Sepultura, Ardèche 20.000 A.C.
Ni león ni oso jamás encontraron
al niño de cinco años,
víctima de enfermedad, accidente o sacrificio,
enterrado en el piso de una cueva
muy por encima de un rugiente desfiladero de paredes blancas,
poco después de que las capas de hielo se hubieran retirado.
Alguien espolvoreó su tumba con ocre rojo,
alguien le anudó un caracol al cuello,
alguien depositó unas pocas hojas de silex a su lado,
y debajo de su cabeza alguien puso
la cola seca de un zorro, quizás un zorro blanco.
Moya Cannon (Dunfanaghy, Donegal, 1956), inédito
Versión de Jorge Fondebrider
Burial, Ardèche 20,000 B.C.
No bear or lion ever raked him up,
the five-year-old child,
victim of illness, accident or sacrifice,
buried in a cave floor
high above a white-walled, roaring gorge,
shortly after the ice-sheets had retreated.
Someone sprinkled his grave with red ochre,
someone tied a seashell around his neck,
someone laid a few silex blades by his side,
and under his head someone placed
the dried tail of a fox, perhaps a white fox.
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