Versión I
¿Y por qué esa muerte tan inoportuna
que deja palabras a destiempo?
El porvenir una y otra vez
se arrastra vanamente de día en día
hasta medir la última sílaba del tiempo
y todos nuestros ayeres
sólo han iluminado el sendero de la muerte polvorienta.
Fuera de aquí, fugaz vela.
La vida es sólo una sombra vagabunda,
un pobre actor que suda su hora sobre el escenario
y luego desaparece sin ser oído; es una trama
narrada por un necio, llena de pompa y de fanfarrias,
que nada significa.
(Desde "Macbeth", acto V, escena V)
Versión III
Y las sílabas del tiempo
se agolpan
desbarrancando la palabra hombre
en un grito ya sin aliento:
apenas polvo de pompas y fanfarrías
que un pobre actor
suda y suda
antes de que la representación sea
definitivamente cancelada.
Versión IV
Y la muerte, embajadora del miedo,
exhibía credenciales
ante la venia de los monarcas.
Sus atuendos eran solemnes
y su porte digno.
Y aunque se sabía truculenta
procuró una cierta compostura
que evitara malos entendidos
e invitara al elogio.
No por nada
era "el mausoleo sagrado
de tantos y tantos predecesores".
Pero sus palabras alarmaron el oído:
"los muertos eran menos escabrosos
que los vivos".
Versión VII
Palabras,
"objeciones a uno mismo",
sentimientos:
monasterio en ruinas
para una vida
que inicia
su lenta demolición.
Armando Roa Vial (Santiago de Chile, 1966), Shakesperean Blues, Uqbar Editores, Santiago de Chile, 2012
Ref.:
Club de Traductores Literarios de Buenos Aires
Insólitos
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