Me sitúo en el centro de mi corazón,
pongo los ojos en el fondo de ese pozo
como dos lámparas frías que encienden el amor,
¿y qué veo?
Dios mío, si veo
el claro espejo familiar que hay en mi sueño,
el pan que sale del horno de la vida a cada rato.
Vuelve a ti, viajero, vuelve
al Hotel de Bâle, ya que París es una pieza mortecina,
un lavabo, una mesa, un lecho para el vino de esta noche,
y sabrás nuevamente que eres un círculo de dudas
un remolino incesante que gira en torno de la ausencia.
Me sitúo en el centro de mi corazón, repito,
y me digo:
“Estoy aquí, pero en Lima
despertará mi madre cuando el perro
gima a su puerta, le dé los buenos días, la bendiga,
porque su mano es como un fruto que no cesa”.
Sebastián Salazar Bondy (Lima, 1924-1965), Confidencia en alta voz, Ediciones Vida y Palabra, Lima, 1960
Ref.:
Vallejo & Co.
Ser Peruano
Revista de la Universidad de México
Centro Cultural Trilce
Poemas del Alma
Foto: Vallejo & Co.
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