miércoles, mayo 31, 2017

Pablo Neruda / Barcarola















Si solamente me tocaras el corazón,
si solamente pusieras tu boca en mi corazón,
tu fina boca, tus dientes,
si pusieras tu lengua como una flecha roja
allí donde mi corazón polvoriento golpea,
si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando,
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas de tren con sueño,
como aguas vacilantes,
como el otoño en hojas,
como sangre,
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo,
sonando como sueños o ramas o lluvias,
o bocinas de puerto triste,
si tú soplaras en mi corazón cerca del mar,
como un fantasma blanco,
al borde de la espuma,
en mitad del viento,
como un fantasma desencadenado, a la orilla del mar, llorando.

Como ausencia extendida, como campana súbita,
el mar reparte el sonido del corazón,
lloviendo, atardeciendo, en una costa sola:
la noche cae sin duda,
y su lúgubre azul de estandarte en naufragio
se puebla de planetas de plata enronquecida.

Y suena el corazón como un caracol agrio,
llama, oh mar, oh lamento, oh derretido espanto
esparcido en desgracias y olas desvencijadas:
de lo sonoro el mar acusa
sus sombras recostadas, sus amapolas verdes.

Si existieras de pronto, en una costa lúgubre,
rodeada por el día muerto,
frente a una nueva noche,
llena de olas,
y soplaras en mi corazón de miedo frío,
soplaras en la sangre sola de mi corazón,
soplaras en su movimiento de paloma con llamas,
sonarían sus negras sílabas de sangre,
crecerían sus incesantes aguas rojas,
y sonaría, sonaría a sombras,
sonaría como la muerte,
llamaría como un tubo lleno de viento o llanto,
o una botella echando espanto a borbotones.

Así es, y los relámpagos cubrirían tus trenzas
y la lluvia entraría por tus ojos abiertos
a preparar el llanto que sordamente encierras,
y las alas negras del mar girarían en torno
de ti, con grandes garras, y graznidos, y vuelos.

Quieres ser el fantasma que sople, solitario,
cerca del mar su estéril, triste instrumento?
Si solamente llamaras,
su prolongado son, su maléfico pito,
su orden de olas heridas,
alguien vendría acaso,
alguien vendría,
desde las cimas de las islas, desde el fondo rojo del mar,
alguien vendría, alguien vendría.

Alguien vendría, sopla con furia,
que suene como sirena de barco roto,
como lamento,
como un relincho en medio de la espuma y la sangre,
como un agua feroz mordiéndose y sonando.

En la estación marina
su caracol de sombra circula como un grito,
los pájaros del mar lo desestiman y huyen,
sus listas de sonido, sus lúgubres barrotes
se levantan a orillas del océano solo.

[1931-1935]

Pablo Neruda (Parral, Chile, 1904-Santiago de Chile, 1973), Residencia en la tierra, Editorial Losada, Buenos Aires, 1969

Foto: CDN

martes, mayo 30, 2017

Jonio González / El argumento














Cómo explicarle al limón
que arranca la mano del anciano
que será envuelto en papel
hundido en arena
y al cabo de meses convertido en líquido
que raerán su piel
y que lo que quede de la carne
será mordido
tragado
y el resto acabará en un pozo
donde arderá mientras la higuera
sigue dando frutos
que los pájaros celebrarán
tras la tormenta.

[Inédito]

Jonio González (Buenos Aires, 1954)

lunes, mayo 29, 2017

Agustina Lescano / Nena














La botella y yo
transpiramos en la vereda
el aire está casi tan espeso
como la calle
y deja a todos en el barrio
mirando hacia el fondo de la avenida
como si fuera a pasar algo.
A la hora de siempre
aparece el loco
corriendo con la camisa abierta
y en la mano una bolsa de mercado
vacía y con los bordes descosidos
donada por alguna familia
que ahora usa bolsas de plástico
para comprar cosas y después tirarlas.

Yo era chica y un tipo en la tele
hablaba sobre el tema: linyeras
salí a la puerta y le pregunté a mamá
qué era.
Apareció el loco a la misma hora
y mi mamá señaló con la cabeza
yo lo quedé mirando y él me gritó
y siguió corriendo
qué pasa, nena
nunca viste un hombre.

Agustina Lescano (Santa Fe, Argentina, 1992), Nena, Premio Provincial de Poesía José Pedroni, Corteza Ediciones, Santo Tomé, 2016

Foto: Agustina Lescano Barrio Cultura/FM la X de la Universidad Nacional del Litoral

domingo, mayo 28, 2017

Daniel Samoilovich / Rusia es el tema















Rusia es el tema, los poetas rusos:
"Puse acentos -dice la mujer- aun donde no se ponen
para que la gente sepa cómo pronunciar: Pásternak, Ajmátova".
Rusia es el tema: ¿de dónde saca tantos libros? Hace calor.
Afuera, el sol ablanda el asfalto y estoy cansado.
Como lluvia de verano caen los acentos
sobre palabras que no los esperaban.
Las originales, las verdaderas,
están en cirílico: letras dadas vuelta,
palitos perversos atravesando los signos conocidos,
arañas bailando
en torno a un hombre alto con un bastón.
Es mi abuelo que vuelve a casa
caminando entre las construcciones bajas del domingo.
Frente a la metalúrgica hay tiradas
barritas de hierro en la vereda,
acentos sueltos, restos sólidos
del trabajo que las chispas hicieron
allí adentro, en la densa oscuridad
de la semana cancelada por una cortina.
Para mi asombro, mi abuelo habla mal de toda la familia:
es un personaje de historieta
rodeado de arañitas cirílicas encerradas en un globo blanco
como esos insultos tan atroces
que el guionista no acertaba a expresar sino por víboras,
espirales, pequeños hongos atómicos de malhumor.
Se cortaba tratando de afeitarse
y los espirales caían de las botellas
mordiendo la mesa de luz profundamente,
con un dibujo curvo y negro
como la muerte próxima.

Daniel Samoilovich (Buenos Aires, 1949), Rusia es el tema. Poemas reunidos 1973-2008, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2014

sábado, mayo 27, 2017

Santiago Sylvester / De "Cristo pisando uvas en la Iglesia de la Viña en Salta"
















III

El paisaje muestra la Cruz del Sur,
un bosque de algarrobos, un arrabal de adobe,
y perros y
más perros
con el ojo hambriento.
Entre el latín y el quechua
iba cuajando un español poblado de palabras
     austeras: charqui,
pirca, pasacana, tusca;
un idioma enredado en otro
hasta dar con el punto de cocción: ése
del que alguien dijo
"aunque rabie Garcilaso".

                       Están
los sobrantes de la fiesta: un locro popular
y la aloja fermentada,
aunque ahí, como en todas partes,
la muerte quiere quedarse con todo.
Pero el paisaje también muestra que la muerte
no es para tanto: nada del otro mundo;
y en ese Cristo fabricante de vino patero
se ve el orgullo del artista
por no haber sido dócil
ni obediente, sino
por haber mostrado lo mismo,
pero por cuenta propia.

Santiago Sylvester (Salta, Argentina, 1942), "Cristo pisando uvas" en la Iglesia de La Viña en Salta, Summa Poética-Vinciguerra, Buenos Aires, 2016

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Foto: Camila Toledo

viernes, mayo 26, 2017

Wojciech Kass / Un viaje con cordones
















Pensaste: me he desatado los cordones,
por hoy basta. Mañana, pasado mañana.

Porque al menos una vez hay que despertarse,
solo para uno, para el alba y cerca de una rosa,

de una gota de rocío, tan pura
como la mirada de una alondra,

como una mirada al mundo antes de las letras.

Pero de nuevo hay nudos en los cordones,
para hoy, mañana, pasado mañana,

para el esfuerzo del viaje
a la altura de los charcos

y de mi nublado reflejo en uno de ellos.

Wojciech Kass (Gdynia, Polonia, 1964), Poesía a contragolpe, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2012
Traducción de Abel Murcia, Gerardo Beltrán y Xavier Farré
Envío de Jonio González




jueves, mayo 25, 2017

Alberto Girri / De "Tramas de conflictos", 3



















El hecho de ser tal

1

Uno en lo que es,
         lo que es, rasgos
que se le dan por alusiones,
medias palabras, matices del sentimiento.

2

Como ser uno su casa,
legítimo dueño,
            y ser los huéspedes
que se van alojando, tumultuosos,
aplicados a confundirnos,
suplantarnos,
             y desvanes
donde uno guarda sobras.

3

Una entidad que al exhibirse
a si misma insinúa el rostro
de su esencia, efluvio
que acabará por volar,
         y un arte, el de en uno
todos,
     uno, el que separa
la arena y recoge el oro,
     uno, el atento
al seducir de las flores,
excitarse de las hierbas.

4

El hecho de lo exclusivo
en lo que sea,
              y por instinto,
como agua que corre, flotar de nubes,
como planea el milano,
salta el pez, como ríe el cuervo.

Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991), Tramas de conflictos, Sudamericana, Buenos Aires, 1988
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martes, mayo 23, 2017

Luisa Futoransky / Escenografías



Para encerrar el tiempo y la vida
fotografío pedacitos de mundo
de cielo de gente
como a todo coleccionista me falta una pieza
un brote una rama
todo el castaño
tu cólera
y el meneo gélido
del viento
sobre las gaviotas
sin olvidarme los carámbanos

en suma: adoro las lunas exageradas
los soles ya menos
y enceguecer no sirve

Mi lote fue escribir sin trama
indispensable punto de partida y de llegada, el texto

seguir seguir el tren
al que me trepé en movimiento
en el vagón de cola
aprendí
salvo respirar
nada acaso nadie
es indispensable

en el jergón
de todo quedan briznas
hace tiempo que no recuerdo lo que sueño.
y vos?

Luisa Futoransky (Buenos Aires, 1939), Marchar de día, Leviatán, Buenos Aires, 2017
vía Buenos Aires Poetry

Foto: Luisa Futoransky Radio Canadá Internacional

lunes, mayo 22, 2017

Alejandro Nicotra / Las avenidas
















Las avenidas
silenciosas bajo los árboles y la luz de mercurio,
a las tres de la madrugada,
extienden el espacio de un poema
donde los pies monótonos
van midiendo la quietud y el cansancio.

Despiertas por tus pasos,
quizá te evoquen las imágenes del amor
en el susurro de las hojas
o en la cabellera más alta de la noche,
inclinada, a esa hora, hacia el reposo o el sueño.

O quizá sólo muestren
el desierto de asfalto,
con lámparas que alumbran el vacío
y árboles desterrados a su nada.

Las avenidas
igual se tienden a lo lejos,
más allá de tu casa,
hacia los límites de la ciudad, en donde
comienza el sitio de las sombras.

 *

Ciudades,
avenidas perdidas en la madrugada
─luces frías, desiertos, árboles cabeceantes─,
avenidas
donde unos pasos buscan, vagamente,
un cuarto en que dormir la soledad.

(Frente al café,
la plaza vela sus espacios
y alguien sale a la noche
sin otro rumbo que el azar de las calles,
dédalo de todos y de nadie.)

Ciudades,
edificios de ventanas dormidas
y puertas apagadas,
avenidas en las que lleva el viento
los fantasmas del polvo pálido del asfalto.

(En las luces del centro
unas máscaras últimas ríen y se abrazan,
ronda la policía,
los semáforos guiñan ─rojo ─verde,
y unos papeles huyen
con su noticia indescifrada.)

*

Tal vez,
una ventana sobre un río,
con las luces de la ciudad en el agua,
o las avenidas
en las noches de marzo o de noviembre
(cuando algo comienza o algo termina),
lugares que lleves por el tiempo
y que, tal vez, pudiesen entregar a la página
lo que en ellos quería ser,
destino.

(Lo que fue y no sabrás nunca del todo,
inclinado sobre sus figuras
como sobre el poema que escribes,
en deriva hacia el alba.)

Sí, lugares que lleves por el tiempo,
ciudades como páginas
que nadie ha de leer,
avenidas nocturnas de marzo o de noviembre,
cuando algo comienza o
algo termina.

[Nueva versión, inédita]

Alejandro Nicotra (Sampacho, Córdoba, Argentina, 1931), Puertas apagadas, Ediciones La Ventana, Rosario, 1976

Envío de Pablo Anadón

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Foto: Alejandro Nicotra en El Trabajo de las Horas

domingo, mayo 21, 2017

Lope de Vega / Desea afratelarse, y no le admiten















Muérome por llamar Juanilla a Juana,
que son de tierno amor afectos vivos,
y la cruel, con ojos fugitivos,
hace papel de yegua Galiciana:

Pues, Juana, ahora que eres flor temprana
admite los requiebros primitivos,
porque no vienen bien diminutivos
después que una persona se avellana.

Para advertir tu condición extraña,
más de alguna Juanaza de la villa
del engaño, en que estás, te desengaña.

Créeme, Juana, y llámate Juanilla,
mira que la mejor parte de España,
pudiendo Casta, se llamó Castilla.

Lope de Vega (Madrid, 1562-1635), Coleccion de las obras sueltas, assi en prosa, como en verso, de D. Frey Lope Felix de Vega Carpio, del Habito de San Juan, Tomo XIX, Antonio de Sanchas, Madrid, 1778. Google Books

Imagen: Retrato de Lope de Vega atribuido a Eugenio Cajés, c. 1625 (detalle)

sábado, mayo 20, 2017

Juan Carlos Bustriazo Ortiz / Dos poemas















Chalilera N° 3

Arena de los Cabrales…

1

Por el medanal echado
me parece oír un lloro:
será que se está quejando
un indiecito en lo hondo?
Cascarerío de choiques,
olla de barro pintado,
y en el medanal, arriba,
caracolcitos blanqueando...
Adiós chañar curandero!
Qué estilo estará silbando,
ponchito verde a los vientos,
y esperando y esperando?...


2

Estoy sintiendo tus voces,
arena de los Cabrales;
en el agüita escondida
murmuran tus soledades.
El médano se levanta
de su cuero solitario,
y es un puma que camina
cuando el viento dice “vamos!”...
Adiós chañar curandero!
Qué estilo estará silbando,
ponchito verde a los vientos,
y esperando y esperando?...


Chalilera N° 4

Si el aire llega y te besa...

1

Hojita del cachiyuyo,
corazón con una espina;
si el aire llega y te besa,
se ha de llevar una herida.
Frutita seca del molle
amarilleando en la loma;
cuando te caes en la tarde
te sale una mariposa...
Me voy para el puente grande;
me voy con los camineros.
Cómo retumba en la tierra
ese tunduco zampero!


2

Leñita del alpataco,
mejor que carbón de piedra;
ardiendo en la noche santa
parece que fuera eterna.
Jumito, fuego salado,
ensortijada ceniza;
el alma que te aromaba
ya se te ha vuelto lejía...
Me voy para el puente grande;
me voy con los camineros.
Cómo retumba en la tierra
ese tunduco zampero!


Juan Carlos Bustriazo Ortiz (Santa Rosa, Argentina, 1929-2010)


"Chalileras (1961-1962)",
Canto Quetral, Tomo II,
Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa,
Santa Rosa, 2017








Ref.: Ministerio de Educación del Gobierno de La Pampa

viernes, mayo 19, 2017

Lynn Emanuel / Cuadro de una anciana















Raspa el sol de la pared del cielo.
Arroja sobre las casas las grandes redes del otoño.
Incluso el cuello del lirio es una ensenada peligrosa.

Deja que el mundo aguante cansado en el pórtico de la cárcel
del mundo y la luz de la mente, esa lámpara pequeña,
perla de brillo, deje llegar la noche hasta él,
como limaduras de hierro a un imán, madre.

Lynn Emanuel (Mt. Kisco, Nueva York, Estados Unidos, 1949), Noose and Hook, University of Pittsburgh Press, Pittsburgh, 2010
Versión de Jonio González


AN OLD WOMAN’S PAINTING

Scrape the sun from the wall of  the sky. 
Cast the great nets of  autumn over the houses. 
Even the throat of  the lily is a dangerous inlet. 

Let the world stand wearily on the stoop of  the jail 
of  the world and the light of  the mind, that small lamp, 
pearl of  shine, let the night come to it, as iron filings to a magnet, 
mother.



jueves, mayo 18, 2017

Fabio Morábito / El viento, más...















El viento, más
que yo,
se fuma este cigarro
entre mis dedos,
dejándome el placer
de sólo tres o cuatro bocanadas,
y el mar expropia las palabras
que te digo,
porque, acostada, no me oyes.
El sol, el viento y la marea
te ensordecen
y cuando me levanto
para dar dos pasos,
viendo mis huellas que se imprimen
en la arena,
pienso que esas pisadas mienten,
que ya no piso así
desde hace no sé cuándo;
son huellas de otro
que sobrevive en mis pisadas, pues las mías
son mucho menos elocuentes.
Tú, en cambio, que me ves
completo e indivisible,
sabes mejor que nadie cómo soy mortal,
cómo mis huellas en la arena me describen
y cómo se plasma en ellas lo que soy,
sabes mejor que nadie cómo no escucharme.

Fabio Morábito (Alejandría, Egipto, 1955), Alguien de lava, Ediciones Era y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Ciudad de México, 2002
---
Foto: Fabio Morábito por Jorge Fondebrider, Bogotá, 2017

martes, mayo 16, 2017

Constantino Cavafis / Termópilas



Honor a aquellos que en sus vidas
custodian y defienden las Termópilas.
Sin apartarse nunca del deber;
justos y rectos en sus actos,
no exentos de piedad y compasión;
generosos cuando son ricos, y también
si son pobres, modestamente generosos,
cada uno según sus medios;
diciendo siempre la verdad,
mas sin guardar rencor a los que mienten.

Y más honor aún les es debido
a quienes preven (y muchos preven)
que Efialtes aparecerá finalmente
y pasarán los Persas.

1901

Constantino Cavafis (Alejandría, Egipto, 1863-1933), Konstantino Kavafis, Poesía completa, traducción de José María Álvarez, Hiperión, Madrid, 1981

Nota del Ad.: Efialtes fue el traidor que reveló a Jerjes la existencia de un paso lateral al desfiladero de Termópilas defendido por tropas de la alianza griega, al mando de Leónidas (490 a.C.)

lunes, mayo 15, 2017

Hilda Doolittle / de "Helen in Egypt"





















4

Helena misma parece casi lista para este sacrificio -al menos, para su inmolación  antes de este amor supremo de Aquiles, su dedicación "a su propio barco" y el mascarón de proa, "un ídolo o eidolon ... una sirena, Tetis sobre la proa."


¿Sus ojos se inclinaron en el modo antiguo?
¿ella era griega o egipcia?
¿la había moldeado algún marinero fenicio?

¿era ella madera de roble o cedro?
¿fue cortada de un bloque torpe
de madera de barco en los astilleros

y después remachada allí
o la proa misma fue formada
a su cuerpo de sirena,

ondulada a su pelo de sirena?
había allí un poquito de pintura
en el principio, en el pliegue de la ropa,

¿se desgastó el azul después?
¿tuvieron que retocarle sus brazos, sus hombros?
¿alguien la tocó alguna vez?

¿Ella tenía otro fanático o amante,
o solo él la adoró?
¿ella usó una faja de algas

o una corona pintada? ¿cuántas veces
sus pechos altos conocieron el rocío del mar?
¿cuántas veces se zambulleron abajo?

Hilda Doolittle (Bethlehem, Estados Unidos, 1886–Zúrich, Suiza, 1961), "Eidolon, Book III", Helen in Egypt, New Directions, NY, 1961
Versión de Noelia Torres

Imagen: Portada de H.D. Selected Poems, New Directions, 1998

Nota de edición: Hilda Doolittle firmaba con sus iniciales




Helen herself seems almost ready for this sacrifice--at least, for the immolation of herself before this greatest love of Achilles, his dedication to “his own ship” and the figurehead, “an idol or eidolon . . . a mermaid, Thetis upon the prow.”

Did her eyes slant in the old way?
was she Greek or Egyptian?
had some Phoenician sailor wrought her?

was she oak-wood or cedar?
had she been cut from an awkward block
of ship-wood at the ship-builders,

and afterwards riveted there,
or had the prow itself been shaped
to her mermaid body,

curved to her mermaid hair?
was there a dash of paint
in the beginning, in the garment-fold,

did the blue afterwards wear away?
did they re-touch her arms, her shoulders?
did anyone touch her ever?

Had she other zealot and lover,
or did he alone worship her?
did she wear a girdle of sea-weed

or a painted crown?  how often
did her high breasts meet the spray,
how often dive down?

(Eidolon, Book III)

https://www.poets.org/poetsorg/poem/helen-egypt-eidolon-book-iii-4

domingo, mayo 14, 2017

Rae Armantrout / "Tenso" y "tenue"












I

“Tenso” y “tenue”
proceden de la misma raíz

y dan “tierno”
en sus diversas formas:

la flor de la acedera;
la polilla amarilla.


II

No debería confundir
lo falso
con lo espurio.

Lo falso
es un pulgar dolorido

mientras que lo espurio
brota
como el pez y los circos.

Rae Armantrout (Vallejo, California, Estados Unidos, 1947), Just Saying, Wesleyan University Press, Middletown, 2013
Versión de Jonio González


1

Tense and tenuous
grow from the same root

as does tender
in its several guises:

the sour grass flower;
the yellow moth.

2

I would not confuse
the bogus
with the spurious.

The bogus
is a sore thumb

while the spurious
pours forth

as fish and circuses.




sábado, mayo 13, 2017

Mario Montalbetti / De "El lenguaje es un revólver para dos"














Disculpe, ¿es aquí la tabaquería?

Nadie dice todo. Nadie dice nada.
Lo deseable es decir poquísimo.
Callar no es más radical.
Callar es como raparse la cabeza:
el pelo vuelve a crecer.
Pero decir poquísimo, decir lo mínimo
que uno puede decir,
eso es lo que nos permite decir algo.


Revisión (dos días después)

Somos lo que sabemos.
Sabemos que somos mortales.
Se dicen cosas.


Magnificat

Después del trabajo remunerado, inmune,
casi municipal, y de cuidar al hijo
que no caiga, y de hacer nocturno el amor,

apago los megavatios
y bebo alcohol hasta las puntas
(alcohol munerado, mune, casi nupcial)

y luego veo entre las costillas de las persianas

el alba naranja como una papaya madura
que cae del cielo
y se hace añicos sobre el pavimento.

Mario Montalbetti (Lima, 1953), "El lenguaje es un revólver para dos" (2008), Lejos de mí decirles. Poesía reunida, Colima-Aldvs, Ciudad de México, 2013

viernes, mayo 12, 2017

Malú Urriola / Tres poemas














La poesía es una ilusión óptica

Al lado del carril de la vida pasa el futuro alocado
Los sueños que vimos naufragar florecerán para otros,
y caminarán como nosotros entre la jauría,
y postes esqueléticos de luces que se apagan
y conocerán de esperanzas tratadas a puntas de pies,
y la flor de la pregunta
cuando llueva y haga frío,
les florecerá de pena
y en el aire se dejará oler fresco
el aroma de las murallas mojadas del alma
La vieja historia de nacer soñando y morir
con el rabo pelado
¿Te acuerdas de cuando el horror se apoderó de nosotros,
y el silencio tenía un sonido de botas miserables?
Escuchábamos a Charlie Parker,
recitábamos de memoria a la Mistral
y nos reíamos de nuestros necios congéneres.
La vida que pasa segura sabe que sobrevivimos,
Por eso nos sentamos a ver brillar el cielo
y toda su orquesta de vidrios

(Nada, Lom, 2004)

*

Junior se inventó el J. P. antes del Junior.
Lo sé porque dejo pasar unos meses y le vuelvo a preguntar y me dice que se llama Juan Pedro, otras, Josef Paul, o Jeremías Prudencio… J. P. dice cualquier cosa.

J. P. tiene piernas sólo hasta las rodillas. Luego lo sostienen unos maderos sin músculos, ni carnes. Ya casi no puede moverse. Por eso se pasa la mayor parte del día sentado contándonos historias, cosas que tal vez ocurrieron pero que la memoria siempre deforma.

Cuando nosotras no lo miramos, él saca unos bastones de debajo de la mesa que tiene a su lado, cubierta con un fino mantel que nuestra madre le bordó. Nosotras sabemos que cuando J. P. quiere levantarse debemos mirar al techo, o hacia el lado, lo suficiente como para dejarlo sacar sus bastones e incorporarse con la dignidad de no ser observado en su ruina ávida de equilibrio.

J. P. no pudo jamás sobreponerse a la desgracia de haber perdido sus piernas.

El decía que las había olvidado en alguna parte. Que una mañana al levantarse, llegó hasta el baño, se cepilló los dientes y al mirarse la cara al espejo como todas las otras mañanas -esa bienvenida a la realidad de verse una arruga más, que constata la sobre vivencia de los días recientes y de esos ya tan alejados y poco probables-. Estaba meditando estas cuestiones matutinas cuando se dio cuenta que no tenía las piernas.

Así se pierden las cosas, nos dijo.
Un día, de pronto, ya no están.

(Bracea, Lom, 2007)

*

Cuando no estás me faltas como si me faltara un brazo, daría un brazo por no sentir esta falta... daría un brazo, pero no el brazo con el que escribo. El brazo con el que escribo no se lo doy a nadie, si me deshiciera de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que aprieta mi vientre, el que hunde su mano en mi garganta para que las palabras salgan, porque mi brazo sabe que las palabras son como trozos de carne que me atoran, si no tuviera este brazo tampoco podría hablar, porque este brazo es mi lengua, con este brazo puedo decir lo que la lengua se calla, podrían cortarme la lengua pero no el brazo, por eso no siento ningún miedo cuando tengo la lengua dentro de tu boca, porque aunque la arrancaras me quedaría este brazo. Con este brazo me sostengo, con este brazo lucho cada día. Cuando me pierdo es este brazo quien me encuentra, cuando me desespero es este brazo quien me calma, este brazo es mi memoria, este brazo es quien me saca a flote, quien jala de mí, quien me aturde para arrastrarme hasta la orilla, este brazo se compadece de mí más que nadie, me saca el agua que he tragado, me golpea el corazón para que ande, si no fuera por este brazo no sé qué sería de mí, por eso sigo a mi brazo, porque este brazo es capaz de encontrar lo que yo no hallo, por eso es él quien escribe, porque si escribiera yo, no encontraría las palabras necesarias, en cambio mi brazo es exacto, porque mi brazo sabe que si no soy capaz de resistir, que si me agoto de ver todo el tiempo lo mismo, que si me canso de escuchar las mismas palabras idiotas, que si me harto de ver a la misma gente como en un cinematógrafo de barrio, que si me aburre ver con mis ojos sus ojos pajes desesperados de fama, de una fama gris de estrella de cinematógrafo de barrio, porque mis ojos se cansan de ver tanto, todo igual, repetido, mi ojos se hartan tanto que se harían sal si vieran que algo nuevo pasara, porque esta ciudad se detuvo antes que llegáramos yo y mi brazo, esta ciudad sombría ya no se desempaña, esta ciudad es inalterable, esta ciudad quisiese ser rubia, esta ciudad quisiese beber whisky cuando se muere de hambre y si este brazo no fuera fuerte nos habrían arrancado medio pedazo, pero a mi brazo nada de esto lo derrumba porque mi brazo es ciego, mi brazo es sordo, mi brazo sólo escucha la sangre de él. Sabe que cuando no dé más deberá tomar la empuñadura y rajar la muñeca de mi otro brazo, sabe que aunque son pares sólo él puede hacerlo, sabe que él será el último en abandonar, lo sabe, como sabe también que será capaz de dejar de escribir porque escribir me daña a veces, mi brazo sabe que escribir daña porque es él quien escribe, cuando mi brazo escribe sabe que está doliendo, quemando, sabe que me revuelvo toda, por eso mi brazo dejaría cualquier cosa para calmarme. Es este brazo quien te olvida, no yo, porque mi brazo sabe que estando juntos somos capaces de resistir tu falta, que podemos trazar tu recuerdo, en cambio si me faltara este brazo yo me quedaría muda, me quedaría postrada, no podría resistir, no podría, por eso no te doy este brazo ni se lo daría a nadie, porque este brazo es el único capaz de librarme de mí.

(Hija de perra, Cuarto Propio, 1998)


Malú Urriola (Santiago de Chile, 1967-2023)
---
act. 2024

jueves, mayo 11, 2017

José Saed Ayub / Miraculum















miraculum: prodigio, portento, maravilla; milagro
milagro: suceso que no se puede dejar de mirar, de ad-mirar

I

El verdadero prodigio ocurre a nado:
concurso de gotas que se precipitan,
agua de vida breve, fugaz semilla,
audaz espuma de río que se obstina,
rompe un dique
y encuentra el mar.

Un solitario delfín cumple su proeza:
es ya meteoro acuático,
remoto rayo presentido apenas
lejano latido, corazón lejano,
ritmo: música que ya palpita.

Nueve meses después se consuma el milagro:
lleno de vaho, diminuto y grisáceo,
el improbable delfín
por primera vez respira aire.


II

Adormilado entre sus nubes, el mediodía abre sus solares ojos
ante la maravilla, el salón se llena de silencio
(para admirar se precisa silencio):

rosácea, como día que empieza,
montando tu barca violeta,
sonriendo, como quien regresa,
dormida, raptada de tu cueva,

sirena

el salón se llena de tu canto,
se llenan de dioses los pasillos,
de luz se llenan las ventanas.

Algo de luz tendrá tu nombre,
de chispa, de faro, de linterna,
de luciérnaga, de llama.

Bombilla, vela, mediodía,
aurora, incendio.

Milagro. Súbita aparición de Dios:
gota diáfana.

José Saed Ayub (Ciudad de México, 1983), "Inéditos", Periódico de Poesía N° 98, Universidad Autónoma de México (UNAM), abril de 2017

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Foto: José Saed Ayub Facebook

miércoles, mayo 10, 2017

Morten Søndergaard / El cerebro de mi padre















En el cerebro de mi padre
él me puede tener en su mano
Mi pequeño padre. Se sienta de noche
a investigar los nombres humanos
En tu cerebro soy un caballito marino
lo pones en el agua y juegas
hasta olvidar todo
Después, desovo en tu cerebro.
Los huevos se entreabren en tu computadora.
Mi pequeño padre está en una sala de control de pisos líquidos.
Mi pequeño padre ondea entre los árboles altos y muertos.

Morten Søndergaard (Copenhaguen, 1964), La Morte fa parte del mio nome, Gyldendal, 2016
Traducción al italiano de Kirsten Nørgaard Cesareo con Luigia Sorrentino
Versión de Jorge Aulicino

RAI News
http://poesia.blog.rainews.it/2017/02/morten-sondergaard-quattro-poesie/


Min fars hjerne

Inde i min fars hjerne er jeg en isfugl
som han kan holde i sin hånd.
Min lille far. Du sidder om natten
og forsker i menneskenes navne.
Inde i din hjerne er jeg en søhest
som du putter i vand og leger med
indtil du glemmer alt.
Bagefter lægger jeg æg i dig.
Æggene klækker i din computer.
Min lille far står i et kontrolrum med flydende gulve.
Min lille far står og svajer imellem høje og døde træer.


Il cervello di mio padre

Nel cervello di mio padre
mi può tenere nella sua mano
Mio piccolo padre. Ci si siede di notte
a fare ricerche sui nomi umani
Dentro il tuo cervello sono un cavalluccio marino
lo metti in acqua e ci giochi
fino a dimenticare tutto
Dopo depongo le mie uova in te.
Le uova si schiudono nel tuo computer.
Il mio piccolo padre sta in una sala di controllo con pavimenti liquidi.
Il mio piccolo padre sta ondeggiando in mezzo a degli alberi alti e morti.

martes, mayo 09, 2017

Werner Aspenström / Dos poemas















Poesía

La rosa fugitiva
en la mano fugitiva,
en la poesía fugitiva.
Te sientas con el alfabeto.
El gato está cómodo y ronronea.
Y tú estás sentado entre montones de libros.


La luna

Algunos dicen que la luna es un joven pescador
que arrastra sus redes de arenques sobre el agua.
Otros dicen que es la viuda de un viejo pescador
que con agujas rutilantes teje el chal de la soledad.
No sé. Estoy asombrado por tanta inmovilidad.
Me asombra que la noche se haya detenido.

Werner Aspenström (Norrbärke, Suecia, 1918-Estocolmo, 1997), Poesía, El Tucán de Virginia, Ciudad de México, 1989
Traducción de Homero Aridjis y Pierre Zekeli
Envío de Jonio González

lunes, mayo 08, 2017

Anahí Flores / De "Ciertas horas de la primavera"















3:05 PM 

Un hombre se atraganta
en la vereda.
Recuerda:
una vez tropezó al borde del andén
casi sobre las vías del subte,
por el rabillo del ojo veía
la locomotora entrando
en la estación.
No respira,
cree que bucea.
Ve un pez o un pájaro
que pasa
frente a sus ojos.



4:23 PM 

Una manada de madres y niñeras
armadas con cochecitos
huye de la plaza.
Visto desde lo alto
el arenero es el centro
de la fuerza centrífuga.
Se viene una sudestada.
Las madres se alientan entre sí,
es casi una plegaria a varias voces.
El semáforo las detiene.
Esperan sobre el cordón
como un río a punto de derrumbar el embalse.

Anahí Flores (Buenos Aires, 1977)

Ciertas horas de la primavera,
La Carretilla Roja,
Buenos Aires, 2017









domingo, mayo 07, 2017

Simon Armitage / Testamento














Dejo un testamento a favor de Salud Pública:
Les dono todo. Podrán usar fluidos y tubos,
melazas y pegamentos, la trama de nervios y venas,
el seso nutricio, un surtido de caries, emparches y heridas.
Sangre -un tazón lleno de sopa de arándano-,
el armatoste o la catedral de huesos.
Pero no el corazón, todo menos el corazón.

Lleven el paquete completo,
los aros y las bobinas, tuercas, resortes y varas,
engranajes y poleas, y hasta mi cara,
todo, mi caja entera y mis manos.

Pero no el péndulo del compás, el tic-tac.
Tendrán que dejarlo donde se detuvo o donde cuelga.

Simon Armitage (Huddersfield, Inglaterra, 1963), Poesía insular: seis poetas británicos de los '90, versiones y notas de Santiago Espel, prólogo de Fernando Kofman, La Carta de Oliver, Vicente López, 2016

sábado, mayo 06, 2017

Jim Harrison & Ted Kooser / De "Braided Creek"




















El estrujado envoltorio del caramelo
no es más que otra flor
para la lluvia.

**

Hoy una rosa en un jarrón
sobre la mesa.
Mañana, pétalos.

**

Bajo el sombrero del cuentista
hay muchas cabezas, todas inquietas.

**

Un libro en el brazo de mi sillón
y la mañana delante de mí.

**

La tortuga sólo tiene un plan
por vez, y cada una de sus células
se apoya en él.

**

Tanto por lo que vivir.
Cada cuerda hace sonar
una campana diferente.

**

A la luz de la mañana,
el picaporte, frío por el rocío.

**

Cada vez que salgo al mundo
es diferente. Esto me ha ocurrido
toda la vida

**

Todo lo que quiero ser
es mil zarzamoras
cayendo de golpe de un árbol,
sembrando el cielo.

**

Recién hoy
he oído
el río
dentro del río.

Jim Harrison (Grayling, Estados Unidos, 1937-Patagonia, Arizona, Estados Unidos, 2016) & Ted Kooser (Ames, Estados Unidos, 1939), Braided Creek, Copper Canyon Press, Seattle, 2003
Versiones de Jonio González


The crumpled candy wrapper
is just another flower
to the rain

**

Today a pink rose in a vase
on the table.
Tomorrow, petals.

**

Under the storyteller's hat
are many heads, all troubled.

**

A book i the arm of my chair
and the morning before me.

**

Turtle has just one plan
at a time, and every cell
buys into it.

**

So much to live for.
Each rope rings
a different bell.

**

In the morning light,
the doorknob, cold with dew.

**

Each time I go outside the world
is different. This has happened
all my life.

**

All I want to be
is a thousand blackberries
bursting from a tree,
seeding the sky.

**

Only today
I heard
the river
within the river.

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Foto: Jim Harrison (izquierda) and Ted Kooser, por Don Usner. Lannan Foundation /Silver Birch Press

viernes, mayo 05, 2017

Juan Desiderio / La Niña Santa y el Neuromante

















Cuando el Templo cierra, al caer las luces del día, una Santa Niña traslúcida sube lenta por las escaleras y hace crujir levemente sus maderas. En el Salón de las Lecturas encuentra, sonriendo, a un Neuromante, profeta que crea futuros por medio de la lectura de sus propios tejidos. Su forma actual es de un anciano; su cabeza es de cabello afro, piel arrugadísima y ojos negros. Pasan quince minutos y el trance lo pone en pista.
Abre un cuaderno muy grande. Establece una geometría original, uniendo puntos que dispone, inspirado, a lo ancho y a lo largo de la hoja. Cada punto se corresponde con una ciencia. Y cada ciencia es como un planeta. Así, un punto en el cuaderno es una ciencia figurada, cuya naturaleza es una conferencia de Maestros que van juntos por distintas rutas, y habitan continentes no muy alejados entre sí.
El Neuromante se sienta junto al espectro dulce de la Niña Santa en cómodos sillones de cuero verde que forman parte de un living que está justo frente al Altar.
Sobre una mesa de madera cruda, despliega algo similar a un mapa de la Mente Humana. Está hecho con pluma y tinta viejas. El color de la tinta es marrón oscuro, con pasado negro que bien puede notarse en el centro del trazo.
Describe los contornos de un cerebro visto de arriba, con los hemisferios bien separados para que se note la compleja conexión que existe entre ambos.
El joven fantasma propone relámpagos de neuronas, líneas de luz inteligente emitiendo colores desde su cuerpo de niebla. Cada color es una emoción que inspira al venerable cabeza de afro.
Así, ella es verde cuerpo con cerebro violeta y manos rojas. El hombre dibuja algo parecido a un rayo, uniendo virtudes, traumas y pasado que andan tatuadas en la piel de los sesos.
Los traumas se aburren, las virtudes van al gimnasio y el pasado es una ruina sin sentido.
Con este juego, puede medirse la intensidad del espíritu humano.

Juan Desiderio (Buenos Aires, 1962), publicado en Facebook

jueves, mayo 04, 2017

Alberto Girri / De "Tramas de conflictos", 2


















Subliminales

             Por relampagueos
tus anhelos de simultaneidad,
infructuosos,
             que cuando velas
durmiendo te duermas velando,
             cuando vayas
del sol a la sombra vayas
de la sombra al sol,
              cuando contemplas
una acacia lo hagas
señalando las moreras,

y también urgencias
que no cumples, sólo rozas,
               esa de concertar pactos
sin embustes, sortilegios,
constantes como el mar, montes,
               y esa en que además
de aflicción, tu transcurrir desasido
-entre la nada previa a ti,
y la final, dispersadora-
te pides acumules esperanza,
               y que desde
tu vecindad oprimente, de siseos,
gruñidos, crujir de camas, puertas,
del madero atravesado
que te quedará por toda puerta,
               ganes en improvisa conversión,
pases a una súbita luz,
salvadora intemperie.

               Tramas
de conciencia, bajo su umbral,
que muerden sin nunca abandonar
cada fracción de litigio mientras
no se arriman a la siguiente.

Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991), Trama de conflictos, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1988
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Foto: s/d

miércoles, mayo 03, 2017

Marina Kohon / De "Un jardín en medio de la nieve"



  













  Regreso a vos

     una y otra vez
                 a través de un
                           deseo de agua
                         en cualquiera
                            de sus formas


   y lanzo una piedra


         para que sepas
               que aquí entre
                      los caldenes
                             seguís vivo


*

Nada escapa
   al trazado laberíntico
             de estas palabras


restos de aquel invierno


             sometido a la luz desollada
                      de la pampa

Marina Kohon (Mar del Plata, Argentina, 1965)



Un jardín en medio de la nieve,
Alción Editora,
Córdoba, Argentina, 2017










martes, mayo 02, 2017

Robert Bly / Conduciendo hacia el río Lac qui Parle



I

Anochece en Minessota mientras conduzco.
El campo con rastrojos retiene la última crecida del sol.
Los tallos de soja respiran.
En los pueblos, los viejos se sientan a la puerta
                 de sus casas
sobre asientos de automóvil. Soy feliz,
la luna se alza por encima de los cobertizos.


II

En la carretera de Willmar a Milán
el pequeño universo del coche
se hunde en los profundos campos de la noche.
Esta soledad cubierta de hierro
se mueve a través de los campos nocturnos
penetrada por el ruido de los grillos.


III

Cerca de Milán, me sorprende un pequeño puente,
el agua arrodillada a la luz de la luna.
En los pueblos, las casas se alzan a ras de suelo.
La luz de las farolas cae
sobre los cuatro costados de la hierba.
Cuando llego al río, la luna llena lo cubre;
en una barca hay gente que habla muy bajo.

(Silence in the Snowy Fields, 1962)

Robert Bly (Lac qui Parle, Estados Unidos, 1926), traducción de Jordi Doce, Perros en la Playa, 2010

Foto: Robert Bly, Fitzgerald Theatre de Minnesota, festival Poetry Out Loud, Minnesota, 2009 Wikimedia Commons


Driving toward the Lac Qui Parle River 


I am driving; it is dusk; Minnesota. 
The stubble field catches the last growth of sun.   
The soybeans are breathing on all sides. 
Old men are sitting before their houses on car seats   
In the small towns. I am happy, 
The moon rising above the turkey sheds. 

II 
The small world of the car 
Plunges through the deep fields of the night,   
On the road from Willmar to Milan.   
This solitude covered with iron 
Moves through the fields of night 
Penetrated by the noise of crickets. 

III 
Nearly to Milan, suddenly a small bridge, 
And water kneeling in the moonlight. 
In small towns the houses are built right on the ground;   
The lamplight falls on all fours on the grass. 
When I reach the river, the full moon covers it.   
A few people are talking, low, in a boat.

lunes, mayo 01, 2017

Jian Rufeng / Tambor de badana














En la calle, el vagabundo golpea un tambor de badana
Su áspera mano tiene bastante fuerza
Tan, ta-tan

Un cordero aguanta los golpes bajo la palma de aquella mano
tensando la piel de su cuerpo entero
Tan, ta-tan

Recuerda cómo su alma aterrada huyó mientras desgarraban la carne del hueso
Muerde firmemente los latidos de su corazón
Tan, ta-tan

Quiero detener la mano que trae el cuchillo,
          quiero detener la mano que golpea el tambor

Pero sólo me detuve a mí misma
entre la multitud en la calle
conteniendo el último grito de un cordero

Jian Rufeng (Wuqiao, China, 1970), Periódico de Poesía N° 98, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), abril de 2017
Traducción de Yang Hong

Foto: Jian Rufeng, Bogotá, 2016 Laura Vega/Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (UTADEO)


羊皮鼓 


流浪者在街头敲着羊皮鼓
粗砺的手有足够的力量
咚,咚咚

一只羊在他的手掌下忍受击打
它绷紧了全身的皮
咚,咚咚

想起骨肉剥离时惊悚逃奔的灵魂
它紧紧咬住自己的心跳
咚、咚咚

我想按住拿刀的手我想按住敲鼓的手

我只按住了自己
在街头的人群里
按住一只羊最后的尖叫