El hombre descendió una vez de los árboles.
Con ello perdió la seguridad que dan los árboles.
No hay seguridad que se sienta como la seguridad en los árboles.
¿Cuál es la meta de nuestra nostalgia? Quizá sean los árboles.
El idioma le ofrece al poeta una vida en los árboles.
En el idioma vive como antes se vivía en los árboles.
El idioma es frondoso, flexible, grande como los árboles.
El poeta se cuelga del idioma como de los árboles.
En el idioma se siente seguro como en el hogar de los árboles.
Delicioso es vivir y ser uno con los árboles,
alto y derecho y fuerte y dulce y rico como los árboles.
La canción más antigua del mundo es el susurro del viento en los arboles.
No invites nunca a un poeta a bajar de los árboles
¿Qué es él cuando mora en el suelo bajo los árboles?
Es un gusano, como todos los que vivimos bajo los árboles.
No hay seguridad que se sienta como la seguridad en los árboles.
Lars Huldén (Jakobstad, Finlandia, 1926), Lecturas para caminantes, Bassarai Ediciones, Vitoria, País Vasco, 2000
Traducción de Francisco J. Uriz
Envío de Jonio González
Foto: Lars Huldén AnciHolm/Vasabladet
Gracias Jorge, por este blog. Lo hallé por casualidad mientras buscaba poemas de Luciano Erba en español. El poema de Lars Huldén es hermoso. Justamenete hoy pensaba que la poesía es una suerte de religiosidad laica, los árboles de Huldén son objetos de reverencia y amparo, y mirá que me lo encuentro en un sitio con el lema, "Otra iglesia es imposible". Qué coincidencia! Un día de estos te envío uno de mis escritos. Hasta pronto. León Leiva Gallardo.
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