La consideración de los milagros
obliga a una desconfianza razonable.
Más vale el simple asombro,
la inocente incredulidad
y hasta la sabia indiferencia
que la deformación de lo cotidiano
por manía admirativa.
El torpe riesgo es, si no,
que, de pronto, el agua,
en vez de agua de beber
se haga Diluvio o Bautismo.
Las extensas terrazas
de la casa que jamás fue construida;
las vides ocres que no fueron plantadas;
el tiempo anterior al primer instante;
la ciudades no creadas;
el contrasueño, el revés de la realidad;
lo que no es objeto de olvido o nostalgia;
lo que no existe ni existió
ni en horas ni en geografía:
De todo eso se nutre y muere,
allí reposa,
sobre eso obra esta forma de ser que somos:
una mera posibilidad
ante infinitas renuncias.
Ángel Bonomini (Buenos Aires, 1929-1994), Torres para el silencio y otros poemas, Pre-Textos, Valencia, 2015
Envío de Jonio González
Clave - Fundación Kónex - La Nación - Infobae - Letras Libres - Noches Blancas
Foto: Ámbito
No hay comentarios.:
Publicar un comentario