Para cruzar la corriente
He oído contar que una vez estaba el bendito cerca de Savatthi, en el bosque de Jeta, en el monasterio de Anathapindika y que se le apareció hacía el final de la noche cierta diosa, iluminaba su intenso resplandor todo el bosque de Jeta, y que se inclinó ante él, se puso a un lado y dijo:
—Decidme, querido señor, ¿cómo cruzasteis la corriente?
—Crucé la corriente sin esforzarme en avanzar y sin parar.
—¿Pero cómo pudisteis mi querido señor cruzar la corriente sin esforzaros en avanzar y sin parar?
—Si me esforzaba en avanzar, giraba en remolino. Si paraba, me hundía. Por eso crucé la corriente sin empujar hacia delante y sin parar.
—He conocido al fin
a un sabio
liberado del todo
que sin esforzarse en avanzar,
sin parar
dejó atrás
los anhelos del mundo.
Eso dijo la diosa. Y lo aprobó el maestro. Y ella lo vio y se dijo "el maestro me aprueba". Y se inclinó ante él y desapareció.
Sutta de Soma
En Savatthi.
Por la mañana muy temprano, la hermana Soma se vistió, cogió el cuenco y la túnica y fue a Savatthi a hacer la ronda de limosnas. Cuando volvió, comió y luego fue al bosque del Ciego. Se adentró en él y se sentó a meditar al pie de un árbol.
Y Mara, el Malo, quiso inspirarle miedo para que perdiera la concentración y no pudiera meditar. Y se acercó a ella y recitó estos versos:
—Llegar a ese lugar al que el meditador debe llegar,
esa región que es tan difícil de alcanzar,
es algo a lo que una mujer
con su menor inteligencia
no puede aspirar.
Y Soma pensó primero: "¿Quién habrá dicho eso? ¿Será humano o no será humano?"
Pero luego pensó: "Es Mara el Malo, quiere infundirme miedo, quiere que pierda la concentración."
Y al comprender que era Mara el Malo, le contestó con estos versos:
—¿Qué es ser hombre o mujer?
Lo importante es que el pensamiento esté centrado,
que se profundice en el conocimiento,
que se penetre claro y recto en la doctrina,
que se disipe la ignorancia.
A quien piensa
"soy mujer,
soy hombre",
a quien crea ser algo,
es a quien debe
dirigirse Mara.
Y Mara el Malo dijo: "La hermana Soma me conoce". Y se fue de allí, triste y abatido.
Sutta del bosque
Una diosa se dirigió al bendito con estos versos:
—Viven en el bosque
pacíficos, castos,
sólo comen una vez al día,
¿por qué tienen esas caras
tan luminosas, tan serenas?
—El pasado ya no les aflige,
no anhelan nada en el futuro.
Viven en el presente.
Por eso esas caras
luminosas, serenas.
"Quien anhela el futuro y
lamenta el pasado
se marchita
como un junco verde
cortado."
"Sutta Pitaka", Tripitaka*, norte de la India, siglo I a.C. Revista Saltana Vol. 1
Traducción José Manuel Álvarez Flórez
Fuente: The Samyutta-nikaya of the Sutta-pitaka, Leon Feer (ed.), Pali Text Society, 6 vols., Londres, 1884-1904
* El Tripitaka, o Canon Pali, contiene las más lejanas enseñanzas budistas escritas en pali, un idioma nunca formalizado. Su nombre significa Tres Cestas y alude probablemente a que los textos escritos sobre hojas de palmera se guardaban en tres canastos diferentes. También es una metáfora de los tres libros que integran la obra. (Nota de edición)
Imagen: Buda, Gandhara, India, c.I-II d.C. Museo Nacional de Japón, Tokio
Si uno pudiera tener presente estas enseñanzas sobre movimiento, identidad y tiempo... Gracias por traerlas aquí-
ResponderBorrarLas enseñanzas budistas se incorporan en toda su profundidad solo practicando meditación y el uso diario de sus principios. La sabiduría se encuentra en la conciencia plena, mindfulness.
ResponderBorrarLos suttas son la guía.