jueves, septiembre 27, 2018

Clelia Bercovich / El nombre de mi padre















Aquellos a los que un día llamé por su nombre
estarán en el buró del cielo discutiendo acaloradamente
sobre el sentido en que corre la calle Florida.
(sólo para  recordarla)
Todo era maravilloso en Buenos Aires.
Ahora hay fábricas  vacías
Las paredes desnudas hasta el ladrillo
Abandonadas al silencio
Las máquinas desaparecieron
Y ellos dónde están

Se los llevó un Tren Blanco, dicen,
Se fueron con los Carros de la Noche.
Cada día es una cucaracha súbita
Que ni sabe dónde va.
Los Iguales, ya por entonces,
Vestían de beige y celeste.
En el living tenían  fragatas, cuadros campestres
Y una mucama  de uniforme azul.
Aunque , desde las colinas vi el cielo de Roma,
La ventana desde la que miraba era siempre
La del cine.
Mi padre me llevaba a la estación.
(A mí y a mi tos)
Hundidos en las butacas, la Nave pasaba
suave y lenta.
Las  luces encendidas en la magnificencia del último minuto.
Y envueltos en el vapor de la locomotora
volvíamos  a casa  con un ramo
de manzanillas
                       
 pálidas.

[inédito]

Clelia Bercovich (Carlos Casares, Argentina)

Ref.:
Ediciones Ruinas Circulares
Un Caos Lúcido
Confabulaciones
Caína Bella

Foto: FB

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