A Luis Loayza
Viejas, tenaces maderas
que vieron a tantas familias despedirse,
volverse polvo y llovizna,
retornar a las dunas como otra ondulación,
os debo algo,
dinero, melancolía, poemas,
os debo cierta ceniza plateada y claustral.
Columnas fermentadas que persisten
soportando la sala, la alcoba, la despensa,
la cocina donde humeó algún sabor frugal,
os debo riquezas sin ira,
grandes palideces pensativas.
Patio interior,
cuervo de ociosas neblinas
entre cuyas largas plumas los amantes
se deslíen como una inscripción de pañuelo
os debo ahora mismo mi fosforescente vicio,
y os habito,
os corrijo,
os firmo con mi rápido nombre de cuchillo.
Sebastián Salazar Bondy (Lima, 1924-1965), "El tacto de la araña" [1965], Homenaje 90 años, Vallejo & Co., Lima, 2015
Vía Uriel Martínez Venegas
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