
También necesita conocimientos de mecánica, para arreglar motores en caso de apuro. Y
saber tiro al blanco, esgrima, box, yudo y karate. Como ve, son largos años de estudio
previo. En cuanto al lugar donde se dictan cursos de espionaje, lo ignoro completamente.
Pero no importa. Una de las condiciones esenciales de esa "profesión" es la astucia.
Cuando haya estudiado todo lo que le dije, valiéndose de su propia astucia descubrirá
adónde tiene que dirigirse.

Olga Orozco (Toay, La Pampa, Argentina-1920-Buenos Aires, 1999)

Yo, Claudia *,
Ediciones en Danza,
Buenos Aires, 2012

* Se trata de una recopilación de los artículos periodísticos publicados en la revista Claudia, de Buenos Aires, entre 1964 y 1974. En este caso, de un correo de lectores que administraba la autora, bajo el seudónimo de Valeria Guzmán. El trabajo de investigación y selección fue realizado por Marisa Negri. (Nota del Ad.)



Otra Iglesia Es Imposible - Ediciones en Danza - Soy de Toay -  A Media Voz - La Nación - Clarín - Los Andes - Infobae - El Litoral - El País

Foto: s/d Los Andes

miércoles, marzo 18, 2020

Cesare Viviani / De "Osare dire"


Cuando el cielo se tiñe de negro
en la oscuridad,
los fatigados que obtienen
un justo reposo en casa
no somos nosotros,
empeñados en desmontar
y volver a montar la verdad.

*

Crecía el no ser.
¿Quién habría detenido la onda celeste
que descendía del cielo a traer el vacío
y lo difundía en el aire?
Hubo entonces quienes reaccionaban
con levantamiento de pesas y abdominales,
quienes se arrojaban sobre el primer cliente
insistentes
para cerrar un contrato,
quienes se endeudaban para comprarse un auto
quienes corrían a la iglesia para suplicar a Dios
que remediara todo.

*

Quien no se empeña
se queda en la fosa tal como
lo han bajado.
Quien en cambio quiere adquirir
un mejor status, trabaja,
busca el agujero para llegar
a la oscuridad más profunda,
la absoluta calma,
la eternidad inmutable.

*

Imagen, resiste, resiste,
no me prives de la esperanza
de que un día puedas ser verdadera,
descubierta por puro sentir.
Un peso secular gravita
sobre el órgano del corazón.
Y ya no hay más presencia,
sino muchas ausencias
que nos demandan
ignoradas por todos.

*

¿Y si fuésemos nosotros la luz de día,
y no el sol?
Calmos en nuestro ser verdadero,
finalmente encontrado, ser nosotros
portadores de tiniebla también,
con el temblor del reposo y del sueño.
¿Y si el tiempo fuese solo pensamiento?
Pero del universo provienen
las alteraciones del cuerpo
y la fiebre.

*

Ha pasado la vida,
y no nos dimos cuenta.

Cesare Viviani (Siena, Italia, 1947), Osare dire, Einaudi, Turín, 2016, vía Gianluca D'Andrea
Versiones de Jorge Aulicino

Otra Iglesia Es Imposible - Einaudi - Luigia Sorrentino/RAI News - Pangea - PoesiaFestival - PoesiaFestival/YouTube - Gazzetta di Parma - Italian Poetry - Corriere della Sera

Foto: Pangea


Quando il cielo si tinge di nero,
a buio,
gli affaticati che ottengono
un giusto riposo a casa
non siamo noi,
affannati a smontare
e a rimontare il vero.

*

Cresceva il non essere.
E chi l’avrebbe fermata l’onda celeste
che scendeva dal cielo a portare il vuoto
e lo diffondeva nell’aria,
e allora c’era chi reagiva
con il sollevamento pesi o con gli addominali,
chi scaraventandosi dal primo cliente
a insistere
per concludere un contratto,
chi si indebitava per comprare una macchina suv,
chi correva in chiesa a supplicare Dio
d rimediare a tutto.

*

Chi non si impegna
resta nella fossa, tale e quale
l’hanno calato.
Chi invece vuole acquisire
uno stato migliore, si dà da fare,
cerca il pertugio per arrivare
al buio più profondo,
all’assoluta quiete,
all’eterno immutabile.

*

Immagine resisti, resisti,
non mi privare della speranza
che un giorno tu possa essere vera,
scoperta dal puro sentire.
Un peso secolare grava
sull’organo del cuore.
E ora non c’è più presenza,
ma tante assenze
che si richiamano
all’insaputa di tutti.

*

E se fossimo noi luce del giorno,
e non il sole?
Acquietarci nel nostro essere vero,
finalmente trovato, essere noi
anche portatori di tenebre,
col tremolio del riposo e del sogno.
E se il tempo fosse solo pensiero?
Ma dall’universo provengono
le alterazioni del corpo
e la febbre.

*

È passata la vita,
e non ce ne siamo accorti.

https://gianlucadandrea.com/2016/04/25/cesare-viviani-6-poesie-da-osare-dire-einaudi-2016/

martes, marzo 17, 2020

Isaac Rosenberg / Amanecer en las trincheras














La oscuridad se disgrega.
Es el viejo tiempo druídico de siempre,
Sólo que algo vivo salta de mi mano,
Una rara y sardónica rata,
Mientras arranco la amapola del parapeto
Para ponérmela tras la oreja.
Graciosa rata, te dispararían si conociesen
Tus cosmopolitas simpatías.
Ahora has tocado esta mano inglesa
Pronto, sin duda, harás lo mismo con una alemana
Si lo que deseas es cruzar el dormido verdor que las separa.
Parece que sonrieses para ti mientras pasas junto a
Ojos de mirada intensa, extremidades delgadas, atletas altivos,
Con menos posibilidades de vivir que tú,
Sujetos a los caprichos de la aniquilación,
Tumbados en las entrañas de la tierra,
Los desgarrados campos de Francia.
¿Qué ves en nuestros ojos
Ante los gritos del hierro y el fuego
Que atraviesan los cielos tranquilos?
¿Qué temblor, qué corazón horrorizado?
Las amapolas, cuyas raíces están en las venas del hombre,
Caen y no paran de caer;
Pero la mía está a salvo detrás de mi oreja -
Aunque un poco blanca a causa del polvo.

Isaac Rosenberg (Bristol, Inglaterra, 1890-Arrás, Francia, 1918), Poetry, vol. 9, nº 3, diciembre de 1916. The Norton Anthology of Poetry. Third Edition, Alexander Allison, ed., W. W. Norton, Nueva York, 1983
Versión de Jonio González

Poetry Foundation - English Association First World War Bookmarks - All Poetry - The Poetry Archives - The First World War Poetry Digital Archive - The Independent

Foto: Isaac Rosenberg c.1917  Graham Turner/The Guardian

Nota del traductor:
Enésima versión, esta mía, del que para muchos es el mejor poema relacionado con la Primera Guerra Mundial (motivo de una suerte de "subgénero" poético en el ámbito de la literatura inglesa). En mi opinión, y en la de varios, conviene aclarar la alusión al "tiempo druídico" (druid Time, en el original) en referencia a los habituales sacrificios humanos llevados a cabo por los druidas, sacerdotes de la antigua religión celta. (Véase Amara Ali y Maria Munera, The Poetry of Isaac Rosenberg)

BREAK OF DAY IN THE TRENCHES

The darkness crumbles away.
It is the same old druid Time as ever,
Only a live thing leaps my hand,
A queer sardonic rat,
As I pull the parapet’s poppy
To stick behind my ear.
Droll rat, they would shoot you if they knew
Your cosmopolitan sympathies.
Now you have touched this English hand
You will do the same to a German
Soon, no doubt, if it be your pleasure
To cross the sleeping green between.
It seems you inwardly grin as you pass
Strong eyes, fine limbs, haughty athletes,
Less chanced than you for life,
Bonds to the whims of murder,
Sprawled in the bowels of the earth,
The torn fields of France.
What do you see in our eyes
At the shrieking iron and flame
Hurled through still heavens?
What quaver—what heart aghast?
Poppies whose roots are in man’s veins
Drop, and are ever dropping;
But mine in my ear is safe—
Just a little white with the dust.

lunes, marzo 16, 2020

Velich y Brancatti / Mandria




















[Tango]

Tome mi poncho... No se aflija...
¡Si hasta el cuchillo se lo presto!
Cite, que en la cancha que usté elija
he de dir y en fija
no pondré mal gesto.

Yo con el cabo 'e mi rebenque
tengo 'e sobra pa' cobrarme...
Nunca he sido un maula, ¡se lo juro!
y en ningún apuro
me sabré achicar.

Por la mujer,
creamé, no lo busqué...
Es la acción
que le viché
al varón
que en mi rancho cobijé...
Es su maldad
la que hoy me hace sufrir:
Pa' matar
o pa' morir
vine a pelear
y el hombre ha de cumplir.

Pa' los sotretas de su laya
tengo güen brazo y estoy listo...
Tome... Abaraje si es de agaya,
que el varón que taya
debe estar previsto.
Esta es mi marca y me asujeto.
¡Pa ' qué pelear a un hombre mandria!
Váyase con ella, la cobarde...
Dígale que es tarde
pero me cobré.

[1926]

Juan Velich (Villa Constitución, 1886-Buenos Aires, 1951), Francisco Brancatti (Montevideo, 1890-Buenos Aires, 1980)

El Recodo - Todo Tango 1 - Todo Tango 2 - Wall Street International

Imagen: El disco grabado por Juan D'Arienzo en 1939 Tango Tunes

domingo, marzo 15, 2020

José Cereijo / Mira












Mira la vieja puerta de madera
por la que ya has pasado tantas veces.
Mira la acera gris que es tu camino,
y en la que no reparas al pisarla.
Mira también las nubes de esta tarde,
los árboles dormidos del paseo,
los delicados juegos de la luz.
Todo lo que sucede para nadie,
lo que es puro ausentarse de sí mismo,
como acaso la vida.
Mira, por una vez, estas cosas oscuras
que han de perderse en cuanto no las mires,
que no serán recuerdos.

José Cereijo (Redondela, España, 1957), Los dones del otoño, Pre-Textos, Valencia, 2015

Pre-TextosLuna Libros - Oculta Lit. - Fuego Sagrado - Détour - El Norte de Castilla - Astorga Redacción - Rocío Acebal - Mientras la Luz

Foto: El Norte de Castilla

sábado, marzo 14, 2020

Niní Bernardello / De "Atardeceres marinos"














No se dispara el verbo ahora

¿Acaso la palabra tiene
un efecto de circunvalación
de estrechez subterránea
de piedra húmeda
por donde entre la voz?

Y si así fuera
la mímesis oculta de la letra
en su orden caligráfico
¿custodiarían mi memoria
y mi pasión fantasma?


*
Ínfima desidia de un suponer
extremo de filosa coincidencia
allá, en la caída de la letra está
el mar con su ajeno vaivén y su
arena cargada de dones que deja
un dios desconocido para mí.
Atlántico, te hallé en mi fervor
de huir y huir desbocada hacia
el pliego cerrado de un enigma
    el mío.


*
Sin pensar deslizo mis manos
en el ritmo azaroso del tragamonedas,
con voluntad imposible. Muerdo
la cola del escorpión labrado
y detengo, por fin, la carrera amorosa
de una escritura invertida y salteada
que, olvidada de sí, solo implora.

Niní Bernardello (Cosquín, Argentina,1940), vía Ñ, 22 de febrero de 2020


Atardeceres marinos,
Editorial Cultural Tierra del Fuego,
Tierra del Fuego, 2019









TDF - Otra Iglesia Es Imposible - El Faro - El Rompehielos - El Sureño - Noticias Día x Día - El Mundo IncompletoTuerto Rey - Clarín - Hacienda Glamorosa - Página 12 - El Poeta Ocasional - La Infancia del Procedimiento

Foto: El Faro

viernes, marzo 13, 2020

Jorie Graham / El modo en que las cosas funcionan













es recibiendo
o dejando ir.
Ésta es la forma más sencilla
de la corriente: azul
moviéndose a través del azul;
azul a través del púrpura;
los objetos de deseo
abriéndose hacia ellos mismos
sin nosotros; los objetos de fe.
El modo en que las cosas funcionan
es por superación de obstáculos,
debilitamiento o aumento
de la resistencia y beneficiándose
de algo.
El modo en que las cosas funcionan
es que finalmente creemos
que están ahí,
comunes y capaces
de representarse a sí mismas.
Rueda, flujo cinético,
agua que asciende y cae,
lingotes, palancas y llaves,
creo en vosotros,
cerrojo de cilindro, polea,
torno de mano y
grúa levantad vuestra pequeña cabeza -
creo en vosotros -
vuestra cabeza es el horizonte para
mi mano. Creo
para siempre en los ganchos.
El modo en que las cosas funcionan
es que finalmente
algo agarran.

Jorie Graham (Nueva York, Estados Unidos, 1950), The Dream of the Unified Field. Selected Poems 1974-1994, Ecco Press, Nueva York, 1995
Versión de Jonio González

Otra Iglesia Es Imposible - Jorie Graham - Poetry Foundation - The New Yorker - The Guardian - El PaísCírculo de Poesía - Perros en la Playa - Vallejo & Co. - Poetas Siglo XXI  - Ginebra Magnolia - Oculta Lit.

Foto: Graeme Robertson/The Guardian

THE WAY THINGS WORK

is by admitting
or opening away.
This is the simplest form
of current: Blue
moving through blue;
blue through purple;
the objects of desire
opening upon themselves
without us; the objects of faith.
The way things work
is by solution,
resistance lessened or
increased and taken
advantage of.
The way things work
is that we finally believe
they are there,
common and able
o illustrate themselves.
Wheel, kinetic flow,
rising and falling water,
ingots, levers and keys,
I believe in you,
cylinder lock, pully,
lifting tackle and
crane lift your small head–
I believe in you–
your head is the horizon to
my hand. I believe
forever in the hooks.
The way things work
is that eventually
something catches.

jueves, marzo 12, 2020

Torquato Tasso / De "La Jerusalén liberada"

























POEMA DEL SEÑOR TORQUATO TASSO AL SERENÍSIMO SEÑOR DON ALFONSO II  D'ESTE  DUQUE DE FERRARA

CANTO PRIMERO

1
Las armas piadosas canto, y al capitán
Que liberó el gran sepulcro de Cristo
Mucho obró con el magín y con la mano
Mucho sufrió por el glorioso aquisto.
En vano se opuso el infierno, en vano
Asia se armó y en Libia el pueblo mixto,
Dio favor el cielo bajo santo signo
Y a sus errantes camaradas reunió.

2
Oh musa, tú que de caducos laureles
No ciñes la frente, allá, en el Helicón,
Más allá en el cielo con beatos coros
Haces de estela inmortal aurea corona,
Inspira al pecho celestes ardores,
Aclara mi canto y también perdona
Si intento adornar en parte este canto
De muy otros deleites, y no del tuyo

3
Sabes, allá, do corre el mundo de versos,
Su dulzura el lisonjero Parnaso
Lo cierto condimenta en suaves versos
Y a los más esquivos ha persuadido.
Así el infante enfermo traga remedio,
Orlado el vaso de un licor muy suave,
Jugos muy amargos engañado bebe,
Mas de este engaño la vida recibe. (1)

4
Tú, magnánimo Alfonso que libraste
Del furor de fortuna y a puerto llevas
A mí, peregrino errante entre escollos,
Entre agitadas ondas casi absorto,
Estos papeles con regocijo recoge
Que casi como un voto a vos consagro.
Quizás un día mi presagiosa pluma
Ose decirte lo que aquí sugiere.

5
Y todo con razón, si un día ya en paz
El pueblo de Cristo hasta allí se vaya
En naves, corceles, y al fiero tracio
Quitada su bendita e injusta presa,
A tí te otorgue el cetro o, si te place,
El alto imperio del mar te conceda.
Émulo de Godofredo mis cármenes
Oye, y en tanto las armas apronta

6
Era el sexto año en que pasó al Oriente
El cristiano para tan alta empresa,
Caída ya Nicea y por astucia Antioquía
Que defendieran luego en las batallas
Libradas contra innumerables persas (2).
Tortosa también sitiada; y en la quietud
Del frío invierno el nuevo año esperaban.

7
Llegaba el fin del lluvioso invierno,
Que hizo a las armas cesar, lejos no era
Cuando de su alto solio el Padre Eterno
En la parte más pura del Cielo, lejos
De las estrellas y del bajo infierno,
Alto se halla en la estrellada esfera,
Los ojos fijar quiso en un solo punto;
Miró el mundo y cuanto allí se aduna.

8
Miró a todas las cosas y en Siria
Se fijó en los príncipes cristianos
Con ese mirar suyo que cala dentro
Los más profundos afectos humanos.
Vio que en Godofredo el deseo ardía
De echar de ciudad santa a los paganos,
Lo vio pleno de fe, celo; a toda mortal
Gloria, mando y honores así desprecia.

9
También a Balduino ingenio ambicioso
Que a humanas grandezas solo aspira.
Lo ve a Tancredi (3), sufrir desdeñoso
En tanto un vano amor lo martiriza.
A Boedemundo fundar un reino
En Antioquía con principios y leyes
Que intenta imponer, sabias costumbres
De arte como de culto al vero Numen.

10
Tanto se obstina en este pensamiento
Que otra empresa olvida y no recuerda;
Observa en Rinaldo ánimo guerrero
Que no se lleva bien con la quietud
Cómo arde en su interior la ambición,
No de oro o mando, arde de honor,
DE Güelfo (4) pendiente está de saber
Muy claros ejemplos de sus ancestros.

11
Luego que de estos y otros corazones
El rey del mundo calara sentires,
Llama a los angélicos esplendores.
Gabriel, entre primeros, es segundo
Y entre Dios y aquestos de los mejores
Intérprete fiel, jocundo mensajero,
Trae acá decretos del cielo y allá
Lleva ruego y celo de los mortales.

12
Dios a su nuncio: “ve a Godofredo
Y en mi nombre dile, por qué cesas,
Por qué ahora la guerra no se retoma
Y liberar la Jerusalen opresa.
Los jefes a consejo, mueve a los tardos,
Y se su capitán para la alta empresa;
Aquí te elijo y otros lo harán en tierra,
Ya sean tus camaradas o reclutas”.

13
Así habló y Gabriel así se dispone
Rápido a cumplir lo que le han dicho.
 De aire rodea a su invisible forma
 Y a los sentidos mortales somete.
 Miembros y aspecto humanos finge
 Más de celeste majestad compuesto;
 De edad confín entre joven y niño
 Y orna de oro sus blondas guedejas.

14
Alas blancas viste, en oro rematadas,
Infatigablemente ágiles, prestas,
Hiende vientos y nubes y sublime
Va sobre tierra y mar con aquestas.
Vestido así vuela a las alturas
De este mundo el celeste mensajero
Y hace pie en el monte del Líbano
Librándose a ello con acordes alas.

15
Luego fue hasta las playas de Tortosa
Yendo en precipitado vuelo bajo.
Surgía de nuevo el sol de entre las olas,
En parte ya fuera, pero aún del mar preso.
Allí dirigía sus preces matinales
Godofredo a Dios, como era costumbre,
Y a la par del sol, pero más luminoso,
El ángel apareció desde el Oriente.

16 
Dice: “Godofredo, es aquí oportuna
La estación que al guerrear espera
¿Por qué interponer demora alguna
A liberar la Jerusalén cautiva?
A los príncipes a consejo reúne ya
Apura a los más remisos a la lucha.
Dios por su caudillo te elige, y ellos
Seguirán a gusto lo que decidas.

17
“Dios mensajero me manda, revelo
Su pensar en mi nombre. Oh cuanta
Esperanza tiene de la victoria y celo
De la misión te fuera encomendada.”
Dijo y desapareció dentro del cielo
Hacia las partes excelsas y serenas.
Queda Godofredo entre esplandores,
Los ojos bajos y atónito en el corazón

18
Más luego se despabila y discurre
Qué vino, quién lo mandó y le fue dicho.
Si ya bramaba, ahora arde de furor
La guerra de que caudillo fue electo.
No por verse del cielo propuesto
Un aura de ambición le infló el pecho,
Su querer más en el querer se inflama
De su Señor, como favilla en llama.

19
Los heroicos camaradas que lejos
No estaban les invita a unírsele,
Carta sobre carta y mensaje tras otro
Siempre al consejo la plegaria unida
Que a un alma generosa alienta y une
Todo modo el hallar de manera
Eficaz la figura que adorna y agrada.

20
Vinieron caudillos, otros siguieron,
Boemundo fue de todos remiso.
Algunos de ellos plantó sus tiendas
Y entre Tortosa sus albergues tuvo.
La mayor parte del ejército se unió
(Glorioso senado) en un día solemne.
Aquí el pío Godofredo dio entre ellos
De rostro augusto y de sermón sonoro:

21
“¡Guerreros de Dios, restaurar el daño
Hecho a su fe el rey celeste nos elige
Que seguros entre armas y engaños
De la tierra y del mar pasaron felices
Si bien en pocos años tantas y tantas
Tierras tomamos y a nos sumisas,
Entre gentes vencidas, sojuzgadas
Plantado nuestras enseñas invictas.

22
“No dejamos dulces prendas y el nido
Nativo (si no yerran mis creencias),
Ni expuesto hemos la vida al mar infiel,
A los peligros de la guerra lejana,
A conquistar, al sonido breve de grito
Vulgar, solo una tierra bárbara.
Cosa tal sería estrecha, escaso premio,
Daño al alma la sangre derramada.

23 
“Más fue del pensar nuestro el diseño
Para sitiar los nobles muros de Sión
Y librar los cristianos de indigno yugo
De servidumbre desgraciada y dura
Fndando en Palestina un reino nuevo
Donde haya la piedad sede segura;
Ni se niegue al peregrino devoto
Adorar el sepulcro y cumplir su voto.

24
“Bien, hasta ahora dado el riesgo tanto
Es mucho lo hecho pero poco al honor,
Más nada al deseo, por donde llevemos
El ímpetu de estas armas a otro sitio.
De qué servirá haber recorrido Europa
Con tanto esfuerzo y puesto al Asia en llamas
Si con tantos movimientos su finalidad
Fue la de caer imperios y no fundarlos.

25
“No edifica imperios el que quiere
Sobre bases mundanas edificarlos,
Donde hay pocos paisanos y de nuestra
Fe, enemigos incontables pueblos paganos,
De donde ni de Grecia (5) ayuda esperar
Se puede, ni del Occidente ahora lejano.
Más bien moverá ruinas y será oprimido
De una tumba que cavará por su mano

26
“Turcos, persas, Antioquía, famosos
Magníficos de nombres y de cosas
Obra nuestra no, del Cielo dones
Fueron, como victorias maravillosas.
Si las torcemos de la meta elegidas
Para las que el donador dispuso, temo
Que nos prive de ellos y fábula seremos
Nuestros claros nombres para los pueblos.

27
“¡Ah ninguno de nos por Dios donados
Tales dones desperdicie en sus manos
Que a altos principios fueron ordenados
Para que obra siga y a su fin responda!
Ya los pasos están libres y expeditos,
Ora que la estación nos es propicia
¿No correr hasta la ciudad que es meta
De nuestra victoria? ¿Y quién lo impide?

28
“Príncipes yo protesto (y mis protestas
Oíra el mundo presente y el futuro.
Lo oyen en el Cielo aún los celestes)
El tiempo de la empresa es ya maduro
Más retarde y será menos oportuno.
Incertísimo pasa a ser quien mucho fía.
Me atrevo: si lento es nuestro curso
Ya Egipto ha socorrido al Palestino.” 

29
Dijo esto y siguieron breves murmullos
Se levanta el ermitaño Piero (6)
Que tenía privado asiento en consejo
Y fue primer motor de tal empresa.
‘A lo que llama Godofredo aconsejo
Tomarlo como cierto y verdadero,
Evidente lo demostrara a largo
Que lo aprováis. A lo sumo agrego:

30
‘Si recojo discordias y vergüenzas
Sufridas por vosotros y encontrados
Pareceres, labores empezadas, lentas
En vez de seguirlas, no puedo hallar
Otra fuente originaria a las mismas
De litigios y cambios de parecer
A autoridad que en muchos y varios
Es librada a todos como pares.

31
Donde uno solo no impera, donde varios
Jueces reparten las penas y premios,
Donde son compartidas obras y oficios,
Seguro que ese gobierno será errante.
Ya, hagan un cuerpo de miembros amigos,
Haced un capo que enderece y frene
Dadle a uno solo el cetro y la potestad
Que de rey haga y sostenga la dignidad

32
Calló el anciano, ninguna idea o pecho
A Vos cerrados, aura santa, divo ardor,
Que inspiras al eremita sus dichos,
E imprimes al caballero en el cor,
Como ahogas en los otros las ansias
De mando de libertad y de honor.
Así los primeros Güelfo y Guillermo
En aclamar a Godofredo caudillo.

33
 Lo aprueban los demás, sólo a él toca
 Deliberar y mandar todos los otros,
 A los vencidos leyes a su grado,
 La guerra contra quien y donde desee.
 Los otros, pares, ahora a sus órdenes,
 Son ministros ahora de sus mandatos.
 Concluso esto vuela su fama y se espande
 Su honra entre las lenguas de los hombres.

34   
Se muestra a los soldados que lo miran
Con muy alto grado como lo han puesto,
 Recibe el saludo de los soldados
Y sus aplausos, rostro en paz, compuesto
 Recibir muestras de amor y respeto,
Dispone al día siguiente en un gran campo
Todos se muestren a él formando en campo.

35 
Ya en el oriente el sol retorna,
Sereno y luminoso como nunca
Cuando de sus rayos sale el nuevo día.
Bajo insignias cada guerrero armado
Se mostró lo más gallardo que pudo
Al piadoso Bouillon por el ancho prado.
Se había detenido, miraba desfilar
Distintos caballeros e infantes.

36
Mente, de años y de olvido enemiga,
De las cosas custodia y bienechora,
Valga tu razón para que recuerde
Del campo aquel cada caudillo y enseña,
Y resplandezca aquí su antigua fama
Gastada por años, hoy oscurecida.
Toma de sus tesoros y orna mi lengua
Para que toda edad sepa y no extinga.

37
Primero se le mostraron los francos
Nacidos todos en la isla de Francia,
Bello pago entre cuatro ríos bañado
Por Hugo, hermano del rey mandados
Primero, al morir Hugo (7) lises de oro
Llevó en pendón Clotario, capo egregio
A quien le falta solo nombre regio.

38
Miles de gravísima armadura
Y tantos los caballeros siguientes
 Iguales de disciplina y natura
De armas y de semblantes iguales.
Normandos todos que Roberto (8) cuida
Príncipe nato de su misma gente.
Luego dos pastores de pueblos, Ademar
Y Guillermo (9) despliegan sus escuadras.

39
Uno y otro a los consagrados oficios
Estuvieron y a los píos ministerios.
Más ahora el yelmo ciñe sus cabellos
Y ejercen el fiero uso de las armas.
De la ciudad de Orange y sus confines
Cuatrocientos hombres trajo el primero,
El segundo otros tantos de Puy ahora guía
Iguales en armas como avezados.

40
Baldovino manda a sus boloñeses
Y los de su hermano que éste cedió
Cuando fue nombrado capo de capos.
Les sigue a ellos el conde de Carnuti
Potente en consejos y amplio de mano,
Con él van cuatrocientos, y tres más
Con Baldovino y en sus sillas armados.

41
Güelfo ocupa el campamento vecino,
Hombre que a la fortuna iguala el mérito
Cuenta él a un genitor italiano,
De la casa d’Este largo parentezco.
Germania le da feudos y un cognomen
Y así a la casa Güelfa él sostiene.
Rige Carintia y entre Danubio y Rin
Cuanto los suecos poseen y conservan.

42
A esto que es un retazo materno
Sumó grandes y gloriosas conquistas.
Todos quienes lo siguen les divierte
Ir contra la muerte donde los lleva,
Ya habituados a pasar el invierno
En hostales y celebrar con festines.
Cinco mil fueron de la partida, ahora
Por los persas, tan solo un tercio quedan.

43
Seguía la gente cándida y rubia,
Entre francos, germanos y mar se halla,
Y en donde el Mosa y el Rin inundan (10),
Tierras de mieses y bestias feraces
Donde los isleños entre altas cimas
Del furor de oceáno se resguardan
No solo devora cosas y naves
Sino que engulle reinos y ciudades.

44
Los unos y otros son miles, y van
Bajo el mando del otro Roberto (11) .
La tropa de britanos, algo mayor,
Rige Guillermo, del rey hijo menor.
Son los anglos hábiles sagitarios
Con ellos hombres vecinos al Polo,
Gentes hirsutas de altas selvas, manda,
El límite del mundo: última Irlanda.

45
Luego Tancredi y nadie como él
(Salvo Rinaldo) para herir tan hábil
De tan buen parecer, gentil semblante,
Tan excelso e intrépido de corazón.
Sombra de culpa su fama oscurece
Solo debida a su locura de amor.
Nacido entre armas, de breve vista
Nutre de afanes y virtud conquista.

46
Es fama que fue en aquel día glorioso
Que los francos derrotaran al persa,
Luego que Tancredi al fin victorioso
Cansado de perseguir los fugitivos,
Buscó algo de refrigerio y reposo
A los flancos y a sus ardientes labios
Y dio, do le invitara el dulce estío,
Una fuente en un sitio verde y umbrío

47
Llega hasta él de improviso una doncella;
Toda, salvo su frente, apareció armada.
Una pagana y había llegado hasta allí
Por la misma razón, la de reposarse.
La mira y luego admira la belleza
Del semblante, se complace y arde.
¡Oh maravilla! Amor recién nacido
Ya vuela a lo alto y ya triunfa armado.

[1575]

Torquato Tasso (Sorrento, Italia, 1544-Roma, 1595)
Versión de Ángel Faretta

Notas del traductor:
1: motto de todo el método y concepto del barroco, endulzar las verdades amargas de la vida con la destilación poética. V. Mario Praz, passim.

2: Tasso emplea aquí el anacronismo poético de “persas” para referirse a los turcos en general, pues el poema se atiene a la situación de Europa hacia Lepanto, y no a la diégesis de la primera cruzada donde fueron los árabes los que se enfrentaron a los cristianos, pero para lograr una contaminatio con el comienzo épico e histórico de estos enfrentamientos, durante las llamadas “guerras médicas” disputadas entre los griegos unidos contra el imperio persa de Ciro y Jerjes.

3: nótese que este nombre será empleado irónicamente por Lampedusa en su personaje del sobrino del príncipe de Salina (Alain Delon en el film de Visconti) como emblema del poltrón, cobarde y retoño decadente de esta clase caballeresca. Y quien enuncia precisamente en ambas, film y novela, el dictum luego conocido como “gatopardismo” de “cambiar algo para que nada cambie”. Por cierto su “amada” se llama Angelica (Claudia Cardinale en el film) en par irónico con la heroína del Orlando furioso, de Ariosto.

4: refiere a Güelfo IV de Suevia, emparentado con la familia d’Este, que no fue a las Cruzadas sino hasta cuatro años después de los hechos registrados en la diégesis de este poema.

5: complejo atajo de Tasso, refiere a aquí por Grecia al imperio bizantino cuyo Basileus entonces (Alejo IV) tuvo una actitud dual con las tropas de los cruzados comandados por Godofredo de Bouillon.

6: Piero es “Pedro el ermitaño”, autor de una protocruzada, antes de la primera de 1066, luego pasa a ser leyenda y es más que posible que su aparición aquí sea de poética fantasmática que real-histórica.

7: Hugo el grande, Conde de Vermandois y hermano de Felipe I, fue también quien tuvo un encontronazo con Alejo IV que llevó a éste a tomarlo prisionero durante un tiempo. A ver: Bizancio temía que los cruzados o algunos de sus príncipes se apropiaran de parte del imperio romano de oriente, luego conocido en general como “bizantino”. Estas primeras disensiones de la cristiandad -que algunos toman, con cierta exageración, como preanuncios de los nacionalismos europeos-, estallarían cinco siglos después en el episodio conocido como Reforma o secesión protestante.

8: Robert de Guiscard o Roberto Guiscardo

9: Guillermo, obispo de Orange y Ademar, obispo de Puy. Ambos como bien dice Tasso, dejaron los hábitos para tomar las armas. Ademar también compuso ese poema conocido como “Salve Regina”; el que dice “en este valle de lágrimas”.

10: los flamencos.

11: el otro Roberto es Roberto II, conde de Flandes.

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CANTO PRIMO


  Canto l'arme pietose e 'l capitano
  Che 'l gran sepolcro liberò di Cristo.
  Molto egli oprò co 'l senno e con la mano,
  Molto soffrí nel glorioso acquisto;
  E in van l'Inferno vi s'oppose, e in vano
  S'armò d'Asia e di Libia il popol misto.
  Il Ciel gli diè favore, e sotto a i santi
  Segni ridusse i suoi compagni erranti.
  
2
  O Musa, tu che di caduchi allori
  Non circondi la fronte in Elicona,
  Ma su nel cielo infra i beati cori
  Hai di stelle immortali aurea corona,
  Tu spira al petto mio celesti ardori,
  Tu rischiara il mio canto, e tu perdona
   S'intesso fregi al ver, s'adorno in parte
   D'altri diletti, che de' tuoi, le carte.
    
3
 Sai che là corre il mondo ove piú versi
 Di sue dolcezze il lusinghier Parnaso,
 E che 'l vero, condito in molli versi,
 I piú schivi allettando ha persuaso.
 Cosí a l'egro fanciul porgiamo aspersi
 Di soavi licor gli orli del vaso:
 Succhi amari ingannato intanto ei beve,
 E da l'inganno suo vita riceve.


4
 Tu, magnanimo Alfonso, il quale ritogli
 Al furor di fortuna e guidi in porto
 Me peregrino errante, e fra gli scogli
 E fra l'onde agitato e quasi absorto,
 Queste mie carte in lieta fronte accogli,
 Che quasi in voto a te sacrate i' porto.
 Forse un dí fia che la presaga penna
 Osi scriver di te quel ch'or n'accenna.

5
 È ben ragion, s'egli averrà ch'in pace
 Il buon popol di Cristo unqua si veda,
 E con navi e cavalli al fero Trace
Cerchi ritòr la grande ingiusta preda,
Ch'a te lo scettro in terra o, se ti piace,
L'alto imperio de' mari a te conceda.
Emulo di Goffredo, i nostri carmi
Intanto ascolta, e t'apparecchia a l'armi.


 Già 'l sesto anno volgea, ch'in oriente
 Passò il campo cristiano a l'alta impresa;
 E Nicea per assalto, e la potente
 Antiochia con arte avea già presa.
 L'avea poscia in battaglia incontra gente
 Di Persia innumerabile difesa,
 E Tortosa espugnata; indi a la rea
 Stagion diè loco, e 'l novo anno attendea.
   
7
 E 'l fine omai di quel piovoso inverno,
 Che fea l'arme cessar, lunge non era;
Qquando da l'alto soglio il Padre eterno,
Ch'è ne la parte piú del ciel sincera,
E quanto è da le stelle al basso inferno,
Tanto è piú in su de la stellata spera,
Gli occhi in giú volse, e in un sol punto e in una
Vista mirò ciò ch'in sé il mondo aduna.

8
Mirò tutte le cose, ed in Soria 
S'affisò poi ne' principi cristiani;
E con quel guardo suo ch'a dentro spia
Nel piú secreto lor gli affetti umani,
Vide Goffredo che scacciar desia
De la santa città gli empi pagani,
E pien di fé, di zelo, ogni mortale
Gloria, imperio, tesor mette in non cale.


Ma vede in Baldovin cupido ingegno,
Ch'a l'umane grandezze intento aspira:
Vede Tancredi aver la vita a sdegno,
Tanto un suo vano amor l'ange e martira:
E fondar Boemondo al novo regno
Suo d'Antiochia alti princípi mira,
E leggi imporre, ed introdur costume
De arti e culto di verace Nume;

10
 E cotanto internarsi in tal pensiero,
Ch'altra impresa non par che piú rammenti:
Scorge in Rinaldo e animo guerriero
E spirti di riposo impazienti;
Non cupidigia in lui d'oro o d'impero,
Ma d'onor brame immoderate, ardenti:
Scorge che da la bocca intento pende
Di Guelfo, e i chiari antichi essempi apprende.
    
11
Ma poi ch'ebbe di questi e d'altri cori
Scòrti gl'intimi sensi il Re del mondo,
Chiama a sé da gli angelici splendori
Gabriel, che ne' primi era secondo.
È tra Dio questi e l'anime migliori
Interprete fedel, nunzio giocondo:
Giú i decreti del Ciel porta, ed al Cielo
Riporta de' mortali i preghi e 'l zelo.
    
12
Disse al suo nunzio Dio: "Goffredo trova,
E in mio nome di' lui: perché si cessa?
Perché la guerra omai non si rinova
A liberar Gierusalemme oppressa?
Chiami i duci a consiglio, e i tardi mova 
A l'alta impresa: ei capitan fia d'essa.
Io qui l'eleggo; e 'l faran gli altri in terra,
Già suoi compagni, or suoi ministri in guerra."
    
13
Cosí parlogli, e Gabriel s'accinse
Veloce ad esseguir l'imposte cose:
La sua forma invisibil d'aria cinse
Ed al senso mortal la sottopose.
Umane membra, aspetto uman si finse,
ma di celeste maestà il compose;
Ma giovene e fanciullo età confine
Prese, ed ornò di raggi il biondo crine.

14
Ali bianche vestí, c'han d'or le cime,
Infaticabilmente agili e preste.
Fende i venti e le nubi, e va sublime
Sovra la terra e sovra il mar con queste.
Cosí vestito, indirizzossi a l'ime
Parti del mondo il messaggier celeste:
Pria sul Libano monte ei si ritenne,
E si librò su l'adeguate penne;

15
E vèr le piagge di Tortosa poi
Drizzò precipitando il volo in giuso.
Sorgeva il novo sol da i lidi eoi,
Parte già fuor, ma 'l piú ne l'onde chiuso;
E porgea matutini i preghi suoi
Goffredo a Dio, come egli avea per uso;
Quando a paro co 'l sol, ma piú lucente,
L'angelo gli apparí da l'oriente;

16
E gli disse: "Goffredo, ecco opportuna
Già la stagion ch'al guerreggiar s'aspetta;
Perché dunque trapor dimora alcuna
A liberar Gierusalem soggetta?
Tu i principi a consiglio omai raguna,
Tu al fin de l'opra i neghittosi affretta.
Dio per lor duce già t'elegge, ed essi
Sopporran volontari a te se stessi.
7
Dio messaggier mi manda: io ti rivelo
La sua mente in suo nome. Oh quanta spene
Aver d'alta vittoria, oh quanto zelo
De l'oste a te commessa or ti conviene!"
Tacque; e, sparito, rivolò del cielo
A le parti piú eccelse e piú serene.
Resta Goffredo a i detti, a lo splendore,
D'occhi abbagliato, attonito di core.

18
Ma poi che si riscote, e che discorre
Chi venne, chi mandò, che gli fu detto,
Se già bramava, or tutto arde d'imporre
Fine a la guerra ond'egli è duce eletto.
Non che 'l vedersi a gli altri in Ciel preporre
D'aura d'ambizion gli gonfi il petto,
Ma il suo voler piú nel voler s'infiamma
Del suo Signor, come favilla in fiamma.

19
Dunque gli eroi compagni, i quai non lunge
Erano sparsi, a ragunarsi invita;
Lettere a lettre, e messi a messi aggiunge,
Sempre al consiglio è la preghiera unita;
Ciò ch'alma generosa alletta e punge,
Ciò che può risvegliar virtù sopita,
 Tutto par che ritrovi, e in efficace
 Modo l'adorna sí che sforza e piace.

20
Vennero i duci, e gli altri anco seguiro,
E Boemondo sol qui non convenne.
Parte fuor s'attendò, parte nel giro
E tra gli alberghi suoi Tortosa tenne.
I grandi de l'essercito s'uniro
(Glorioso senato) in dí solenne.
Qui il pio Goffredo incominciò tra loro,
Augusto in volto ed in sermon sonoro:

21
"Guerrier di Dio, ch'a ristorar i danni
De la sua fede il Re del Cielo elesse,
 E securi fra l'arme e fra gl'inganni
 De la terra e del mar vi scòrse e resse,
 Sí ch'abbiam tante e tante in sí pochi anni
 Ribellanti provincie a lui sommesse,
 E fra le genti debellate e dome
 Stese l'insegne sue vittrici e 'l nome,
  
22
Già non lasciammo i dolci pegni e 'l nido
Nativo noi (se 'l creder mio non erra),
Né la vita esponemmo al mare infido
Ed a i perigli di lontana guerra,
Per acquistar di breve suono un grido
Vulgare e posseder barbara terra,
Ché proposto ci avremmo angusto e scarso
Premio, e in danno de l'alme il sangue sparso.

23
Ma fu de' pensier nostri ultimo segno
Espugnar di Sion le nobil mura,
E sottrarre i cristiani al giogo indegno
Di servitù cosí spiacente e dura,
Fondando in Palestina un novo regno,
Ov'abbia la pietà sede secura;
Né sia chi neghi al peregrin devoto
D'adorar la gran tomba e sciòrre il voto.
  
24
Dunque il fatto sin ora al rischio è molto,
Piú che molto al travaglio, a l'onor poco,
Nulla al disegno, ove o si fermi o vòlto
Sia l'impeto de l'armi in altro loco.
Che gioverà l'aver d'Europa accolto
Sí grande sforzo, e posto in Asia il foco,
Quando sia poi di sí gran moti il fine
Non fabbriche di regni, ma ruine?

25
 Non edifica quei che vuol gl'imperi
 Su fondamenti fabricar mondani,
 Ove ha pochi di patria e fé stranieri
 Fra gl'infiniti popoli pagani,
 Ove ne' Greci non conven che speri,
 E i favor d'Occidente ha sí lontani;
 Ma ben move ruine, ond'egli oppresso
 Sol construtto un sepolcro abbia a se stesso.

26 
 Turchi, Persi, Antiochia (illustre suono
 E di nome magnifico e di cose)
 Opre nostre non già, ma del Ciel dono
 Furo, e vittorie fur meravigliose.
 Or se da noi rivolte e torte sono
 Contra quel fin che 'l donator dispose,
 Temo ce 'n privi, e favola a le genti
 Quel sí chiaro rimbombo al fin diventi.
    
27
  Ah non sia alcun, per Dio, che sí graditi
  Doni in uso sí reo perda e diffonda!
  A quei che sono alti princípi orditi
  Di tutta l'opra il filo e 'l fin risponda.
  Ora che i passi liberi e spediti,
  Ora che la stagione abbiam seconda,
  Ché non corriamo a la città ch'è mèta
 D'ogni nostra vittoria? e che piú 'l vieta?

28
 Principi, io vi protesto (i miei protesti
 Udrà il mondo presente, udrà il futuro,
 L'odono or su nel Cielo anco i Celesti):
 Il tempo de l'impresa è già maturo;
 Men diviene opportun piú che si resti,
 Incertissimo fia quel ch'è securo.
 Presago son, s'è lento il nostro corso,
 Avrà d'Egitto il Palestin soccorso."
       
29
Disse, e a i detti seguí breve bisbiglio;
Ma sorse poscia il solitario Piero,
Che privato fra' principi a consiglio
Sedea, del gran passaggio autor primiero:
"Ciò ch'essorta Goffredo, ed io consiglio,
Né loco a dubbio v'ha, sí certo è il vero
E per sé noto: ei dimostrollo a lungo,
 Voi l'approvate, io questo sol v'aggiungo:
     
30
Se ben raccolgo le discordie e l'onte
Quasi a prova da voi fatte e patite,
I ritrosi pareri, e le non pronte
E in mezzo a l'esseguire opre impedite,
Reco ad un'altra originaria fonte
La cagion d'ogni indugio e d'ogni lite,
A quella autorità che, in molti e vari
D'opinion quasi librata, è pari.

31
Ove un sol non impera, onde i giudíci
 Pendano poi de' premi e de le pene,
Onde sian compartite opre ed uffici,
Ivi errante il governo esser conviene.
 Deh! fate un corpo sol de' membri amici,
 Fate un capo che gli altri indrizzi e frene,
 Date ad un sol lo scettro e la possanza,
 E sostenga di re vece e sembianza."

32
Qui tacque il veglio. Or quai pensier, quai petti
Son chiusi a te, sant'Aura e divo Ardore?
Inspiri tu de l'Eremita i detti,
E tu gl'imprimi a i cavalier nel core;
Sgombri gl'inserti, anzi gl'innati affetti
Di sovrastar, di libertà, d'onore,
Sí che Guglielmo e Guelfo, i piú sublimi,
Chiamàr Goffredo per lor duce i primi.

33
 L'approvàr gli altri: esser sue parti denno
Deliberare e comandar altrui.
Imponga a i vinti legge egli a suo senno,
Porti la guerra e quando vòle e a cui;
Gli altri, già pari, ubidienti al cenno
Siano or ministri de gl'imperii sui.
Concluso ciò, fama ne vola, e grande
Per le lingue de gli uomini si spande.

34
 Ei si mostra a i soldati, e ben lor pare
Degno de l'alto grado ove l'han posto,
E riceve i saluti e 'l militare
Applauso, in volto placido e composto.
Poi ch'a le dimostranze umili e care
D'amor, d'ubidienza ebbe risposto,
 Impon che 'l dí seguente in un gran campo
 Tutto si mostri a lui schierato il campo.
  
35
Facea ne l'oriente il sol ritorno,
Sereno e luminoso oltre l'usato,
Quando co' raggi uscí del novo giorno
Sotto l'insegne ogni guerriero armato,
E si mostrò quanto poté piú adorno
Al pio Buglion, girando il largo prato.
S'era egli fermo, e si vedea davanti
Passar distinti i cavalieri e i fanti.

36
Mente, de gli anni e de l'oblio nemica,
De le cose custode e dispensiera,
Vagliami tua ragion, sí ch'io ridica
Di quel campo ogni duce ed ogni schiera:
Suoni e risplenda la lor fama antica,
Fatta da gli anni omai tacita e nera;
Tolto da' tuoi tesori, orni mia lingua
Ciò ch'ascolti ogni età, nulla l'estingua.
  
37
Prima i Franchi mostràrsi: il duce loro
Ugone esser solea, del re fratello.
Ne l'Isola di Francia eletti foro,
Fra quattro fiumi, ampio paese e bello.
Poscia ch'Ugon morí, de' gigli d'oro
Seguí l'usata insegna il fer drapello
Sotto Clotareo, capitano egregio,
A cui, se nulla manca, è il nome regio.

38
Mille son di gravissima armatura,
Sono altrettanti i cavalier seguenti,
Di disciplina a i primi e di natura
E d'arme e di sembianza indifferenti;
Normandi tutti, e gli ha Roberto in cura,
Che principe nativo è de le genti.
Poi duo pastor de' popoli spiegaro
Le squadre lor, Guglielmo ed Ademaro.

39
 L'uno e l'altro di lor, che ne' divini
 Uffici già trattò pio ministero,
 Sotto l'elmo premendo i lunghi crini,
 Essercita de l'arme or l'uso fero.
 Da la città d'Orange e da i confini
 Quattrocento guerrier scelse il primiero;
 Ma guida quei di Poggio in guerra l'altro,
 Numero egual, né men ne l'arme scaltro.

40
 Baldovin poscia in mostra addur si vede
 Co' Bolognesi suoi quei del germano,
 Ché le sue genti il pio fratel gli cede
 Or ch'ei de' capitani è capitano.
 Il conte di Carnuti indi succede,
 Potente di consiglio e pro' di mano;
 Van con lui quattrocento, e triplicati
 Conduce Baldovino in sella armati.

41
 Occupa Guelfo il campo a lor vicino,
 Uom ch'a l'alta fortuna agguaglia il merto:
Conta costui per genitor latino
De gli avi Estensi un lungo ordine e certo.
Ma german di cognome e di domino,
Ne la gran casa de' Guelfoni è inserto:
Regge Carinzia, e presso l'Istro e 'l Reno
Ciò che i prischi Suevi e i Reti avièno.

42
 A questo, che retaggio era materno,
 Acquisti ei giunse gloriosi e grandi.
 Quindi gente traea che prende a scherno
 D'andar contra la morte, ov'ei comandi:
 Usa a temprar ne' caldi alberghi il verno,
 E celebrar con lieti inviti i prandi.
 Fur cinquemila a la partenza, e a pena
 (De' Persi avanzo) il terzo or qui ne mena.
  
43
 Seguia la gente poi candida e bionda
 Che tra i Franchi e i Germani e 'l mar si giace,
 Ove la Mosa ed ove il Reno inonda,
 Terra di biade e d'animai ferace;
 E gl'insulani lor, che d'alta sponda
 Riparo fansi a l'ocean vorace:
 L'ocean che non pur le merci e i legni,
 Ma intere inghiotte le cittadi e i regni.

44
 Gli uni e gli altri son mille, e tutti vanno
 Sotto un altro Roberto insieme a stuolo.
Maggior alquanto è lo squadron britanno;
Guglielmo il regge, al re minor figliuolo.
Sono gl'Inglesi sagittari, ed hanno
Gente con lor ch'è piú vicina al polo:
Questi da l'alte selve irsuti manda
La divisa dal mondo ultima Irlanda.

45
 Vien poi Tancredi, e non è alcun fra tanti
 (Tranne Rinaldo) o feritor maggiore,
 O piú bel di maniere e di sembianti,
 O piú eccelso ed intrepido di core.
 S'alcun'ombra di colpa i suoi gran vanti
 Rende men chiari, è sol follia d'amore:
 Nato fra l'arme, amor di breve vista,
 Che si nutre d'affanni, e forza acquista.

46
 È fama che quel dí che glorioso
 Fe' la rotta de' Persi il popol franco,
 Poi che Tancredi al fin vittorioso
 I fuggitivi di seguir fu stanco,
 Cercò di refrigerio e di riposo
 A l'arse labbia, al travagliato fianco,
 E trasse ove invitollo al rezzo estivo
 Cinto di verdi seggi un fonte vivo.

47
 Quivi a lui d'improviso una donzella
 Tutta, fuor che la fronte, armata apparse:
 Era pagana, e là venuta anch'ella
 Per l'istessa cagion di ristorarse.
 Egli mirolla, ed ammirò la bella
 Sembianza, e d'essa si compiacque, e n'arse.
 Oh meraviglia! Amor, ch'a pena è nato,
 Già grande vola, e già trionfa armato.

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Imagen: Retrato de Torcuato Tasso a los 22 años, por Jacopo Bassano, 1566 Wikimedia Commons