Chamán
En la rama, el sigilo del mantis
es propio del chamán; en el pozo
la viveza de la rata es propia
del chamán. En el agua verde y secreta,
en el aire arrebatado de espíritus,
en el lodo burbujeante, en cada ráfaga,
en cada hálito que se cuela, en el vuelo
de la calandria… habita el chamán.
Al caer el día, en ese tiempo en que
el tiempo se aquieta, Soy el chamán.
Vago susurrante por entre el arduo follaje,
dejo atrás cuerpo y conciencia, soy,
a un tiempo, la feroz mordida y
mi propia sangre que mana y me aleja.
Oración del que se siente solo
Camino como un hada a través del sueño;
me miro los pies al caminar, son flacos y huesudos
y sufridos, como los de una bailarina. Camino
borracho, a lo Trakl, a través del bosque crepuscular,
ensayo una sonrisa para ese que pasa ignorándome.
El viento se llevó el amor, lo paseó, lo mareó…
Sobrevuelo el cuerpo de la tempestad; en carne viva
mis palmas rozan la turbulenta rugosidad del texto.
Somos, a un tiempo, consagración y adiós.
César Bandin Ron (Buenos Aires, 1948), Azucena mística, inédito
Ref.: Op.Cit. 6.8.2017
Me gusta lo que leo
ResponderBorrarHe llegado sin rumbo y los estoy leyendo