La alta y arqueada cresta
de un reluciente arco iris sobre el río aquel día.
Nos detuvimos en el puente de hierro;
delante se extendía tu camino de metal.
Todos los tesoros del tiempo han perdido su lustre.
La verdad de Dios tiene una luminosidad apagada y sin vida,
pero el río fluye más fuerte y rápido
allí donde las cuentas de coral todavía relucen.
Betti Alver (Jõgeva, Estonia, 1906 -Tartu, Estonia, 1989)
Versión de Eduardo Conde sobre la traducción al inglés de Toomas Helme
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