sábado, mayo 21, 2016

Guillaume Apollinaire / De "Poemas a Lou", 2















Montparnasse

Oh puerta del hotel con dos plantas verdes
Verdes que jamás
Llevarán flores
Dónde mis frutos Dónde heme plantado
Oh puerta del hotel un ángel hay frente a ti
Distribuye prospectos
Jamás se defendió tan bien la virtud
Denme para siempre un cuarto por semana
Ángel barbudo es usted en realidad
Un poeta lírico de Alemania
Que desea conocer París
Aunque de sus adoquines sólo conoce
Las rayas que no deben pisarse
Y usted sueña
Con pasar su Domingo en Garches

Está un poco pesado y usted tiene el pelo largo
Oh poetita bueno un poco tonto y muy rubio
Sus ojos se parecen tanto a esos dos grandes globos
Que por el aire puro se van
A la aventura

Wilhelm Apollinaire de Kostrowitsky, Guillaume Apollinaire (Roma, 1880 – París, 1918), Poèmes à Lou précédé d'Il y a, Gallimard, París, 1969
Traducción de Magdalena Cámpora para este blog


Documento del Administrador sobre el origen de esta traducción:

Magdalena, ¿cómo estás?
Aquí te cuento algo pequeño y nostálgico, y te pido un favor:
Estaba “reordenando la biblioteca” ayer (eufemismo por estaba cambiando libros de lugar ) cuando se cayeron de adentro de algún libro dos paginitas abrochadas con una abrochadora. Las páginas están sucias y pisoteadas. Son copias de la portada y la página 59 de un libro: “Poèmes à Lou. Précédé de Il y a. Préface de Michel Décaudin”, editado por Gallimard. Estas páginas tienen un valor sentimental para mí porque me las pasó Ricardo Zelarayán, quien pese a su áspero nombre, áspero cuanto querido recuerdo, áspero vozarrón y áspera poesía, era un lector detallista y sibarita, especialmente del francés.
Me dio estas páginas en la vieja redacción de Clarín (mitad de los 80) para mostrarme un poema que le gustaba. Se tomó el trabajo de sacarles fotocopias y de recortarlas a lo que supongo sería su tamaño original (el de un edición de bolsillo). Supuso que yo leía perfectamente el francés, cosa que no es así. En una sola línea hay una anotación suya que habrá hecho con lápiz en el original. Dice “conocer” al lado del verso décimo primero. 
¿Querías traducir este poema? Si lo hicieras o hicieses su única publicación sería en el blog al que estás suscripta.
Si no tenés ganas, no te gusta el poema o cualquier otra razón te impide traducirlo, de todos modos estaré feliz de haberte contado esta anécdota de un pequeño suceso de domingo a la tarde.
Como sabrás, el poema fue musicalizado por Poulenc.
Aquí te copio link a la vieja edición de Gallimard y el poema, claro

Beso, Jorge

[Jorge Aulicino, para Magdalena Cámpora, 11 de abril de 2016]


Montparnasse 

O porte de l'hôtel avec deux plantes vertes  
Vertes qui jamais             
Ne porteront de fleurs  
Où sont mes fruits Où me planté-je        
O porte de l'hôtel un ange est devant toi              
Distribuant des prospectus         
On n'a jamais si bien défendu la vertu   
Donnez-moi pour toujours une chambre à la semaine   
Ange barbu vous êtes en réalité               
Un poète lyrique d'Allemagne   
Qui voulez connaître Paris           
Vous connaissez de son pavé     
Ces raies sur lesquelles il ne faut pas que l'on marche    
                  Et vous rêvez 
D'allez passer votre Dimanche à Garches             

Il fait un peu lourd et vos cheveux sont longs     
O bon petit poète un peu bête et trop blond      
Vos yeux ressemblent tant à ces deux grands ballons     
Qui s'en vont dans l'air pur          
A l'aventure
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Foto: Guillaume Apollinaire, 1911, París. Al lado de Apollinaire aparece en la foto original el juez de instrucción Drioux, durante el juicio por el  robo de la Gioconda en el que declararon varios artistas, Apollinaire y Pablo Picasso entre ellos. La Gioconda apareció dos años después cuando un ex empleado del Museo del Louvre, Vincenzo Peruggia, intentó vender el cuadro en Florencia. Detenido y acusado, declaró que su robo era político, pues trataba de restituir la obra a Italia. La foto completa del poeta y del juez, abajo.


1 comentario:

  1. Delicioso poema, carta, delicioso todo. Esa correspondencia como de antaño, en la que una encontraba lo que la gente valoraba de verdad.

    clelia Bercovich

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