martes, noviembre 06, 2018

Max Ernst / Puedo creerle a mi tímpano




















Por qué la dama palas apoya su pico en el reborde del mundo
por qué pues esculpe un árbol en la corteza del conocimiento
por qué pues mira bajo el árbol del conocimiento
y descubre que no tiene raíces

así pues la razón del hombre roza su árida túnica
le sienta bien
la camisa de noche se muda en un vuelo de pájaros
de pronto el viento silba de la izquierda
y sin hacer ruido cubre a la diosa
con banderas pestilentes de hielo espumante

los hilos tendidos del destino susurran tumultuosamente
dan signos de orgullo humano
de impaciencia y lasitud

el primer anti-hombre agita suavemente el abanico de su voz
y mira la lubricidad de los anti-pájaros a los que alienta
a que construyan una sonrisa en el árbol de fuego
en el fondo de los anti

así pues la dama palas truena los dedos
extrae su reloj del forro
lo consulta
y lo arroja al océano del mundo

Max Ernst (Brühl, Alemania, 1891-París, 1976), Poetas del surrealismo, selección y prólogo de Reynaldo Jiménez, Leviatán, Buenos Aires, 1997
Traducción de Salvador Elizondo

MuseoThyssen Bornemisza - El Catalejo - Trianarts
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Foto: Max Ernst, 1976 Wikipedia

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