A los pecados capitales
Por nuestra fantasía, nos liberan
de la materia pura, pero caemos en la red
de la esperanza. Pecados, vicios, y hasta
las débiles virtudes, nos separan
del cuerpo único del caos.
nos arrancan
de la madera y de los mares.
Guardianes en el umbral de la nada.
Para cantar
La tarde está limpia como una hoja vacía.
A veces, como una mano que escribe, la borronea el viento.
La carcome, como a una esperanza que se enfría
por ráfagas de remordimiento.
Tarde carcomida de octubre, desaforada luz del día.
No tengo paz y estoy contento.
Juan José Saer (Serodino, Argentina, 1937-París, 2005), El arte de narrar, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina, 1988
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Foto: Juan José Saer s/d
que diáfanas palabras,gracias,desconocía...
ResponderBorrarSi uno hubiera podido pensar antes a esos "Guardianes en el umbral de la nada"...
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