si rodara sobre una cuesta
por la corteza del campo inclinado
o un plano de silicio
la cabeza de aquel niño
como una tuna extraordinaria
ella sola sería la promesa revelada
sigue
su ayuno que repara
una búsqueda incesante
al amor del fuego
y luego cuerpo entre los cuerpos
piélago barroso entre los cuerpos
barro formando cuerpos
cuerpos de barro de niños
todo esmagado bajo el barro
rodando sin saber detenerse
para hincar en su hambre
de boca boba sus dientes
y que se pegue así
desde tierra adentro
las piedras que se suelden
huesos hojas y semillas
una rueda pastosa y corroída
sigue
en vueltas de carne viva
el rastro que quede
será historia tusada
para entonces no habrá más
que cantar no va a tener más que cantar
toda la voz en el cogote
lo van a escuchar hasta los muertos
Alejandro Castro (Buenos Aires, 1956), Un portal de ovejas, Ediciones La Biblioteca, Buenos Aires, 2013
Foto: Alejandro Castro FB
por la corteza del campo inclinado
o un plano de silicio
la cabeza de aquel niño
como una tuna extraordinaria
ella sola sería la promesa revelada
sigue
su ayuno que repara
una búsqueda incesante
al amor del fuego
y luego cuerpo entre los cuerpos
piélago barroso entre los cuerpos
barro formando cuerpos
cuerpos de barro de niños
todo esmagado bajo el barro
rodando sin saber detenerse
para hincar en su hambre
de boca boba sus dientes
y que se pegue así
desde tierra adentro
las piedras que se suelden
huesos hojas y semillas
una rueda pastosa y corroída
sigue
en vueltas de carne viva
el rastro que quede
será historia tusada
para entonces no habrá más
que cantar no va a tener más que cantar
toda la voz en el cogote
lo van a escuchar hasta los muertos
Alejandro Castro (Buenos Aires, 1956), Un portal de ovejas, Ediciones La Biblioteca, Buenos Aires, 2013
Foto: Alejandro Castro FB
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