Poesía
La rosa fugitiva
en la mano fugitiva,
en la poesía fugitiva.
Te sientas con el alfabeto.
El gato está cómodo y ronronea.
Y tú estás sentado entre montones de libros.
La luna
Algunos dicen que la luna es un joven pescador
que arrastra sus redes de arenques sobre el agua.
Otros dicen que es la viuda de un viejo pescador
que con agujas rutilantes teje el chal de la soledad.
No sé. Estoy asombrado por tanta inmovilidad.
Me asombra que la noche se haya detenido.
Werner Aspenström (Norrbärke, Suecia, 1918-Estocolmo, 1997), Poesía, El Tucán de Virginia, Ciudad de México, 1989
Traducción de Homero Aridjis y Pierre Zekeli
Envío de Jonio González
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